Parte 54

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Creo que ya se compusieron las partes, este es unos de los últimos capítulos, por favor denle amor a esta historia que las subo para todos ustedes. 

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—Quien dijo que seria fácil.

Corro cuando él comienza hacerlo, desciende las escaleras que yo bajo antes.
A veces odio que la oscuridad no me deje ver nada, tropiezo con un sillón y me golpeo el pie con ello, duele como la mierda pero me aguanto, logro llegar a la sala y si doy la vuelta lograre llegar al pasillo que da a la puerta principal y ganare.

Corro con el pie adolorido pero a él no lo veo más, ni escucho sus pasos y eso me pone en alerta, me apresuró, volteó solo para verificar que no este cerca y sigo corriendo.

—¡Mierda!.

Es lo primero y único que digo cuando mi cuerpo se estampa con otro y caigo al suelo. Genial, esto no lo veía venir.

—¿A donde con tanta prisa muñeca?.

A pesar de que todo este oscuro, puedo sentir como sus malditos ojos brillan demostrando el deseo que esta creciendo a cada minuto en su ser y del cual deberé hacerme cargo más tarde.

—Tengo una cita.

Respondo al momento de arrastrarme por el piso pasando entre sus piernas y le doy un ligero empujón que logra hacerlo caer.
Intento ponerme de pie y cuando lo consigo quiero correr pero una mano se aferra a mi cintura y me hace volver al suelo.

—Yo puedo ser tu cita esta noche, muñeca.

Lo empujo nuevamente, esta vez utilizo mi pie, hace una mueca de dolor y creo que me pase un poco, pero vamos, lo recompensare si gana.

—Si bueno, no lo creo.

Vuelvo arrastrarme hasta la puerta pero sus manos toman mi tobillo y me arrastra lo suficiente para llegar a la sala.
Creo que alguien perdió y ese obviamente no es JungKook.
Pataleó un poco, pero no consigo nada más, me jodí.

—Has perdido Mate.

Sus manos atrapan mis manos a cada costado de mi cabeza, sus piernas aprietan las mías, puedo sentir la adrenalina del momento y su demente sonrisa volverse más y más grande.

Agacha la cabeza lo suficiente para olfatear mi rostro y parte de mi cuello, da pequeños mordiscos en este que me hacen jadear, no creo soportarlo.

—Vamos arriba Mate, te daré tu castigo.

Suena tentador y espeluznante a la vez, su voz es grave y ronca, siento ya sus ganas de enterrarse en mi con esa sensación loca y desenfrenada.

No espera a que le de una respuesta y me carga llevándome de regreso al cuarto de hace minutos atrás, me baja de su hombro mientras cierra la puerta con seguro por si intento escapar nuevamente.
Corro hacia la ventana, la altura no esta para nada a mi favor, cuando regreso mi vista a él, esta mirándome con una ceja arriba, no me había percatado de su peinado, puedo ver su frente aunque lleva un fleco que le cubre parte de su ojo izquierdo y lo demás lo lleva hacia atrás. Lo hace ver tan jodidamente sexy y terrorífico al mismo tiempo, es como si el demonio más caliente del infierno haya salido y se haya metido en el cuerpo de mi chico.

—No te conviene Mate.

Dice al ver mis intenciones de querer escapar por la ventana, y es más que obvio que no me conviene.

—Dejame decirte que estás enfermo muchacho.

Sus sonrisa cínica me fascina, me excita.

—Eres la única culpable, deberías hacerte cargo.

Niego siendo ahora yo la de la sonrisa demente.

—Lo haré. Creeme que me hare cargo, cariño.

Le hago un ligero guiño mientras sutilmente mi mano lo llama, él se acerca hasta rodearme, me hace retroceder los pasos cuando sigue caminando, pasa sus manos por mi cabeza solo para cerrar la ventana y dejar recargada mi espalda sobre esta. El vidrio esta frío.

—Tu sola presencia me hace perder la cordura Mate.

—Y sabes que solamente tú puedes tenerme JungKook.

Acerca sus labios a los míos, no me besa y eso me hace enojar.

—Media vuelta.

