Parte 4

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—Noona, mi mano se está entumiendo.

Sigue sosteniendo al aire aquel pequeño cartón que me ofrece y que obviamente por nada de este jodido mundo yo aceptaría. Porque no quiero nada de nadie, mucho menos de él.
Paso a un lado, pero estira su mano lo suficiente frente a mi, en medio de mi camino y para evitar el que siquiera me toque, me detengo.

—Tomalo por favor noona, es para ti.

Al no ver una respuesta de mi parte, se atreve a jalar de mi brazo y sacar mi mano de la bolsa de la sudadera y coloca en mi palma el pequeño cartón, observó rápidamente la etiqueta rosa que pasa por en medio de este, y un dibujo de una pequeña vaca es lo primero que se nota.

No digo nada, a cambio camino y al llegar a la entrada, donde siempre hay un bote de basura, al pasarlo, dejo caer el cartón dentro de este y sigo mi camino a la primera y estúpida clase que tengo.

—Noona.

Lo veo atravesarse de nuevo en mi camino y vuelvo a detenerme, no se si es muy tonto o en verdad le gusta joderme, tiene una enorme sonrisa postrada en su cara y por una puta razón mía, quizás una locura, siento que eso lo hace ver hermoso, pero, da igual sigue siendo un idiota.

—Esto no es para la basura —sonríe con cierta delicadeza —, es para aquí.

Da pequeños golpecitos sobre su abdomen.

—Es para beberse noona.

Soy idiota más no retrasada como para no saber para que es lo que acaba de darme. Vuelve a jalar de mi brazo y nuevamente coloca el cartón sobre mi palma sin borrar esa estúpida sonrisa de su cara, incluso ni para respirar.

No entiendo, de verdad, no entiendo como es que un chico puede ser tan irritante y verse como un ángel al mismo tiempo.

Checo la forma del envase, si esto es lo que el quiere de mi con tal de que me deje en paz se lo daré.
Jalo la abertura rasgandola lo suficiente para que se pueda beber, veo el liquido rosado sobresalir por dentro.

El castaño me observa y puedo notar un pequeño brillo en sus ojos, debe estar pensando que puede volver cálido el corazón de la hate.

Lastimosamente, aquel brillo deja de estar cuando nota mi objetivo.
Dejo caer al suelo toda la leche esparciendose por toda la acera y durante todo eso nunca dejo de mirarlo con el mismo odio que con el que veo a todos aquellos que como él que creen que con gestos como estos tienen ganado el corazón de las personas como yo. Detesto la lástima y el que nos miren desde arriba sintiéndose superiores.

Finalmente dejó caer el cartón y pasó a su lado, es un alivio que no diga ni haga más, tengo suficiente con que todos estos parásitos estén observando todo, pero si con eso consigo que no este jodiendome más, no me importa.

Tiro mi mochila a la banca cuando llego, recuesta mi cabeza sobre la paleta valiendome madres lo que pase después.

—Es un estúpida.

—Si, mira que hacerle eso a alguien tan hermoso como JungKook.

—Por eso nadie se le acerca, pobre, es un asco.

—Espero que JungKookie deje de tenerle lástima.

Los murmullos no se hacen esperar, más de aquéllas ratas del demonio a las que llaman compañeras, y como todos, en lugar de preocuparse por su inútil vida, quieren checar la de los demás.

Que asco con ellas.

—JungKookie merece alguien como yo y alejarse de la porquería.

Y como siempre hago lo mismo, me viene valiendo tres hectáreas de mierda lo que digan, hagan o dejen de hacer los adefesios de este lugar.
Las ignoro y dejo que el tiempo corra lo más que pueda.

Hate.  ~Jungkook- BTS ~ [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora