Capítulo 35

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(Nota: capítulo no apto para todo público, contenido sexual)

Narra Leo.

-Oh, me cortó la muy maldita. - Dije con frustración mientras guardaba el celular en mi bolsillo.

-¿Ya vuelven?.- Preguntó Gem.

-No lo sé. Al parecer están en una cita. -Suspiré y con ello me acompañaron todas las chicas. - En estos momentos quisiera un Piscis.... - Vi de reojo como Aries apretaba los puños y sonreí internamente. Iba a decir algo pero Cáncer habló.

-Saben, mañana me gustaría darles un paseo, me pone triste pensar que sólo nos quedan tres días más...

-Lo sé, yo podría pasar mi vida aquí. - Sagi la miró con tristeza. -Pero dónde vaya ella iré yo- Vi cómo tomaba la mano de Acu mientras ésta se apegaba más a su lado.

-¡¿Esperen qué?! ¿Me perdí de algo? Ustedes dos... - Libra los miró acusadoramente mientras los señalaba. -Claro ahora seré el tercero en discordia, malditos. -

-No seas exagerado, digamos que tu tampoco estás tan sólo.. - Respondió Escorpio mientras sonreía victoriosamente.

Wow lo que menos me esperaba era una relación entre Acua y Sagi. A veces podían ser tan parecidos como tan diferentes a la vez. Me encantaban.

-Al fin.. - Los felicitó Aries

-Es extraño, eran como hermanos por lo que esto me parece muy incestuoso.- Gem le dió un codazo a Libra por haber dicho aquello. - Pero me alegro un montón, vengache pa' ca. - Libra abrió los brazos para que ambos se acercaran y los apretó contra su pecho. Se acercó al oido de Sagi y luego al de Acua, no pude oir lo que les dijo pero la cara de ambos luego de eso era todo un poema.

-Leo, tengo que hablar contigo. - Aries me habló al oido y noté un cierto tono de enojo en su voz.

-No tengo ganas ahora de ir...Saque turno. - Hablé como toda una diva. No es que estuviera enojada con él, sólo que quería ponerlo de mal humor. Me encantaba eso.

Bufó y rápidamente me tomó de la muñeca llevándome a vaya saber dónde.

-Ya Aries, déjame. - Dije poniendo resistencia. Él me miró mal y siguió caminando por un largo pasillo. Cada vez que veía una puerta la intentaba abrir pero la mayoría estaban con llave por lo que lo llevaba más a la frustración. Hasta que por fin pudo encontrar una habitación abierta.

Al entrar me soltó bruscamente y cerró la puerta con seguro. Rápidamente me di la vuelta quedando de espalda con los brazos cruzados.

-Te dije que no tenía ganas de hablar aho.... -

-No me importa, estoy harto ¿si? ¡No sé que pretendes de mi!.- Sentí su frustración a mi espalda. Trataba de ocultar mi risa pero se me hacía una tarea sumamente difícil. Me dió vuelta y tomó mis hombros mientras me pegaba contra la pared. -Debes entender que eres mía, de nadie más. Así que deja de estar mirando y pensando en otros chicos.-

- No me digas... ¿ahora lees mentes?-Lo miré con autosuficiencia. Vi como sus ojos se ensombrecian al decir aquellas palabras. En un rápido movimiento con una mano tomó mis muñecas levantandolas por encima de mi cabeza mientras que con la otra tomó mi mentón haciendo que lo mire fijamente.

-Si querías que te tratara así sólo tenías que pedirmelo. - Estaba tan cerca de mi que su aliento chocaba contra mis labios.

-Mi amor... Creo que el necesitado aquí eres tu.. -Y en un rápido movimiento él era ahora el que estaba entre la pared y mi cuerpo. Me acerqué lentamente a su oído y con la voz más sensual que tenía le susurré. - Recuerda quien manda aquí bebé. - Sentí como sus músculos se tensaban y un suspiro involuntario salian de sus apetitosos labios. Debía contenerme pero lo que más quería en estos momentos era besarlo.

-Leo, no...no me provoques. - Las manos de Aries bajaron a mi cintura pegandome contra su fuerte abdomen. Sus ojos sólo reflejaban lujuria y el deseo de poder.

-¿Y si lo hago que?. - Mis manos viajaron por todo su torso terminando en la hebilla de su pantalón. Cerró los ojos tratando de contenerse mientras respiraba entrecortadamente tratando de controlarse- ¿Y bien?..