Ordena y me confunde, no me besa pero si me exige. Bien, lo hago, la luz de la luna brillar en la densa oscuridad. Mis manos se pasean a través del vidrio de la ventana, siento todo su cuerpo recargado al mío. Hace a un lado mi cabello para besar mi hombro por el cual desliza el tirante del vestido.

—Tu aroma es simplemente exquisito, mi muñeca.

Sonrió cuando muerde mi oreja con descaro, sus manos pasan por mi cintura, esta abrazandome mientras besa mi mejilla.

—Besame Mate. Te necesito.

Dice y lo veo, sus labios atrapan los míos, me besa con tanta pasión, me hace voltear de nuevo, envuelvo mis brazos por su cuello atrapando su cabeza sin dejarle salida alguna de querer escapar, su mano desliza el otro tirante y desciende el vestido por mi cuerpo con tal descaro.

Me lleva hasta el pie de la cama, ambos de pie sin dejar nuestras bocas. Me fascina.

Sus manos quitan el broche de mi sostén y lo baja poco a poco.
Acaricia mis pechos y una fuerte descarga me recorre, sus manos los toman y mis ojos se cierran al sentir como reaccionan ante su tacto.

—Siempre listos para mí. Como me gustan.

Dice y los besa, muerde y lame antes de hincarse, me observa sonriente desde esa posición, sus manos sostienen la orilla de mi ropa interior bajándola lentamente teniendo él la mejor vista.
Una vez fuera toda mi ropa besa mi abdomen y posteriormente mi vientre,se abraza a mi recargando su cabeza en donde no debería.

—Quiero probar todo tu sabor mi reina.

Se pone de pie besando mis labios, soy la única desnuda en este lugar. No es justo.

Me lleva hasta en centro donde esta la mesita y me hace sentarme en ella. Él vuelve a hincarse y abre lentamente mis piernas, me besa y tomo su rostro en mis manos.

—Acuestate.

Dice y lo hago poco a poco conforme sus besa van bajando hasta llegar a mi entrepierna.
No estoy preparada para eso, porque no pensé que él sería de los hombres que hacen eso.

—Mmm...

Pero, oh dios, se siente tan bien sus labios deslizándose por toda mi vagina, por mi labios, por mi clítoris que siento que explotaré en cualquier momento.

Sus manos se aferran a mis piernas al ver que trató de cerrarlas.

—Se que te esta gustando Mate. Disfruta de mi ADN en el tuyo.

Dice con descaro volviendo su boca a donde estaba. Mis manos se aferran a su cabello empujándolo más, se siente tan malditamente bien que no quiero que deje de hacerlo.
Tengo mi primer maldito orgasmo y no hubo necesidad de que él se enterrara en mi, solo lo consiguió jugando con su boca.

—JungKook...

Me levanta y puedo ver mi líquido sobre su cara y juraría que estoy totalmente roja y eso a él no le importa, porque aún así me besa y le regreso el beso.

—Tu sabor es tan malditamente delicioso. En cuatro muñeca.

Me separó viéndolo y no hay pizca de broma en su cara.

—¿Perdon?.

—Lo que oiste cariño, en cuatro.

Estoy sorprendida por su acto repentino, pero no digo más y lo hago. Maldito engendró me las pagara.
Colocó mis rodillas encima de la mesa al igual que mis manos teniendo la vista de la pared que es iluminada en parte por la luz de la luna.
Escuchó como desabrocha su pantalón, siento como acaricia mi pierna hasta mi trasero donde da una palmada, arde pero me gusta, que no olvide que sigo siendo su mayor.

—Esto te fascinara mi hermosa Mate.

Dice abriendo un poco más mis piernas, besa mi espalda cuando siento como comienza a jugar rosandose contra mi entrada, hasta que poco a poco va dejando que entre.

—¡Agh.!

Gimo cuando lo hace rápido, maldito mocoso esto esta gustándome demasiado.

—Eres tan estrecha Mate, eso me enloquece.

Le vale lo que pueda decir o pensar, toma de mis caderas y comienza suciamente con salvajes y rápidos movimientos, mi trasero pega contra su pelvis escuchando en sonido de nuestras pieles unirse una y otra vez.

