1: Before the smile

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Sabia que no debía hacerlo, no lograría anticipar su reacción, pero aun así, no podía evitarlo.

Estaba confundido de lo que iba a hacer, y tenia razon en estarlo, puesto que no sabia lo que le esperaba...

-por que lo hiciste?-

-no lo se, solo, solo salió-

-tienes que admitirlo, es muy linda-

-ya lo se, pero, solo es una chica mas-

-y si solo es una chica mas, por que le sonreíste?-

En la mente de Taylor había un conflicto sobre si en realidad fue necesario devolverle la sonrisa, ya que el se consideraba un sujeto un poco serio, a veces mas de lo que el pensaba, pero, no sabia por que en ese momento había dejado todo eso a un lado.

La clase aun no comenzaba, pero el estaba muy emocionado, aunque no lo reflejara, ya que no le gustaba expresar sus emociones, y no era para menos, ya tenia un historial de malas experiencias al abrirse con la gente.

Alzó la vista para poder encontrar un lugar donde establecerse (nunca mejor dicho porque ese seria el lugar donde pasaría el resto del curso) y ninguna de las opciones le agradaron. realizo una segunda pasada, con la esperanza de que su vista le hubiera fallado, y de que en realidad si existiera el lugar perfecto, se decepciono al aceptar lo que ya estaba implícito.

-grandioso- tenia la mala costumbre de pensar en voz alta, así que solo tomo el primer lugar que se le ocurrió. la sala no era muy grande y solo le tomo unos pasos llegar a la segunda silla de la cuarta fila.  -a ver que pasa- exclamo, pensando en voz alta otra vez, al situarse junto a su nuevo lugar.

no estaba tan mal, tenia espacio para recargar sus pues en la silla de enfrente, la ventana estaba lejos, y eso significaba que el aire no arrastraría sus hojas y, que en temporada de frio, no se congelaría muy rápido.

-mírate, 19 años y asistiendo a clases de guitarra. es un poco patético, no lo crees?-

-nunca es tarde para aprender a tocar un instrumento, y si te gusta, no le veo el inconveniente-

Tay tenia la costumbre de preguntarse cosas y responderse a si mismo, como si fueran 2 personas diferentes. El solía hacer ese tipo de cosas raras, pero en su mente y en solitario, ya que no quería ser el "tipo raro" de la clase (aunque a veces se le escapaba el hecho de que estaba en un lugar con gente).

se sentó y comenzó a observar la pared, y no paso mucho tiempo para que volteara hacia la ventana. Distraerse no se le complicaba mucho, y solía creer que tenia déficit de atención.

No paso mucho tiempo mirando hacia afuera, hasta que una voz un poco grave rompiera el pequeño escandalo que había en la sala, y, aunque no quería aceptarlo como tal, lo había asustado un poco, ya que en serio estaba muy distraído.

Aprovechó el pequeño sobresalto que vivió para girarse hacia la voz que lo había sacado de su trance. cerca de la puerta de entrada, y avanzando hacia un viejo escritorio de aluminio, se encontraba la que iba a ser su "dolor de cabeza".

-mi nombre es Hayley Nichole Williams, y seré su maestra de música durante este curso-

Tay se sorprendió al ver a la persona de la que provenía esa voz grave pero armoniosa, ya que, sus rasgos físicos eran muy finos como para tener ese timbre. se permitió reír para si mismo, puesto que el hecho de su baja estatura, su delgada complexión y su voz le parecían de alguna forma "gracioso" ya que era una combinación de características un poco descomunal. 

-esa es mi maestra? pero si no tiene mas primaveras que yo- pensó de una manera un tanto sarcástica, -pues podrá ser muy joven, pero tiene mas conocimiento de música en un cabello que tu en todo tu ser- se respondió de manera casi instantánea.

-como la buena maestra que soy, los voy a obligar a que se paren y se presenten- declamo Hayley a todos sus alumnos con un tono burlón. -es broma, paso de esa basura- dijo con un tono un poco "confianzudo" -ya nos iremos conociendo en el camino- al terminar esta frase, sonrió para la clase, pero por un segundo mantuvo la mirada en donde Taylor.

Sorprendentemente, el no estaba distraído, ya que solía poner atención a las clases. el ya estaba viendo a Hayley antes de que ella realizara esa acción, ya que no quería distraerse y olvidar por completo lo que había dicho, así que, para el instante en el que ella le sonrió, el ya estaba atento a ella. por una milésima de segundo creyó que no lo haría, pero sucedió. No sabia si era por esa pésima broma, pero sintió la necesidad de devolverle la sonrisa.








Before The Smile (:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora