3

2.6K 108 2
                                    



3

Narra Ana

No me puedo creer que este sea el chico de Amaia, empecé a reír mientras mi amiga me miraba sin entender nada.

- ¿Se puede saber qué te pasa? – me pregunta mirándome sin entender nada.

- ¿A mí? Nada, ¿por qué? – pregunto sin contarle que ya conozco al chico, quiero ver por dónde va todo esto.

- Mujer, te estoy hablando y te pones a reírte sin más...

- Perdona, dime cariño.

- Pues mira, este es Alfred, el chico del que te hablaba. – Dice después de resoplar.

- Encantada, Amaia me ha hablado tanto de ti que parece que ya te conozco y todo – Digo sonriendo y dándole dos besos al chico.

- Igualmente, por las dos cosas. – Empezamos a reírnos los dos y mi amiga nos mira extrañada, empieza a mosquearse.

- ¡Hola! Me encanta que os hayáis caído tan bien, pero estoy aquí, me podéis hacer un poco de caso – Y los dos volvemos a reír, esto me parece muy irreal.

- Perdona preciosa – le digo calmándome – Es que es chocante que nos estés presentando.

- Es chocante por qué – Pregunta mi amiga cada vez más perdida.

- Porque nos conocemos del trabajo, aunque no estamos en el mismo grupo, siempre nos hemos llevado bien. – Digo mientras Alfred asiente.

- ¡No te creo! – Dice mi amiga alucinada – ¡Esto es el destino!

- Uf que tarde es – digo mirando el reloj - Me voy y os dejo solitos, que me tengo que ir al pueblo. – Me levanto de la mesa - Nos vemos después de vacaciones – Le doy dos besos a mi amiga y luego dos besos más a Alfred - Aunque si queréis venir a rescatarme, no os voy a decir que no... – Añado mirando a Amaia a los ojos.

- Pues oye, no te digo que no acepte tu propuesta, porque te voy a echar mucho de menos.

- Yo también, ya lo sabes – digo abrazándola antes de irme.

- Adiós Ana, encantado de volver a concerté – bromea Alfred mientras me voy. Me giro y le dedico una sonrisa, me gusta la parejita que forman estos dos.

Llego al coche que ya tenía mi maleta guardada, me subo y empiezo el camino. Había quedado con Miriam en que saldría de Madrid por la noche y llegaría mañana, pero mi jefe me ha dado el día libre y no tengo nada mejor que hacer, así que ver unas horas más a mi amiga no me hará ningún daño.

Narra Mimi

Cuando salgo de la ducha me encuentro a Luis en el salón, parece que me está esperando.

- ¿Me buscabas? – Digo secándome aun el pelo con la toalla.

- Realmente no, sabia que estabas en la ducha, te oía cantar. – Responde mi amigo tranquilo mientras sonríe y yo me pongo colorada. Siempre sabia hacerme enrojecer.

- ¿Tan mal lo hago? – Pregunto aún roja por su comentario.

- Sabes que no, estoy cansado de decirte que me parece maravillosa tu voz, pero como nunca me haces caso...

- Bueno dejemos el tema – digo cortándolo. - ¿Qué necesitas?

- Primero que nada, toma – dice dándome una bolsa – Como he supuesto que no has desayunado, te he traído unos churritos con chocolate.

- Uff, ¡cómo me conoces! – Le digo riendo y abalanzándome sobre los churros – Creo que me terminaré enamorando de ti como me sigas cuidando así.

- Si no supiera que tu corazón lleva años ocupado hasta me preocuparía – contesta riendo. Yo también rio y nos ponemos a desayunar. Hasta que interrumpe el silencio y sigue hablado. – Por cierto, he visto a Ricky, este año ha venido más pronto, ¿no?

- Sí, ha venido una semana antes – contesto aún devorando los churros.

- Vaya, pues ahora mismo me pongo a recoger mis cosas y le dejo la habitación libre, sabes que no quiero ser una molesta.

- No digas tonterías Luis, sabes que esta casa es tan tuya como mía. Además Ricky ha hablado con Miriam y se quedará en su casa esta semana, hasta que tu te vayas.

- ¿Miriam? ¿La Miriam mejor amiga de Ana? – Pregunta asombrado y yo asiento - ¿Y eso? No sabia que le habías contado a Ricky lo de Ana.

- Para, para – Digo cortando a mi amigo – Ricky no sabe nada de Ana, y de momento va a seguir siendo así.

- ¿Entonces? – Pregunta sin entenderme.

- Entonces ha sido pura casualidad. Él y Miriam se conocían de hacia años, de cunado éramos niños, y siempre se han llevado bien, con sus roces, pero bien. – Luis me mira un poco de medio lado. – Te estoy diciendo la verdad, yo no he tenido nada que ver, me he enterado esta mañana cuando ha llegado.

- Bueno – dice aún no muy seguro – Pero que él esté allí es una escusa perfecta para que tú pases tiempo en esa casa y por fin te atrevas a hablarle – Dice muy animado mi amigo.

- La verdad es que ya lo había pensado, pero no se...

- ¿No sabes? – dice cortándome – ¿Estas tonta Mimi? Este año si que no puedes tenerlo mejor. O te decides o al final te quedaras con las ganas de saber que pasa...

- Ya, se que tienes razón – digo mirando seria a mi amigo – Y sabes que yo no soy tímida ni nada, pero con ella es distinto, me impone, me da miedo... - digo bajando la mirada.

- Mira, eso si es nuevo, la mujer de "vive el presente", la que es capaz de coger una maleta de mano y irse a China a probar suerte, ahora resulta que tiene miedo de hablarle a una chica...

- No es una chica cualquiera y lo sabes – Digo mirando seria a mi amigo.

- Si, lo se, por eso mismo que no es una chica cualquiera tienes que hacerlo. Si no lo haces te vas a arrepentir toda la vida.

Odiaba cuando se ponía en modo padre conmigo, sobretodo si tenia razón, como era este caso. Pero cuando voy a responderle empieza a sonar su teléfono, mira la pantalla y le cambia completamente la cara. Me mira a los ojos y entiendo al instante que algo no va bien...

Empieza un sueño - WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora