Prólogo

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Mediados de Julio. La madriguera.

(Narra Artemisa)

Oí los gritos de dolor antes incluso de lo que había supuesto. Desde un árbol que estaba al lado de la casita observé por la ventana, ellos no me verían ni aunque estuviera justo delante de ellos... así eran los mortales, aunque estos fueran magos.

Suspiré y contemplé la luna mientras seguía escuchando los gritos; solo faltaba un poco más.

-¿En qué piensas, hermanita? –me distrajo entonces una voz.

Bajé de nuevo la vista y contemplé a un joven rubio que me sonreía burlonamente; puse los ojos en blanco y me recosté de nuevo contra el tronco, no me apetecía hablar.

-¿Qué es lo que quieres ahora? –mi hermano era un caso totalmente perdido, tras haber sido convertido en dios de nuevo no había tardado ni 5 minutos en volver a las andadas... me sorprendía que aún no hubiera ido de visita a ver a lo que Zeus denominaba "Nuestro problema número 1".

Entonces Apolo se elevó hasta la rama donde yo estaba y se colocó en ella con una pose de Superman, llevaba puesto un atuendo playero, sin duda venía de ligar con las ninfas.

-¿Sabe Hermes que le has robado unas zapatillas? –le pregunté alzando una de mis cejas; a lo lejos pude escuchar que la puerta de la casa se volvía a abrir.

-Lo que Hermes...

-Cállate.

Me giré y escuché atentamente la conversación que el padre tenía con los dos nuevos invitados.

-Menos mal que habéis llegado; no me dejan subir arriba, hermanita por favor...

Oí como unos pasos corrían hacia el piso de arriba y la puerta se abría discretamente.

-¿Por qué habéis tardado tanto? –preguntó de nuevo el futuro padre, más alterado que nunca.

-Hemos tenido que resolver unos problemas... Desde que el director de Hogwarts ha desaparecido junto con el de Ilvermorny todo está extraño –respondió el otro, tenía una voz cansada.

-¿Tienes alguna teoría?

-Si tan solo supiéramos a dónde han ido los chicos... Desaparecieron de la nada, casi a la vez que esos dos profesores y los directores. Algo me dice que no es una coincidencia.

-Sin duda te queda mucho trabajo por delante... Teddy, Victoire está preguntando por ti desde hace media hora, ve con ella.

Oí entonces unas pisadas y supuse que el niño se había ido al salón, el invitado volvió a hablar.

-Será mejor no hablar ahora de esto, este es vuestro momento...

En ese instante un fuerte llanto rompió el silencio de la noche y las conversaciones de la casa, no pude evitar sonreír. Estaba hecho.

-¿Me vas a explicar de qué va todo esto, hermana? –interrumpió de nuevo mi hermano, suspiré para no enfadarme.

-Hacía mucho que no asistía a un nacimiento... tengo la impresión de que esta niña no será una cualquiera...

Algo me decía que estaría relacionada con nuestro de mundo de alguna manera, tal vez no directamente, pero sin duda le quedaba mucho por descubrir hasta entonces.

Me levanté y me coloqué al lado de mi hermano, ambos contemplamos por la ventana como el padre entraba y sonreía a su mujer y a su hija... una hermosa niña de cabellos naranjas.

-¿Qué es lo que quieres, Apolo? –le pregunté en un susurro.

-Ya sabes que es lo que tenemos que hacer, Artemisa. 

THE BIG FOUR. Los magos mestizos IIIWhere stories live. Discover now