VIII - Juego peligroso

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Después de haber guardado el baúl de nuevo en el ático, después de haber limpiado mi cuarto, después de haber estado en silencio cruzando nuestras miradas, alguien rompió el silencio.
-Tengo frío -comentó Axel.
Yo también sentía frío, a pesar de que estábamos a dos semanas del verano y afuera había una temperatura de casi treinta grados.
-Es extraño, todo esto -dijo Mica
-‎Es verdad -la acompañó Mily
Las miré, y luego miré a los chicos.
  -Tengo algo que contarles -dije sacando el caballito de madera de mi bolsillo-. Este juguete lo encontré aquí, cuando llegué por primera vez, y casi siempre que estoy solo, comienza a mecerse lentamente, sin ayuda de ráfagas de viento ni nada, es como si algo lo moviera, algo que no podemos ver -dije mirando la silla, que se encontraba en la esquina del cuarto, sumida entre las sombras, no habíamos prendido la luz.
Debería hacerlo, ya que no sabía que había ahí, pero no lo hice, algo me dijo que me quede donde estaba.
-Cuando el caballo comienza a moverse, siempre me siento observado, o algo pasa. Y casi siempre, me parece ver una figura humanoide oscura, como si fuese una sombra.
Mis amigos me miran como si estuviese loco.
‎ -No me siento cómodo en esta casa -dije-. Siento que algo malo va a pasar, y me da miedo el no saber que es.
-Gabi -comienza a hablar Mica, cuando se corta la luz.
Mi amiga pega un grito -parecido al chillido de una rata- que me hace sobresaltar. ¿Alguna vez dejaría de gritar por todo? Lo dudaba.
-¿Tenes velas? -pregunta Tom.
-Supongo -dije poniéndome de pie-. Vayamos a buscar, y cuidado cuando bajan la escalera.
Cuando llegamos al living de la casa, la luz vuelve.
-Chicos -dice Mily-, me aburro, y si... ¿Jugamos a las escondidas?
Hace mucho tiempo que no jugaba ese juego, quizás años, me gustaba la idea. Miré a mis amigos, los cuales asintieron y sonreí.
-Vayamos a jugar afuera -sugerí-, no sea cosa de que juguemos acá dentro y rompamos algo.
Salimos corriendo y yo grité
-¡El último en salir cuenta!
Tomás fue el último.
Esto me daba una mala sensación, pero aún así corrí a esconderme.
Observé a Axel que se escondió en la calle de enfrente.
No me sentía cómodo, algo no me gustaba de esto.
Podría llegar a pensar en que este juego era peligroso, pero, era un juego simplemente, ¿No?
No sé porque, pero volví a mirar hacia donde estaba mi amigo, justo a tiempo para ver, como, bajo la luz de los faroles, una sombra con forma humanoide se arrastraba por el pavimento, acercandose hacia Axel.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2017 ⏰

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