I: Retorno a Derry, retorno a Patrick Hockstetter

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–¿Cómo le fue en su magnifica aventura por Ohaio, Miss Engstrom? –Richie usaba su voz de ese tonto mayordomo inglés.

–De la mierda –Sonrió a ver su fiel amigo y se paró delante de él, aflojando el agarre de la maleta de llantitas que había llevado arrastrando–: No existe palabra más precisa que esa para describirlo.

Estaban a un metro de distancia, cara a cara, pero no era la cara que ambos recordaban, Richie Tozier y Gala Engstrom habían cambiado mucho en estos últimos seis años. En el silencio contemplaban los cambios uno del otro, con una sonrisa amable en el rostro y con la tensión tendida de un hilo. Gala quería abrazarlo, pero sentiría que estaría abrazando a un desconocido. Richie quería bromear y decirle algún nuevo apodo, pero estaría burlando a un extraño.

Lo primero que Gala notó de Richie fue lo estupendo que había mejorado haciendo sus voces y que ahora no parecían variaciones de su voz original sino autenticas voces, o al menos lo definía por la pequeña prueba del mayordomo inglés; lo primero que Richie notó de Gala fue lo alterado que su cuerpo estaba, antes era una chica muy escuálida que usaba el cabello corto y un lazo rojo que hasta ahora conservaba, pero su cabello creció y su cintura tomo carne al igual que el resto de su cuerpo.

Ambos habían notado cierto cambio peculiar en el otro y solo tenian 20 segundos de haber hablado en 6 años.

–¡Demonios, Gala! –Richie corrió la poca distancia que había y se dieron el mejor abrazo del siglo. Intentó cargarla, pero descubrió que ya no era una pluma, no era gorda ni nada, solo había subido el peso correcto para dejar de ser un cadáver y sí tal vez tener un pequeño bulto en el abdomen, pero no podía considerarse gorda. La cara de Richie fue de sorpresa al no poder cargarla, la chica se dio cuenta y ambos empezaron a reír– Cielo santo ¿Eres tú? Antes era más difícil cargar al perro de los Clayton que a ti.

–Estoy a gusto, así que lamento arruinar tus bromas sobre lo gorda que estoy –sonrió de lado y jaló su maleta hacia Richie, dándole un pequeño mensaje subliminal– intenta ser caballeroso.

–No lo soy, joder ¡Eso lo llevas tú! –negó con la cabeza y apuntó la maleta. Dibujo en el rostro una sonrisa de niño en navidad, tan ansioso y emocionado– Quiero presentarte a los muchachos, eres una mierda, pero les vas agradar –esa sonrisa se deformó y se transformó en una mueca de lado- me hubiera encantado que Bevvie y Ben también estuvieran, pero ellos ahora viven en otro maldito lado.

–No lo creo, Rich –Se sintió apenada porque había perturbado sus planes. Oh, como ahnelaba que fueran ah algún lugar donde pudieran conversar para ponerse al día,  conocer a los chicos de los que le había hablado en su niñez, pero que no logró conocer porque asistía a la escuela católica de Derry; ella conocía a Mike, por supuesto que lo conocía, pero no sabía que era parte del club de los perdedores porque se unió luego de que ella se fuera– mi madre debió llegar hace una hora y debe querer que cenemos todos juntos

–¿Como la bonita familia que son? –cruzó los brazos y la miró de una manera divertidamente interrogante, alzó una ceja y amplió su sonrisa– les hace falta una mascota para que al menos tengas un perro que te ladre porque, hasta donde sé, eran muy estrictos con todo ¡No te prestaban atención! De no ser por mi seguro te hubieras convertido en una niña suicida o una monja

–Ohaio, y su casi divorcio, les hIzo bien –Era verdad, los Engstrom tuvieron armonía y paz en casa, descubrieron la verdad de la mentira al ver a su hija crecer y darse cuenta que no la podían tener solo para ellos, también necesitaba salir y descubrir lo que siente ser joven; también descubrieron que ni siquiera la tenían para ellos, siempre estaban en el trabajo y cuando llegaban a casa siempre estaban pegados al teléfono haciendo llamadas por negocios, pero a su hija, a lo mujo, le hablaban una o dos veces al día– pero sin perro.

It was only a kiss; Victor CrissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora