✧ Capítulo : [6]

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—No comprendo

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—No comprendo. —Observa el bolígrafo y vuelve a acorralarme. —¿Por que te disculpas?

—Es un tonto hábito.

Mis entrañas danzan, de aquí allá, ante esa mirada de desacuerdo.

—No es tonto es hermoso. —Aclara sonriente corrigiendo una prueba escrita. —Si te refieres a la pequeña charla que tuvimos ayer en la mañana despreocúpate fue un acto muy dulce.

Siento como si, estuviera viajando.

En un completo descontrol de emociones, y saltitos que tiendo a dar, acompañados por la latente electricidad que recorre todo mi cuerpo.

De la misma emoción me aplaudo, agrandando mis labios, de par en par.

—Dulce.—Exclamo feliz.

—Así es Aurora. —Abre la libreta para colocar la nota suspirando al verme. —Nunca creí que una alumna que apenas conozco fuera capaz de modificar mis creencias con un sabio consejo.

—¿No le molesto? —Pregunto sin terminar de creerlo suplicando por que no sea una broma.

Mueve la cabeza, indicándome un no.

Al tiempo doy un respiro sonoro, descartando toda esa ola de estrés que tenia acumulada, balbuceando un perfecto logro escucharlo justo lo que no quería.

Ese sudor, se hace presente.

Quiero huir, estoy pegada al suelo.

Mucho suspenso, es aterrador.

—Me conmovió. —Guarda demostrado un pequeño nerviosismo. —Tanto que tome tus palabras como una guía.

—¿Una guía?

—Demostraste sinceridad lo que quiere decir que me encargare de seguir esa atención. —Al hablar come de a una las palabras actúa como una chica torpe en plena pubertad.

Simula implorar que el timbre suene, para que tanta tensión que la rodea desaparezca, ruego por guardar este agradable clímax.

La profesora seria, estricta y anticuada de esta secundaria, también carga sentimientos.

Estos son cambiantes, duros al igual que el plomo.

Pero bellos, si se lo propone.

—Gracias. —Al demostrarse confusa las mariposas invaden a esta alumna de estomago dócil. —Por seguir el consejo... por usted tomarse el tiempo de escuchar a una desconocida.

De reojo la observo esperando una reacción, ese brillo que posee junto con esos ojos me enternece por completo, a la vez percibo como ambos cachetes se tornan de un rojo vino.

¿Acaso se ah sonrojado?

Seguro, lo estoy imaginando.

Nunca seria posible. No dice nada, al parecer observa.

Mi Bella Imposible (EN ARREGLOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora