cap.2

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1...2...3...4...5 "respira" me ordeno a mi misma, "camina" me sigo ordenando pero no puedo. Intento moverme sin embargo sigo estancanda en el mismo lugar, mis piernas no quieren obedecerme, nada en mi cuerpo lo hace y siento unas terribles ganas de llorar. "No llores, no seas patética" pero al parecer en este caso mi cuerpo quiere llevarme la contraria y siento las lágrimas deslizarse por mis mejillas.

Siento asco de mi misma... demasiado por ser débil y patética, muy patética. 15 malditos minutos han tenido que pasar para poder tranquilízarme y tener un poco de control sobre mi cuerpo. Cada vez va a  peor y no puedo evitar los mas que frecuentes ataques de ansiedad y miedo.

Doy pasos pequeños, estoy demasiado cansada para moverme pero me obligó a hacerlo, necesito hacerlo no puedo quedarme sentada en las escaleras de por vida, aunque ahora no suena algo tan descabellado...

-¿Qué haces aquí?- siento escalofríos al escuchar su voz y trato de darme la vuelta pero no puedo, mi inconsciente me pide que corra pero estoy demasiado agotada para ello. - El ya no está aquí... Así que no vuelvas más la siguiente vez no seré amable- siento como sus pasos se alejan al mismo tiempo  que caigo acausa de los temblores que toman mi cuerpo.

Los recuerdos me golpean con brutalidad, los gritos, la lluvia mojandome y yo pidiendo clemencia por Cris. Siento como unas manos tratan de levantarme del suelo y no puedo evitar gritar con todas mis fuerzas, trato de escapar de esas manos y dejo de sentir su presión.

-Respira, no voy a hacerte nada... Por favor respira, tranquilízate- los temblores dan paso a respiraciones profundas, siento como el aire vuelve lentamente a mis pulmones - necesitas levantarte...¿Pu...puedo ayudarte?- su voz  profunda  me otorga cierta seguridad por lo que asiento. Yo sola no me siento con la capacidad de hacerlo por mi misma.

Vuelvo a sentir sus brazos rodeándome y me elevan del suelo. No puedo evitar oler su perfume, huele a limpio y menta y algo que nose descifrar. Levantó la vista y le veo mirándome, su mirada refleja preocupación y ternura, no tiene una mirada fuera de lo común sus ojos son marrones, pero nadie me ha mirado asi desde Cris. Sacudo la cabeza para evitar llorar, necesito dejar de hacerlo.

-Pu...pu...- no puedo articular bien las palabras, me siento mas fustrada. Tomo una bocanada de aire y lo intento de nuevo- puedes dejarme bajarme...- me deja caer lentamente y cuando mis pies tocan el suelo lo siento alejarse. -Gracias- le digo.

Veo como sacude la cabeza, su pelo negro esta salpicado por diversas canas, parece rondar los 50. Recorro su cuerpo con la mirada, y me tenso al ver que lleva traje. Mi instinto me pide que no me confíe, la experiencia me ha enseñado que los hombres trajeados son peligrosos, pero no puedo evitar sentir gratitud por su ayuda.

-De nada, cualquiera hubiera hecho lo mismo- su profunda voz me saca de mis pensamientos -¿Seguro que no quieres ir al hospital?, Pareces necesitarlo- sacudo la cabeza rápidamente. No quiero ir a ningún lugar, menos al médico, solo quiero ir a mi casa y meterme dejado del edredón.-como sea, mi nombre es ___, ¿Cuál es el tuyo? ¿ Y que haces en este barrio?-.

No puedo evitar dar un paso hacia atrás, el parece darse cuenta porque alza su mano hacia mí. Doy media vuelta para echar a correr pero siento como me agarra la mano, intento sacudirme pero no puedo.

-No, no te vayas, no me tengas miedo- asiento sin siquiera mirarlo, solo quiero que me suelte no quiero que me toque. Al parecer siente me incomodidad y me suelta.
-A... Amanda- siento como asiente y esboza una sonrisa, guarda silencio esperando a que le coneste su segunda pregunta, pero no puedo.- Quería visitar a una amiga, pero no la he encontrado-. Sé que no me ha creído, nunca se me ha dado bien mentir.

-Bien Amanda... Toma- levantó la mirada de golpe y veo con desconfianza la tarjeta que me tiende. -La gente no suele dar asi como así sus datos a personas desconocidas. ¿qué quiere?- no puedo evitar responder y me muerdo el labio inferior por mi desliz.
Rasca su cabeza y me ofrece una sonrisa, coge mi mano y pone la tarjeta en el centro de mi palma.
-yo creo que sí- le miro confundida- si que nos conocemos, lo acabamos de hacer. Cualquiera cosa me llamas. Si necesita ayuda hazlo, no tires la tarjeta-

Olvida Todo ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora