THE BIG FOUR. Los magos mestizos III

Capítulo 5. La profecía.

Carretera camino a Long Island. Unas horas después.

(Narra Jack)

Vi pasar el restaurante donde nos habíamos detenido hacía apenas unas horas para descansar y suspiré, parecía que había pasado una eternidad desde que Quíone había irrumpido en mi vida y me había dejado una pista muy importante.

Después del grito desgarrador que se escuchó a lo largo de toda la calle y las vecinas, Percy y Annabeth no perdieron tiempo en cogernos y llevarnos de nuevo al coche. Por mi parte no hubo ningún inconveniente, estaba apabullado y apenas fui consciente de lo que ocurría a mi alrededor hasta que vi a Hiccup... jamás le había visto así, había echado a correr hacia su dragón y, al ver que solo estaba él volvió la vista hacia mí, Percy debía tenerme sujeto por el brazo porque recuerdo que no fui yo quien le habló para tranquilizarle. Al final habían tenido que intervenir Alex y Magnus, quienes le golpearon en la cabeza y lo llevaron hasta el coche.

Ahora ya llevábamos un rato de camino, desde mi asiento de atrás podía ver los hombros de Annabeth encogerse de vez en cuando mientras ahogaba un sollozo... a mi lado Mérida tenía la mirada clavada en la carretera y se sujetaba un brazo en el que debía tener un corte. Hiccup se había despertado hacía poco, había mirado a su alrededor y, a pesar de que Annabeth rompió el silencio para hablarle, se había sumido en un mutismo insondable; ahora estaba tomando algo de ambrosía mientras Desdentado (de nuevo en forma de gato) le miraba desde el asiento de al lado sin atreverse a tocarlo.

Pasaron las horas, cada vez estábamos más cerca de Nueva York y del Campamento Mestizo... nuestro lugar seguro, nuestra nueva casa... pero tampoco allí estábamos ya seguros, no lo estábamos en ningún sitio.

-No puedo soportarlo más...-aquella voz rompió el silencio de forma inesperada, todos nos giramos hacia su origen -¿Es que no vamos a hablar de lo que ha pasado?

Mérida clavó la mirada en mí, sus ojos estaban enrojecidos y húmedos de nuevo y yo no supe que contestarle...sin embargo no buscaba una respuesta de mí, pasó rápido sus ojos por Percy y Annabeth (Percy había parado el coche al oír a Mérida levantar el tono) y los posó en Hiccup.

-¡Tu mejor amiga ha desaparecido! ¿Piensas seguir comiendo en silencio constante? ¿Pensáis...? –se le rompió la voz al intentar seguir con su discurso y yo me acerqué a ella para abrazarla.

Ella se agarró de mi camiseta y comenzó a llorar sin parar mientras era yo el que clavaba la vista en Hiccup... estaba totalmente ausente de todo aquello, no había escuchado ni una palabra de lo dicho por Mérida.

-Chicos yo... -Annabeth se veía también cansada y con los ojos llorosos, tener que decirnos lo que fuera que nos tuviera que decir le estaba costando –sé que es difícil enfrentar esto con valor pero...

-Cuando lleguemos al campamento pensaremos una manera de traer de vuelta a Rapunzel, de verdad –completó Percy al ver que su novia no iba a ser capaz de terminar la frase.

Hiccup asintió sin demasiado entusiasmo y en mi pecho noté como Mérida inspiraba hondo para separarse de mí. Yo recordé en ese momento las palabras que Toothiana me había dicho: Protégelos a todos...

Campamento Mestizo. Hora de cenar.

(Narra Jim)

-Vamos Jim, llegaremos tarde –me gritó Ariel cogiéndome de la mano y mostrándome una amplia sonrisa, apuré el paso y me coloqué a su lado -¿Crees que este peinado me queda bien? Quiero causar una buena impresión.