Part 7: Rin rin

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DOS MESES DESPUÉS

NARRA EMMA

Desperté de golpe, miré el reloj y vi que eran las ocho de la mañana y que otra vez me quedé dormida en el escritorio haciendo mis prácticas profesionales en línea.

-Diablos...-dije pesadamente frotando mis ojos, vi el calendario y vi que ya era la semana de exámenes finales para vacaciones de invierno- Doble diablos...-me quejé

Me puse de pie y fui directo al baño, tomé un baño rápido y fui a ponerme algo cómodo para ir a entregar mis evaluaciones y evidencias de trabajo a la escuela. Mientras estaba acomodando mis cosas vi llegar a un Marto sudoroso al departamento.

-¿Ya vas tarde?-me pregunté y negué

-No quiero ir a la escuela... quiero dormir.-le dije y él asintió respirando entrecortada mente 

-Te vi dormida otra vez en el escritorio...-dijo entre una risa, hice una mueca- ¿Está duro el penúltimo año?-me preguntó y yo asentí desanimada

-No me lo recuerdes que me dan ganas de lanzarme de un puente...-le dije pero él no se rió- Lo siento, hasta mi sentido del humor es malo éste día.-le dije y él me dedicó una suave mirada

-Comprendo.-dijo, olió su playera e hizo una mueca- Apesto así que me voy a bañar...-dijo y pasó por la cocina- Emma, se te ha quemado la tostada.-dijo y yo corrí a su lado

-Rayos...-me quejé mientras me quemé al quitar el pan de la tostadora

-Trata de no quemar el depa...-me dijo riéndose de mí antes de entrar al baño, tomé un trago de café pero me di cuenta de que sabía amargo por dejarlo tanto tiempo en el fuego

-Definitivamente éste no es mi día.-dije después de pasar ése trago amargo 

-Buenos días.-dijo Simón mientras entraba con una gran sonrisa, se detuvo al verme- ¿Por qué esa cara?-dijo con gracia y yo le tendí la taza de café que había preparado, él le dio un trago y lo escupió rápido en el fregadero

Eso me hizo reír un poco

-Se te amargó el café...-dijo dejando la taza en la mesa- y se te quemó el pan.-asentí- Emma, ¿Te quedaste dormida en el escritorio otra vez?-me preguntó entre una risa mientras movía mi cabello para un lado

-Puede ser...- dije desviando la mirada

-Hoy no tengo clases, ¿Qué te parece si te llevo a la escuela y paso por ti?-me dijo- Anda, te ves cansada.-reí

-Hace falta hacer las compras.-dije de la nada mientras le tendía las llaves del auto

-Podemos hacerlas cuando pase por ti...-dijo y besó mi mejilla, suspiré y fui a tomar mi mochila

-¡Marto, me voy... ten un lindo día!-le dije y lo escuché reír desde el baño

-¡Tú igual, Emma!-contestó y salí con Simón del departamento, entramos al elevador 

-Del 1 al 10...-le dije a Simón- ¿Qué tan despierta me veo?-él rió mientras llegamos a la planta baja, me abrazó

-¿La verdad?-me dijo y asentí- Seis...-dijo y caminó al auto

-¿Seis?-dije sorprendida- ¿Es en serio?-le pregunté yendo detrás de él- Qué exigente eres.-le dije y él alzó ambas cejas

-Tú me preguntaste.-me dijo mientras ambos entrábamos al auto, nos pusimos los cinturones de seguridad- ¿Te falta mucho para terminar el semestre?-me preguntó cuando nos detuvimos en un semáforo

-Tal vez...-dije pensativa- tengo que presentar dos exámenes hoy, mañana entregar reportes, al día siguiente dos ensayos y después esperar calificaciones.-dije examinando lo que tenía por hacer 

-Suena bastante.-dijo haciendo una mueca- Yo sólo tengo que entregar ensayos y hacer una exposición.-hice una mueca

-¿Por qué con ustedes es la cosa más relajada de la vida?-me quejé 

NARRA MARTÍN

Mientras me cambiaba de ropa no dejaba de ver las cartas que habían llegado a nuestro buzón esta mañana, algunos eran para Emma pero había una con mi nombre, me puse la playera y me senté frente al escritorio, abrí  el sobre y vi que habían dos cartas en el interior de éste.

La primera era de nuestros amigos y la segunda era de Laura, mi novia desde casi cinco años. Besé con fuerza esa carta y la pegué a mi pecho; en esa carta decía cuánto me extrañaba y que esperaba poder visitarme en estas vacaciones.

<<Espero poder hablar contigo pronto, tuya desde hace un temporal, Laura.>>-suspiré  y sonreí como un bobo. Después abrí la carta de los chicos y comencé a leerla pero justo cuando iba en la mitad de la primera hoja vi a Simón entrar a mi habitación. Ambos nos miramos.

-¿Qué es eso?-dijo clavándome la mirada, se aproximó a mí y tomó el sobre, leyó el remitente haciendo que se pusiera más pálido de lo normal

-Monchi, puedo explicarlo...-le dije mientras él tartamudeaba de la impresión

-¡¿Qué diablos hiciste?!-dijo cuando logró hablar, me tomó de los hombros-¿A quién más le escribiste?-dijo tratando de tranquilizarse 

-A los chicos... y a Laura.-dije torciendo los labios un poco, él se quedó estático

-¿Puedo?-me dijo y le di la carta de los chicos, ambos nos sentamos en la cama mientras él leía en voz alta, cuando terminó ambos nos miramos- ¿Qué diablos les escribiste?-sonreí con culpabilidad pero me importó poco

-Les dije que sentíamos lo que ocurrió y que los extrañamos mucho... Lo de que quieren venir, se les ocurrió a ellos.-solté- Laura también quiere venir con ellos.-agregué y Monchi frotó su mejilla

-Si no los conociéramos desconfiaría de todos, pero sé que podemos confiarles nuestras vidas.-dijo y yo sonreí- Hablemos con Emma, no creo que se niegue a que pasen la navidad con nosotros...-dijo un tanto feliz 

-¿En serio lo crees?-le pregunté y él asintió con una sonrisa, lo abracé

-Después de todo, creo que tendremos una buena navidad.-me dijo, ambos nos miramos y comenzamos a hacer alboroto en la cama

DesencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora