VII - el comienzo

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Después de comer un poco y despedir a mis padres, llame a los chicos para que me siguieran escaleras arriba.
‎-¿Que pasa? -pregunto Mica.
-Nada, necesito la ayuda de los chicos -le dije mirándola a los ojos- vos y Mily esperen en mi pieza.
Las chicas asintieron y se encerraron en mi cuarto, aprovechando el momento de privacidad para cuchichear entre ellas. Mujeres, quien las entiende.
Miré a los chicos y comencé a bajar la escalera del ático para que podamos subir y me ayuden a llevar el baúl a mi habitación.
Luego de trece minutos, logramos bajar el baúl con cuidado, y comenzamos a llevarlo hacia donde estaban las chicas.
‎-¿Que es eso? -preguntó Mica.
‎-El sarcófago de Tutankamon -le respondió Mily con tono burlón, logrando que su amiga la empuje y casi la tire de la cama.
‎Acomodé la gran caja de madera en el centro de la habitación y me senté frente a la cerradura. Con cuidado, teniendo miedo de lo que pueda salir de ahí dentro, o de lo que pueda encontrar, lo abrí.
‎Estaba lleno de polvo, es lógico, hasta las cosas de adentro estaban bañadas en polvo.
‎Fotografías, cartas de hospitales, juguetes en muy malas condiciones, mas fotografías -ya amarillas por el tiempo-, y muchos mas papeles.
‎Micaela tomó un manojo de papeles para observarlos, y de ellos salió una pequeña arañita. Mi amiga comenzó a gritar descontrolada haciendo que todos nos sobresaltemos. Cuando pido matar al arácnido, se quedó petrificada, llorando.
‎-Dios, nena, era un bicho -le dijo Tom. Ella no le respondió, solamente se quedo mirando sus manos entrelazadas que mantenía sobre su regazo.
‎Seguimos mirando el contenido del baúl asombrados, las fotos eran muy viejas, ellas, aparecía una familia para fuera de lo que ahora es mi nueva casa.
Se veían felices.
Seguí revolviendo y de repente tomo un documento de un hospital.
Busqué el año en el que se había escrito. 1953.
-Esto tiene mas de sesenta años -habló Mily.
-‎Casi setenta -observé y seguí buscando fotos, ahora metiendo la mano bajo todo el papelerio que había.
Encontré un sobre lleno de fotografías, así que lo abrí y comencé a observarlas.
En las primeras, había fotos de lo que supuse eran todos los integrantes de la familia. Después de veinte fotos, había fotos de instrumentos de tortura y de corte.
Mas adelante, fotos de una parte de la casa que no conocía.
Observaba las fotos con rapidez, intentando asimilar todo. El corazón me latía rápido.
No entendía nada.
Fotos de personas con partes de su cuerpo abiertas, con aparatos conectados.
El sudor formaba gotas en mi frente, era extraño.
La ultima fotografía, era una que mostraba la casa por afuera. No había nada extraño. Examiné la fotografía mas a fondo y encontré algo que me llamó la atención. No se si era un defecto de la foto o producto de mi imaginación, pero junto al árbol, entre las sombras, se vislumbraba una figura humanoide.
Guardé todas las fotografías en el sobre y las coloqué sobre el placard.
No sé porque, pero sentía que al abrir este baúl, le había dado comienzo a algo que no me imaginaba, algo que pronto descubriría que era.

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