-Está bien, el doctor Finley te inyectará un transmisor que nos dirá dónde estás en todo momento- dijo
En eso el doctor Finley se acercó a mí para inyectarme el transmisor pero de inmediato me alejé.
-Yo lo hago, sé cómo hacerlo- dije
No entendía porque sabía cómo inyectarme eso, pero prefería hacerlo yo que otra persona.
-Listo- dije
-Listo, ahora Emily, un auto de nosotros te está esperando afuera, te llevará a la ciudad, y te mostrarán tu nuevo hogar, alejada de ellos obviamente, tienes que salir de noche, no puedes dejar que nadie te vea, tienes que espiarlos, encontrar su punto débil y eliminarlos- dijo
-Está bien, pero ¿cómo los eliminaré?- pregunté
-Esa ciudad es muy pequeña, ellos manejan sueros que los controlan, lo único que tendrás que hacer es buscar esos sueros y hacer que se inyecten y programarlos para que se maten entre ellos- dijo
-Ese es un buen plan- dije pero algo en mi me decía que eso no era lo correcto. Pero ese pensamiento no podía seguir en mi cabeza, así que lo alejé de mí, tengo que eliminarlos.
-Todo claro entonces, ahora Emily cuídate, te veré en un tiempo más- dijo
Y me fui a la puerta, ahí me esperaba el auto que Arthur había mencionado, me subí y partimos.
-El viaje es un poco largo, si quieres puedes dormir, yo te avisaré cuándo lleguemos- dijo el chofer
Pero enseguida me di cuenta que no era un chofer cualquiera, el iba vestido cómo yo, y era obvio que era él el que me iba a llevar segura a mi nueva casa. No podía dormir, tenía que memorizar el camino, por si algo sale mal, el camino eran solo ruinas, todo destruido. Llegamos casi al medio día, y tuvimos que dejar el auto escondido.
-Está bien, saca un arma y sígueme, no actúes extraño, haz como si hubieras vivido aquí siempre- me dijo
-Está bien- dije y saque mi arma, pero no la pude sostener, enseguida sentí una sensación extraña recorrer mi cuerpo, y se me vino a la cabeza la imagen de un chico y yo le disparaba, mis ojos se llenaron de lágrimas pero las seque antes de que el chofer se diera cuenta.
-¿Qué pasa?, sostén el arma- dijo
-No puedo, no se por qué, pero no puedo- dije
-Está bien, quédate detrás de mí, pero si quieres sobrevivir estas semanas tendrás que ocuparla- dijo
No le dije nada, sólo hice lo que me dijo y me quedé detrás de él. Entramos, pero no se veía nadie.
-¿Aquí no hay personas?- pregunté
-Si las hay, pero estás un poco más lejos. Recuerda que no te pueden ver- dijo
Entramos a un edificio abandonado pero por dentro estaba limpio, una cama, muebles, un baño.
-Arreglamos esto para ti, ahora me iré, suerte- dijo y desapareció
Ahora estaba sola, y si quería sobrevivir tenía que ocupar armas, tenía que superar ese miedo o tendría que buscar otra manera de defenderme.
Ordené mis cosas y me recosté, tenía que esperar a la noche para salir.
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