9

2K 89 3
                                    

9

Narra Ana

Me levanto bastante temprano, quiero aprovechar los días al lado de mi gente, dormir puedo hacerlo en cualquier momento. Me siento especialmente feliz y no se realmente porque. Bajo a desayunar y me encuentro a Aitana y Miriam ya en la cocina.

An: ¿Aitana? ¿Dormiste aquí anoche? – pregunto sin recordar muy bien.

Ai: No, que va, pero he madrugado y me ha apetecido venir a veros. Quiero aprovechar el tiempo mientras estés aquí – dice sonriendo y abrazándome.

M: ¿Porqué no vamos de compras? Ricky ha quedado hoy y podemos hacer día de chicas.

Aitana y yo sonreímos de inmediato a la propuesta de Miriam, es una idea buenísima. Desayunamos con prisas, nos vestimos y salimos de casa sin tiempo que perder.
Me encanta pasar tiempo con estas chicas, es lo mejor del mundo, me hacen olvidarme de todos mis problemas. Aitana me pide que pasemos primero por su casa porque quiere dejar unas cosas y así lo hacemos. Cuando baja de nuevo al coche la veo especialmente seria, se queda mirándome fija y me pone muy nerviosa.

Ai: Ana, ahora me ha venido a la cabeza, ¿tú no tienes algo que contarme?

An: ¿Yo?

Aitana empieza a reírse ante mi cara de sorpresa, se da cuenta de que me está asustando...

Ai: Si tú. Me hablaste de un compañero de trabajo que iba detrás de ti o algo, pero que ya me contarías cuando estuviéramos juntas.

An: Joder Aiti que susto! Eso os lo cuento luego, ahora centrémonos en lo importante, que es disfrutar de nuestro tiempo juntas.

M: Pero nos lo cuentas eh! Que siempre haces igual, luego, luego, y terminas sin contárnoslo.

An: Que si pesadas

Seguimos riéndonos por esto hasta llegar al centro comercial. Cada día tengo más claro que son maravillosas para mi.

Narra Mimi

M: Perdona, puedo ayudarte el algo? Pareces un poco perdido – le digo poniendo mi mejor sonrisa.

_: Hola. Si, una preguntita, aunque no se si lo sabrás. Sabes dónde puedo encontrar a Ana?

M: Hombre, si no eres un poco más concreto... Solo con el nombre no te podría decir, algún detalle más?

_: Pues... Se que solo viene aquí en vacaciones... Que se queda en casa de una de sus mejores amigas... El nombre de su amiga es Ma... Ma... Mi...

M: Miriam – le digo cayendo en por que Ana me pregunta y en casa de quien está.

_: Encantado, yo Javi – me dice sonriendo

M: No no, que su amiga se llama Miriam, ¿no? – le contesto sonriendo ante su equivocación.

J: Aaaa, que tonto, pensé que era tu nombre. ¿Entonces la conoces? – dice con mirada de ilusión.

M: Bueno, en realidad mi nombre también es, pero en ese caso estaba hablando de su amiga. – digo aclarando la equivocación – Y conocerla no se si es la palabra, pero si es quien yo pienso, es fácil llegar a la casa.

J: ¿Si? Perfecto. Soy todo oídos.

M: Mira, esa calle recta, pasas dos cruces y el tercero a la izquierda, entras en la calle y el número 13 es la casa de Miriam.- le digo muy segura.

J: Muchas gracias, me has salvado la vida. A ver si nos encontramos en otro momento – me dice el chico con una sonrisa y dándome dos besos.

M: A ver, a ver, encantada de haberte ayudado – le digo con una sonrisa bastante fingida y el chico se va hacia la dirección que le he dicho.

La verdad es que este encontronazo me ha dejado un poco descolocada. Al final mis impulsos no me salían tan bien como yo pensaba y encontrarme con un chico que venia buscando a Ana no ha sido la mejor noticia del día.
Vuelvo aún corriendo a casa y el encontronazo me ha quitado las ganas de comer, así que me pongo a vaciar la habitación de invitados y a prepararlo todo para la llegada de mis amigos a casa.
De repente suena mi móvil, miro la pantalla y sonrío, es Luis, ¿qué le habrá pasado ahora?

Empieza un sueño - WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora