mamá, vos no sos jardinera
ni yo una plantauna vez, mamá me comparó
con una planta y me dijo que
hacía lo posible para que crezcaderecha y que no me desvíe,
que ella era como ese palo
que le ponés a la plantita,
el famoso tutor,
para que con su propio peso
no se caiga y pueda crecer erguida,
y creo que tenía un poco de razón
después de todo, capaz si era como
una planta, una a la que regaban
de vez en cuando y a la que por más
que le cortasen esas imperfecciones
siempre iban a volver a brotar
para estar desprolija --
capaz los cansé y por eso tuvieron
otra plantita, una muy diferente a mí
que requería mucha atención
pero era muy mansita
entonces me dejaron crecer sola
porque sabían que era fuerte
y sólo necesitaba un poco de sol
y dos gotas de agua míseras
cada cinco días. y estando siempre
contra el tapial del patio, cansada
de estar sola, con las raíces en la
tierra atada a un jardín sin conocer
fronteras, hice brotar mis propias flores
para ver más allá del tapial gris,
me llené de hojas, mi tronco creció,
el palo se quebró, hice sombra en el
jardín y mamá me quiso talar
todas las ramas y quemar las hojas
en el fondo del patio porque hacía morir
a todas las plantitas de mi rededor,
y resultó que necesitaba más agua
de la que había, que en todas las
estaciones florecía y ella no había
estudiado jardinería
y no sabía qué hacer
con todas esas raíces torcidas
que sobresalían de la tierra
ni con esas malezas
que alrededor crecían
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Relámpagos
Non-FictionRelámpagos de una masa grisácea, tormento de una mente catastrófica.