Aferro mis manos a la orilla de la mesa viendo como las gotas de sudor están cayendo por mi frente a esta, agacho la cabeza en cada maldito movimiento.

—No te reserves tus gemidos, quiero escucharlos nena.

Se hunde tanto como puede y me muevo para que lo sienta tanto como pueda, lo escucho gemir también cuando me restregó a él hasta que no pueda más. Gimo para él, para que sepa lo que me hace sentir.

—Di que eres mía Mate.

—Mmm. L-Lo sabes J-JungKook, soy tuya.

Sale de mi en un rápido movimiento y se sienta en la mesa sentándome también en él, lo siento nuevamente, estoy en el maldito cielo.

Me encanta.

—Eres lo que necesito en mi vida Mate.

—Tú eres mi vida JungKook.

Me muevo con ayuda de él al sostener mis caderas siento que estoy a punto de llegar a un nuevo orgasmo justo cuando él lo hace, sale de mi y deja que su líquido moje mis piernas así como las suyas.
Me carga y enredo mis piernas a su cintura. Esto aún no ha acabado, me deposita en la cama con él encima mío y se hunde en mí nuevamente. Esta vez lo hace lento mientras se dedica a besar mis labios con una hermosa suavidad.

—Te amo Mate.

—Te amo JungKook.

Nos besamos, estamos bañados en sudor y de un momento a otro tengo una idea repentina que cruza mi cabeza, una loca idea. No se que pensaría él de ello.

—Quisiera marcarte como mía, más de lo que ya lo eres.

Y esa idea si quería descartarla ya no puedo hacerlo.

[ —A él le gusta tanto como a mi.
—¿De verdad?.
—Si Mate, Taehyung ama ver su sangre envuelta con su sudor y mi saliva.
—Estas locas. Además no hay nadie.
—Vamos, que tal ese niño Kookie. Podría ser bueno.
—Cierra la boca, es solo un mocoso que quiere joder como los demás.
—Vamos Mate. Intentalo.
—Ya estas demente __________ Amano...]

Asi es.

—Podría marcarte la piel.

Digo de repente y deja de moverse, me ve con cierta curiosidad.

—¿De que hablas?.

Sonrió.

—Un cuchillo, tu cuerpo, tu piel, tu sangre.

Esta sorprendido, bien creo que mi chico no es de esos dementes.

—Solo si quieres JungKook. No te obligó a nada.

—Quiero.

Y me sorprende más que haya aceptado.

* * * * * *

Minutos más tarde yacemos acostados envueltos en las sabanas, mi espalda en su pecho, esta al pendiente de la herida de mi hombro, acaricia mi brazo con suavidad y cuidado, sonrió.

—¿Segura que estas bien noona?.

Asiento.

—Si JungKook, arde un poco pero pasara rápido. ¿Que tal tú?.

—Estoy bien noona, pero creo que me pase contigo.

Niego, mi JungKookie ha vuelto, el chico tierno e inocente esta aquí.

—Esta bien, no te preocupes, no te pasaste.

Sus caricias no cesan, a pesar de habernos marcado con una navaja que encontro en la casa, lo veo no tan convencido, él hablaba literalmente y yo no, no cuando recordé a esa pequeña chica, ___________ Amano. Cuando se lo dije él me dijo que si pero no tan convencido.

Ahora tengo una "JK" marcada en mi omóplato izquierdo justo detrás de donde debe estar mi corazón al igual que el lleva un "SM" en ese mismo lugar de su cuerpo.
La herida fue la misma solo que yo sangre más de lo debido, siempre es así, mi sangre es abundante. Eso le preocupo, pero ya ha parado y ahora solo debe estar roja.

—Lo siento noona.

Me levanto un poco y lo veo mal, lo beso antes de volver a mi posición.

—Basta. No paso nada, ambos lo quisimos.

Tomo su mano y lo hago rodar mi cintura entrelazandola con mi mano.

—Te amo noona.

—Te amo JungKook.

Besa mi mejilla.

—Ahora descansa conejito.

Y comienzo a cerrar los ojos.
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Gracias por leer. 

#SanMinnie.

Hate.  ~Jungkook- BTS ~ [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora