Mensaje.

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Martes.
Me despertó mi celular al vibrar bajo la almohada.

Tom
{ ¡Despierta! Recuerda que tienes que "abrir" la oficina 😅 )
{ Si quieres te acompaño, por si te dice algo )
{ Tengo un plan. )
                               5:48
{ Si no contestas, voy a ir a echarte agua 😂)

                         ( Ya, ya estoy despierta }
                               ( ¿Cuál es tu plan?  }

{ Te digo cuando nos veamos 😏)

                                       ( No me asustes }
                 ( No es nada ilegal, ¿Cierto? }
                                                    VISTO 5:56                                                                        ( ¿Tom? }

Le había dicho a Tom que me despertara o que al menos lo intentara pero creo que se lo tomó en serio. Me arreglé normal para el trabajo y poco después llegó Tom. En el camino me explicó su plan, como me había dicho por mensaje.

Y así lo hicimos, primero entró él, para cerrar la oficina, pero, para que no lo vieran entrar ni salir, pasó por la puerta de atrás mientras yo distraía a la secretaria de el jefe, que se suponía, su trabajo era abrir y cerrar la oficina, pero ella no había ido y por eso me lo pidió a mí. Luego iría yo, a la hora acordada para abrir la oficina y así todos los testigos dirían que la abrí y nadie vería a Tom, por lo temprano que era cuando la cerró. Después de ya haber efectuado el plan, Tom me esperaba en la entrada, recargado en la puerta y cruzado de brazos.

- Eres un genio, Tom - lo alabé aún viendo la cara de presumido que hacía.

- lo sé - contestó ladeando la cabeza con una sonrisa pícara - así… que, aquí trabajas - observó todo.

De reojo pude ver que detrás de Tom el jefe estaba apunto de entrar.

- Tom, creo que… debes irte, ¿No? - traté de apresurarlo para que no le dijeran nada.

- Sí, claro, adiós Rose - entendió e inmediatamente me dió un beso en la mejilla y se fué.

Cuando me dí la vuelta, habían muchas chicas mirándome con cara de mustias y Madison se acercó a mí, emocionada.

- ¡Y no me dijiste que ya tenías novio! - exclamó contenta.

- Baja la voz… él no es mi novio - fruncí el ceño.

- No tienes que ocultarme nada a mí, Rose. - soltó una carcajada.

- Te estoy diciendo la verdad… - dije y antes de que pudiera explicarle el jefe interrumpió diciendo que teníamos trabajo que hacer.

Pero en el descanso también estuvo insistiendo.

- Ya te dije que no es mi novio - rodé los ojos.

- ¿Entonces? - me miró alzando una ceja.

- ¿Entonces qué? Solo es un amigo…

- ¿Un amigo que te deja en el trabajo? - dijo sarcástica.

Cuando le conté a Mad como nos conocimos y lo que había pasado ayer, se puso tan atenta, no me interrumpió ni una sola vez y solo suspiraba como si de una historia romántica se tratara. La historia se alargó para todo el día y justo en la salida, cuando me estaba despidiendo de Mad, ví a Tom esperándome junto a Harri, ambos estaban recargados en un auto, platicando con una caja de donas y café.

- Hablando del rey de Roma - comentó Mad mientras me daba un empujoncito hacia allá y se retiraba.

Me acerqué a ellos y pregunté - ¿Qué hacen aquí chicos?

- Vinimos por tí - contestó Harri, muy tranquilo, como si fuera lo más normal del mundo, dándole un sorbo a su café. 

- ¿Y eso? - hice cara de sorpresa.

- No queríamos que te regresaras sola - dijo Tom encogiendose de hombros mientras me extendía una dona que tenía en la mano - ¿Quieres?

Solté una pequeña risa y tomé la dona - si, gracias - contesté. Tom se quedó mirándome como un estúpido aún con la mano extendida y yo lo miré extrañada, esta situación duró unos segundos.

- ¡Idiota, reacciona! - Harri le dió un sape no muy fuerte a Tom para hacerlo reaccionar y no pude evitar reír.

- ¡Auch! No tenías que hacer eso - miró a Harrison entrecerrando los ojos mientras sobaba su cabeza.

- Si no fueras un idiota, no tendría que hacerlo - contestó Harrison burlón.

- Oigan… - interrumpí, antes de que Tom dijera algo y voltearon a verme - tenemos que caminar - alcé ambas cejas.

- ¡Claro! - contestaron ambos al unísono y comenzamos a caminar.

En el camino le contamos a Harri lo que habíamos hecho Tom y yo en la mañana y no dejaba de reír. Hablamos sobre volver a salir los tres y cuando llegamos a mi apartamento  los invité a pasar, mejor dicho, lo obligué.

- Están en su casa, chicos - dije cuando los dejé pasar y me quité el abrigo.

- No le digas eso a Harri que se lo toma en serio - dijo Tom, Harrison lo miró mal y los tres reímos. Hubo un pequeño silencio despúes de eso.

- Tengo hambre… ¿Pedimos pizza? - propuso Harrison.

- Recuerda que… debemos ir a… la entrevista - dijo Tom entre dientes, antes de que yo pudiera decir algo.

- Cierto, lo había olvidado… - Harri miró al piso y arrugó la nariz.

- ¿Y ahora estás grabando una película o algo? - pregunté a Tom, él abrió los ojos como platos y luego miró a Harri, que igual estaba sorprendido.

- ¿Me conoces? - preguntó Tom confundido.

- ¿Desde cuándo? - dijo Harri. Me reí.

- Bebo mostrarles algo - volví a reír y caminé, haciendo que me siguieran confusos. los guíe a una pequeña bodega - ¿Están listos? - pregunté antes de abrir la puerta y ellos solo se miraron - lo tomaré como un sí - dije para luego abrir la puerta.

- Woow - dijo Tom y se llevó las manos a la boca, al ver que la bodega estaba llena de cosas de Spiderman.

- Como fan de Spidey que soy, tenía que saber quién lo interpretaría ahora, pero no te preocupes, no te investigué a fondo ni nada - dije mirándolos a ambos que miraban la bodega con intriga.

- ¿Tú pintaste esto? - preguntó Harrison señalando algunas pinturas de Spiderman que se encontraban allí.

- Sí, también cocí ese traje - señalé un traje y Tom corrió a tomarlo.

- ¡Wow! Está increíble - dijo Tom muy contento, admirando el traje.

- Ni que lo digas - añadió Harrison.

- Iba a tirar todas esas cosas -  dije, ellos voltearon a verme de golpe - No tenía donde ponerlas y me las tuve que traer porque mi madre no quería tener basura en su casa - bajé la mirada triste.

- ¿Basura? - dijo Tom enojado - Esto es genial, es lo contrario a basura - frunció el ceño.

- Hasta yo me lo quedaría, que no soy tan fan de Spiderman - dijo Harri y yo reí.

- A mí me encanta Spiderman, desde que era un bebé - Tom dijo mientras miraba todo.

- ¿En serio? A mí también - respondí, el me miró sonriente con un brillo en sus ojos, le regresé la sonrisa - Pero... mejor váyanse ya, no quiero que lleguen tarde por mí culpa - concluí.

- Bueno… comeremos pizza en otra ocasión - dijo Harri dirigiéndose a la puerta con Tom pisandole los talones.

- Sí, hay que vernos más seguido - dijo Tom y luego ambos se despidieron para posteriormente retirarse.

Estos dos cada vez me caen mejor.



Una nueva vida. •Tom Holland•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora