¿QUÉ ***** ESTÁS HACIENDO?

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El timbre que daba inicio a las clases comenzó a escucharse. Los alumnos que llegaban tarde se apresuraban a entrar a su salón, todos excepto uno: Eustass "Captain" Kid. Quien no solo no apresuró el paso sino que, en vez de dirigirse a su salón, iba camino a la salida. Kid no tenía planeado quedarse en la escuela, por ese día (y tal vez muchos más) tenía toda la intención de saltarse las clases. Intención que no poseía, pero el estar escuchando a los profesores hablar sobre cosas que le importaban un soberano grano en el culo, era más tentador.

Después de hablar con Trafalgar, todas las intenciones y ganas de portarse relativamente bien murieron agonizantes con cada palabra que el pelinegro le dedicó. Todo le había salido justo como lo sospechaba, no obstante la esperanza moría al último y si de pura casualidad las cosas le hubieran salido como deseaba, bien habría valido los nervios y la vergüenza (y después de escuchar a Law fácilmente le podía agregar el término humillación).

Si alguien se habría atrevido a hablarle a Kid en ese momento, la situación tal vez habría terminado con el pelirrojo tras las rejas. Eustass se creía capaz de asesinar a cualquier ser vivo que le dirigiera la palabra, mirada o estuviera a menos de un metro de él; básicamente necesitaba asesinar a alguien o a algo, quien fuera. Para su mala suerte y como cereza del pastel, nadie se acercó, nadie le miró y mucho menos nadie le dirigió la palabra. Para seguir teniendo un día de mierda, Kid se dirigió a su casa para ahogarse en su pena y propio infierno, donde encontró a Killer, única persona capaz de acercarse, mirarlo y hablarle sin estar en peligro de muerte.

-¿Qué coño estás haciendo? -preguntó el pelirrojo.

-Esperarte. Sabía que ibas a regresar pronto así que me dije: Killer, como buen amigo que obviamente eres, tienes que esperar a Kid para felicitarlo por su primera confesión de amor -dicho esto el rubio sacó un espantasuegras utilizándolo frente a la cara del pelirrojo.

Mentalmente Kid contaba hasta cien, agarró el espantasuegras y lo hizo una bola frente al rostro de Killer. Se sentó en el sillón de su pequeña casa sopesando la idea de matar a su amigo, ¿si le sacaba la columna vertebral por la boca existía la posibilidad de que muriera? Al imaginarse que sí, los pensamientos de Kid viajaron a cierto estudiante de medicina ojigris y moreno que muy posiblemente era capaz de sacar la columna vertebral de algún pobre diablo por la boca sin matarlo. «Mierda», pensó.

-¿Cómo te fue? -preguntó el rubio mientras se sentaba al lado de Kid. Este no contestó-. Lo lamento.

El silencio se apoderó de la habitación.

-¡No jodas! ¡¿En serio?! -exclamó el rubio muy sorprendido-. Lo sospeché cuando regresaste una hora después que te marchaste... y sin compañía, pero nunca creí que en verdad fuiste rechazado.

-¿Quieres que te vuelva a golpear?

-¿En serio me estás preguntando eso? -Kid suspiró. Nuevamente hubo silencio-. ¿Qué sucedió? -por el tono de voz la burla fue dejada a un lado.

-Se cambió a mi escuela.

-¿Qué? ¡Já! Ese es un buen chiste.

-No estoy jugando.

-... ¿Por qué hizo semejante idiotez? Con sus notas bien puede entrar a cualquier escuela de prestigio que quiera, es más, las escuelas de prestigio se pelean por él, ¿y va y se mete a tu colegio? Eso es demasiado sospechoso... Espera, ¿hizo todo el cambio académico y no te diste cuenta?

-No hablábamos de esas cosas.

-Claro. Sus citas constituían en dos cosas: meterse en algún tipo de pelea o meterse la mano. Kid, una relación también necesita de algo que se llama comunicación. ¿Al menos le preguntaste el por qué cambió de colegio y eligió el tuyo?

Shin SekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora