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la primavera que pasa fugaz por la ventana, las pinceladas densas de tu ausencia, este inmóvil sol que se me cuela por los ojos. nada respira en este pueblo y sin embargo llegar es un mar tibio en los pies; la fugaz perfección de una espera en minifalda a las seis de la mañana. enero es un sonido que sube mientras bailamos descalzos en plena calle, sin clavarnos ningún tipo de problema en los pies, entre besos y promesas infantiles de lo inmortal que sería este amor (mi amor) juvenil.