-Te lo advertí.- Dijo con voz ronca por lo bajo. Sus brazos se tensaron y sin previo aviso me tomó de los muslos levantándome haciendo que mis piernas rodeen su cintura. Su boca se apoderó ferozmente de la mía.

Necesitaba más de él. Jugábamos con nuestras lenguas por quien dominaba más. Grandes besos, besos exitantes, respiraciones entrecortadas, pequeños gemidos, la habitación se inundó de nuestra esencia. Mis muslos se apretaban más contra su cintura rozándome contra su enorme bulto.

Sentía como comenzaba a endurecerse cada vez que se rozaba contra mi. Lo necesitaba, necesitaba más de él y él de mi.
Me bajó delicadamente para meter su mano por debajo de mi falda. Suspiré al sentir uno de sus dedos dentro de mi. Lo agarré fuertemente de los hombros tratando de estabilizarme, luchaba por mantener la cordura mientras mi cuerpo temblaba por la excitación.

-Dices que no me necesitas, pero amor mio estás muy mojada.- Su boca se dirijió hacia mi cuello mientras besaba y succionaba todo a su paso.
Como pude lo alejé fuertemente dejándolo atontado.

-Recuerda que este juego es de dos...-Y con ello poco a poco fui despejándome de mi ropa mientras me miraba lujuriosamente.
Me acerqué hacia él y lo empujé ferozmente hacia la cama mientras me montaba encima. La guerra de besos aún no paraba. Comencé a moverme encima de él mirando como se retorcía por querer llegar más allá.
Poco a poco mis manos se dirigieron a su pantalón, pero antes de desprenderlo me detuve a acariciar su miembro.

-Mierda, no hagas eso....-Sin prestarle atención seguí. Mis manos hicieron acto encaminándose hasta su cierre y sacándole completamente el jean. Lo mismo hice con su boxer negro. -¿Te gusta lo que ves?- Habló con voz entrecortada mirándome socarronamente.

-No, me encanta.

Y con eso me tumbó. Ahora él era el que estaba encima mio. Se deshizo ágilmente de mi brasier acariciando mis senos delicadamente en el proceso y luego siguió con mis bragas. Me dio vuelta bruscamente poniendome boca a bajo mientras se aferraba a mis caderas. Poco a poco sentí como entraba en mi y un gemido de placer salía de mis labios.
Su pelvis comenzó a moverse suavemente hasta que fue aumentando la velocidad y con ellos mis gemidos. Giré mi rostro y lo busqué con la mirada.

-Besame.- Le supliqué.

Me sonrió y bajó su rostro hacia el mío, sus labios rozaron mi mejilla, mi nariz y luego
lentamente, hicieron su camino hacia mi boca. Esta vez me besó suavemente, muy
suavemente.
Estábamos tan cerca como dos personas podían estar, éramos uno solo.

Me dio vuelta y se puso encima de mi. Sus manos tomaron las mías. Su boca lamía delicadamente mis senos. Me retorcía del placer mientras él seguía con lo suyo.

Poco a poco su miembro volvió a mi entrada y se quedó allí por unos minutos. Lo miré mal, me estaba matando. Aries me miró socarronamente mientras lo metía lentamente haciendo que arquee la espalda en el proceso. Sus manos apretaron las mías mientras aumentaba el ritmo. Adelante y atrás, adelante y atrás.

Comencé a temblar. Estaba a punto de llegar al orgasmo. Mi cuerpo se sacudió violentamente y una onda de placer me recorrió de pies a cabeza. Aries también había llegado por lo que se detuvo. Respiraba dificultosamente, su espalda se contraria haciendo que sus músculos se vieran más apetitosos.
Poco a poco se fue alejando hasta recostarse rendido junto a mi.

Ambos nos quedamos mirando. Lo amaba, lo amaba a más que nada en este mundo. Él era mio y yo suya y sus ojos me lo confirmaban.

-Te amo... - Su mano dibujaba la linea de mi rostro mientras decía aquellas palabras que significaban tanto para mi y que me era imposible cansar de escucharlas.

-Yo te amo a ti. - Y un suave beso fue depositado en mi frente, se detuvo a respirar mi aroma, sonreí ante eso.

-¿Que dices, segunda ronda?. - Mi risa sonó en la habitación. Este chico era incansable. Y como respuesta esta vez yo me subí encima de él. Ahora era mi turno.

Como siempre me sentí la chica más afortunada del mundo, y sólo por tenerlo a él. Por tenerlo a Aries.

Una Loca Aventura Con Los 12 SignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora