11

143 28 29
                                    


La noche fue suficiente para tomar un par de horas como descanso, uno cerca del otro. Cuando los primeros rayos del sol atravesaron las copas de los árboles, DongHyuck abrió sus ojos y vio a SiCheng al lado suyo aun descansando apaciblemente, como si el peligro hubiese pasado hace ya mucho. Se levantó despacio, sacudiéndose la ropa llena de tierra.

El dolor en su pecho había desaparecido, y se sentía sano nuevamente. Caminar despacio y encontrar algo de comida y agua podría ayudarlo a mantener la cadencia de sus latidos por un poco más. No quería asustar a SiCheng quien desde que salieron de la frontera hacia tierras desconocidas había cuidado de él y mostrado empatía.

El chino se levantó poco después, pareciendo algo aturdido y gimiendo bajo por un calambre en su pie derecho que le estaba causando malestar. DongHyuck se acercó y lo ayudo a estabilizarse al ponerse sobre sus pies, preguntándole si se sentía suficientemente bien para poder dar unos cuantos pasos alrededor. SiCheng no quería ser una carga para el contrario, así que con su mejor sonrisa aseguro poder seguirle el paso de cerca.

La mañana no era igual a las tardes calurosas. SiCheng sintió más de una vez un pequeño mareo mientras caminaba, tomándose rápidamente del primer tronco que tuviera en el camino y recobrando la compostura.



Encontraron bayas durante la tarde, cuando ambos estómagos gruñían con desesperación. Casi habían confundido las venenosas con las comestibles, pero SiCheng fue lo suficientemente inteligente como para arrebatarlas de las manos de DongHyuck antes de que este se las metiera a la boca.

"Debemos prestar un poco más de atención en lo que tomamos de este lugar." Susurró DongHyuck, secándose la frente mientras caminaban junto a SiCheng que asentía con la cabeza.

"Por poco te envenenas."

"No sabía que tenias conocimiento sobre estas cosas... ya sabes, de cosas del mundo fuera de ese caparazón."

SiCheng rió bajito, no le sorprendía en lo absoluto que alguien pensase que no sabía nada. Pero el fue estudiante, y se interesó por muchas cosas en las horas que pasó recluido entre las paredes de la biblioteca. "Leí muchos libros desde joven, me gustaban mucho las plantas. De hecho, estaba trabajando en una floristería antes de que todo esto pasara y era un lugar muy agradable."

DongHyuck abrió los labios para decir algo, pero fue interrumpido por un gruñido lejano, uno que los hizo tensar a ambos. Si era algún animal seguramente no andaría tan lejos de donde ellos estaban.

"Debemos correr."

El chino palideció mientras tiraban de su muñeca hacia el frente. Comenzaron a correr rápido, tanto que a SiCheng le comenzó a costar no trastabillar cada cinco pasos. El rugido volvió a escucharse y los pájaros volaron de las ramas de los árboles asustados.

"Ya no puedo más... DongHyuck, ya no puedo más." Dijo antes de que sus piernas se enredaran y cayera de frente al suelo.

"Vamos, levántate." Pidió el peli rojo mientras el contrario jadeaba con fuerza y grandes gotas de sudor caían por su cara sucia. Se giró, mirando al lado contrario y sintiendo su cuerpo como gelatina.

"Agua." Jaló de la chaqueta del moreno. La luz estaba apagándose lentamente. "Es agua."

DongHyuck miró hacia su izquierda, y el reflejo del agua de una pequeña laguna le resecó la garganta. Si la racha de suerte se mantenía tal como lo estaba hasta ahora, podrían considerarse supervivientes exitosos.



Se sentaron en la orilla del lago después de permanecer escondidos esperando que algún animal apareciera. Los anaranjados destellos del cielo se iban apagando poco a poco, se saciaron de agua, bebiendo lo suficiente y hasta un poco de más.

"¿Deberíamos tomar un baño?" preguntó SiCheng a DongHyuck, luego sonrojándose ante como había sonado eso. "No bueno, no me refería a los dos juntos, yo... tu no tienes que... o sea no-"

"Tomaré un baño, tal vez no podamos hacerlo hasta más adelante y creo que incluso tú te sientes incomodo."

Asintió sorprendido mientras el menor se sacaba la ropa de encima frente a él. Un rubor le cubrió el rostro sin razón aparente, mirando sus zapatos sucios por el largo tramo que habían caminado. Seguramente pronto se echarían a perder y andaría descalzo.

El sonido del agua al hundirse el cuerpo del moreno tranquilizó un poco su errático corazón, si estaba lejos tal vez podría poner sus pensamientos en orden.

"SiCheng, ¿No vendrás?" Gritó DongHyuck, y el chino asintió mientras sacaba sus ropas con manos temblorosas.

Al principio no se atrevió a mirar al menor, manteniendo sus ojos fijos en la pálida piel de sus pies. Pero fue inevitable que en su momento, una conversación surgiera entre ambos como si verse desnudos entre ellos, dos simples extraños, fuera algo bastante común en el día a día.

"¿Qué es eso?" preguntó SiCheng mientras apuntaba a una cicatriz en la piel, en el lugar donde reposaba su corazón. "Se ve bastante mal."

"Esto fue una incisión en el corazón, tuve una leve intervención durante la estabilización de mis signos vitales." Le explico, tocándola como si aun doliera, como si fuera una llaga que ardía a fuego.

"Debió doler mucho."

"No lo sé, estuve inconsciente durante varios días. Cuando desperté, tenia un parche en mi pecho."

"Cuando era pequeño y me fracture la pierna, lloré mucho porque dolía demasiado. Luego me pusieron un yeso durante dos meses y me puse mejor. Sin embargo, he notado que muchas veces haces caras de dolor. ¿Entonces aun te duele? ¿O es dolor psicológico?"

DongHyuck lo pensó durante unos segundos, empapándose los cabellos y dejando a SiCheng sin respiración. Se sentía tan idiota, tal vez la falta de contacto con más personas lo afectaba.

"Mi corazón puede fallar en cualquier momento. Por eso, si yo no puedo avanzar y me vuelvo una carga, debes dejarme."

SiCheng negó. La idea de estar solo en aquel lugar lo hacía hiperventilar. Solo no sobreviviría. No podría, el miedo lo paralizaría allí mismo.

"No pasará nada, no pienses en ello."

DongHyuck sonrió mientras se acercaba. Acostumbrado como estaba a mantenerse desnudo cuando las revisiones se efectuaban semanalmente, estarlo frente a SiCheng no le causaba ninguna batalla mental.

"Hace algún tiempo, cuando me quedé en el parque de la ciudad, aprendí como se agradecía, pero no tuve la oportunidad de ponerlo en práctica."

Ambos se miraron en ese momento exacto, y DongHyuck tomó ambas mejillas de SiCheng entre sus cálidas manos, haciendo contacto visual de una manera que lo hizo temblar.

Se fue acercando lentamente al rostro contrario mientras un suave rubor cubría las dulces mejillas del peli negro. Cerró los ojos cuando un suave aliento se estampó contra sus propios labios y se encogió en su puesto.

Iba a ser besado como muestra de gratitud.  

Sun & Moon [HaeWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora