Que el tiempo cure las heridas.

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A veces cuesta más desengancharse de personas que de drogas.
No sabría decir qué es más tóxico, pero sí qué es más doloroso. Con las personas todo es más complicado, porque después del último adiós te quedas colgando del recuerdo.
No le añoras a él o a ella, sino a ti mismo cuando estabas a su lado. Y no hay nada más insoportable que el saber que has perdido la mejor parte de ti.
Entonces buscas esa forma de ser en otros de manera precipitada y desesperada, sin éxito. Y solo tienes dos alternativas al problema.

Una. Volver con esa persona, sabiendo que estás conformándote con el camino fácil y vivir en un espejismo con forma de oasis.

Dos. Tratar de asumir que el pasado, por bueno que fuera, pasado es y buscar una manera de paliar el síndrome de abstinencia.

De cualquier forma, sales perdiendo, aunque haya algunos que digan que el tiempo lo cura todo.
Yo sigo esperando que me cure a mí.

Catarsis Vol. IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora