cap.6

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Siento como mi cuerpo se despega del suelo, la sensación de flotar en el aire hace que abra los ojos de golpe. Lo primero que enfoco es un torso, trato de removerme para que me suelte pero lo único que consigo es que  acentúe su agarre.

-suelteme- pido mientras trato de empujarlo con mis manos. A pesar del esfuerzo no consigo moverme ni un centímetro.-¡Te he dicho que me bajes!- grito cansada de que no me haga ni puñetero caso. Al fin siento que detiene sus pasos, abre los brazos de golpe y tengo que agarrarme a su cuello para no caer. Le dedico una mirada furiosa pero me vuelvo a cogelar por segunda vez cuando me doy cuenta de quién es.

-¿No querías bajar?... ¿Que haces aún agarrada a mi cuello?- su tono de voz me pone la piel de gallina. Cuando trato de soltarme me agarra de nuevo.

-Aun no he terminado contigo- me dice mientras su largo dedo recorre mi cara como si me estuviese dibujando. Mi cara se calienta por su toque así que trato de evitarlo. Su mano se queda suspendida a unos centímetros de mi rostro pero la deja caer hacia su costado, recio a tocarme de nuevo.

Me vuelvo a revolver entre sus brazos hasta que me suelta. Cuando mis pies tocan el suelo me alejo de él, algo me dice que cuánta más distancia mantenga mejor me irá.
-No...no vuelvas a acercarte a mi- le digo mientras doy pasos hacia atrás sin dejar de mirarlo. Su mirada pasa de la confusión a la rabia, pero no me detengo a ver su reacción completa y echo a correr todo lo que me permiten mis piernas.

-¡Amanda!- la voz de Amy hace me encoja encima del inodoro, no quiero verla ni a ella ni a nadie. Quiero estar sola, no quiero dar explicaciones de algo que ni yo misma sé. - sé que estás allí, es mejor que salgas porque-.
-¿Qué quieres?- la interrumpo saliendo del pequeño cubículo. Siento como me escanea de arriba abajo, buscando una herida física cuando las heridas más profundas las tengo en el corazón.

-¿Que ha pasado pequeña?- me dice mientras se acerca despacio, cuando llega a mi altura me rodea con sus largas extremidades -No debí dejarte sola... ¿Estás bien?- asiento por lo que  se relaja.
-¿Esta bien Erik?- le pregunto temiendo la respuesta. Su entrecejo se arruga y sé por inercia que no presagia nada bueno.
- Está en la enfermería, se recuperará aunque se llevó un golpe muy fuerte- suspira y me lanza una mirada interrogativa - ¿Me vas a contar que ha pasado?- me siento cohibida por su mirada inquisidora, suspiro fustrada y me siento en el suelo para comenzar a narrarle los hechos.

-Señorita Cooper acampañame por favor- la voz de la directora me devuelve a la realidad. Un escalofrío me recorre de arriba a bajo, nunca m habían llamado a dirección y para mi desgracia el motivo era claro. La sigo por los pasillos de la biblioteca hasta llegar a su despacho. Algunos alumnos nos miran y cucuhillan. Me gustaría dar la vuelta y poder gritarles. Me gustaría.

-Sientese- me ordena mirándome detrás de sus gruesas gafas- supongo que sabe el motivo por el cual la he solicitado- muevo la cabeza de un lado al otro negando y veo como resopla -en este centro estan prohibidas las peleas. Usted es una gran alumna con unaa capacidad excepcional y me decepciona que protagonice una pelea callejera-. Vuelvo a negar con la cabeza y un sollozo se me escapa. No había echo nada y aquí estaba acusada por algo que no había sido culpa mia.
-Yo se...se lo juro que no hice nada- trato de explicarle pero no me da la oportunidad. -Espero que sea la última vez. Puede retirarse- me dice sin siquiera mirarme.

Las lágrimas salen de mis ojos sin siquiera poder detenerlas, salgo del despacho sin mirar a nadie y me encamino a la enfermería. Siento que estos últimos meses todos me han querido aniquilar de una manera u otra, excepto Erik...

Trato de coger aire antes de entrar pero detengo antes de empujar la puerta. ¿Y si está mal? Siento como mis piernas dudan entre entrar o salir corriendo. Cuando estoy apunto de dar la media vuelta una figura se materializa delante de mi.
-¿Viniste a verlo no?- asiento lentamente mirando a la enfermera -puedes pasar-.

Avanzo hasta llegar a su cama pero no puedo evitar retroceder cuando alza su rostro y me mira. No me encuentro una mirada dulce a la que estaba acostumbrada, tampoco una mirada pícara. Sino una mirada llena de furia y dura muy dura dirigida a mi persona. -Largo de aquí- su voz hace que me estremezca, trato de hablar pero me interrumpe -No quiero saber más de ti, Todo esto que me ha pasado es tu culpa. Ahora no voy a poder jugar ningún tornero y sigue siendo tu culpa.- me dirije una sonrisa cínica y señala a la puerta.

Estancanda le devuelvo la mirada sin poder moverme. Quiero hablarle y llegar a él... Está vez soy yo quien lo busca y no al revés.

-¡Largate!- su grito me saca de mi conmoción. Salta de la cama y cuando lo veo acercarse a mi siento un deja-vu, no puedo detener los recuerdos, nunca he podido hacerlo.

Me veo a mi misma en esa calle de mierda y a Cris a unos metros de distancia, siento como me dice que me largue pero está vez tampoco puedo moverme y observo a cámara lenta como ese hombre viene hacia mi.


Un fuerte dolor en mi mejilla me devuelve a la realidad, trato de levantarme pero me sujetan. Escucho muchos gritos a mi alrededor y sé que había perdido el control de mi misma, otra vez. Mis ojos cegados por las lágrimas me impiden identificar los rostros que están a mi alrededor. Mi cuerpo entero tiembla, siento frío, siento pánico. La oscuridad me envuelve y dejo salir un suspiro, ya no siento nada.

Olvida Todo ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora