Quiero olvidar | TodoMomo

Capítulo 1

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Quiero olvidarte.
TodoMomo.
Posible OoC.

Disclaimer: Los personajes pertenecen a Kohei Horikoshi.

N/A:  Re-subido. Le cambié el título un poquis (?)
Pues bien, disfruten de este fic todo meco ❤

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Miró la banca donde lo estuvo esperando, suspiró decepcionada, una vez más no llegó y a ella le dolió, masticando quejas Momo acomodó su bolso y con un semblante decaído comenzó a abandonar el lugar sin mirar atrás, se convenció así misma de que a Shoto le interesaba más trabajar que dedicarle unos minutos de su hora de almuerzo. De todos modos el hijo de Endeavor, el héroe novato Shoto, estaba muy ocupado y Momo debía afrontarlo, entender que la seguridad de los civiles que tanto los admiraban importaba más que verse unos minutos.

Sí, eso importaba más.

Sin embargo era inevitable que se sintiera frustrada, días sin poder verse mucho le parecían una eternidad. Y aunque ella tenía trabajo por realizar también, lograba hacer un espacio en su asfixiada agenda para tratar de contactarse con él. Pero como el futuro no lo predecía, algo siempre lograba frustrar sus planes.

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—Creo que estoy siendo muy exagerada con el asunto —sus labios tocaron la taza humeante, Kyoka dejó a un lado su teléfono e imitó el acto de su amiga. Escucharla era lo mejor en esos momentos porque decir que no se encontraba preocupada por el triste semblante de Momo sería una total mentira— Sé que si trato de hablar de esto con Todoroki-san pareceré una sofocadora insistiendo tanto sobre lo poco que nos hemos visto en estos últimos días y es lo que menos quiero, no quiero dar esa imagen —apretó la taza con delicadeza mientras veía un punto fijo en la mesa— Pero tampoco quiero hacer caso omiso a esto... No lo sé... Estoy hecha un lío.

—Tranquila, ¿Sabes? Estas cosas suelen pasar en un noviazgo, te aseguro que será pasajero, además la tasa de delincuencia ha subido un poco en estos últimos meses por lo que es normal que tanto Todoroki como los demás héroes estemos ocupados. Pensar en estas cosas es lo último que deberías hacer Momo.

Yaoyorozu desvía su mirada hacia la ventana viendo transitar al gentío frente al cristal, no puede evitar sentir el suave golpeteo en su pecho por las palabras de Jirou, sí, la verdad era que se estaba abrumando mucho y aunque no quisiera aceptar la realidad debía hacerlo, la cafetería en la que estaban era su lugar favorito para perderse en libros junto a una taza de té, que a veces cuando el trabajo la estresaba mucho cambiaba por café.

—Tienes razón —responde en un suspiro y comienza a recorrer la orilla de la taza con su dedo sin despegar la vista de la ventana.

—Lo sé —alardeó provocando una leve sonrisa en la azabache.

—¿Cómo van las cosas con Kaminari-san? —cambiar el tema de Todoroki le pareció lo mejor aunque no sabía si mencionar al chico eléctrico era buena idea después de todo. La intuición le decía que tal vez no iban de maravilla las cosas.

—Igual, no hay mucho que decir, casi no nos vemos —mencionó tratando de restarle importancia mientras rápidamente veía su teléfono en busca de algún mensaje. Momo sonrió conmovida. Quizá no lo demostraba pero muy en el fondo sabía que estaba igual que ella de decaída, aunque admiraba la tranquilidad que transmitía cuando hablaban de ello.

—Parece que todos hemos estado muy ocupados.

—Sí, tienes razón, pero bueno así es la vida de los héroes. Debo irme Yaomomo, nos vemos luego.

—Oh, bien no hay problema, hasta luego Jirou-san.

Jirou asintió tomando sus cosas para irse de la cafetería dejando a Momo con un manijo de pensamientos chocando entre sí.

Se imagina la vida de una manera tranquila, sin mucha violencia para que pudiera pasar algo de tiempo con su novio. Un suspiro vuelve a salir y niega para si misma, agarra su teléfono y decide marcarle a Todoroki.

—Habla Shouto.

Sonríe al escuchar su profunda voz del otro lado de la línea, Momo se acomoda en su asiento y esconde un mechón de cabello detrás de su oreja.

—Buenas tardes Todoroki-san —dice tratando de no sonar muy emocionada.

—Ah. Yaoyorozu, perdón, no pude verte en el parque hoy surgió un imprevisto.

—No... No hay problema —su voz parecía apagarse, carraspeo un poco y juntó el valor suficiente para preguntarle.— Sabe, Todoroki-san, escuché que habrá una inauguración cerca de su casa, se trata de una librería... Me preguntaba si... Le gustaría acompañarme mañana al evento ya que es mi día libre.

El silencio predomina por un par de segundos y ahora es Shoto quien aclara su voz.

—Lo siento.

La sonrisa se le borra inmediatamente, tampoco tenía tiempo ese día. Momo sentía una horrible opresión en su pecho y las ganas de lagrimear parecían ser fuertes a cada instante, una idea un poco absurda al principio pasó por su mente sin embargo si la analizaba bien parecía que beneficiaría mucho a Todoroki.

—Todoroki-san ¿puede verme hoy? Hay algo muy importante que debo decirle.

—¿De qué se trata?

—Creo que lo mejor será que lo hablemos en persona.

Él accede al final y Momo lo cita fuera de la cafetería. Al terminar la llamada pide un café más para calmar sus nervios pues lo que iba a hacer le era muy doloroso y un poco descabellado después de todo lo que habían pasado para formalizar una relación.

La hora pasa y Momo comenzaba a pensar que no llegaría, pero su pensamiento es errado al ver la silueta de Shoto a través del cristal, se levanta y el corazón le palpita, toma su bolso y siente como las palabras que aun no dice se terminan, camina hacia la salida y sus sentidos parecen dormirla. No podía concebir que, terminar algo podía ser tan difícil, sin embargo, ella debía hacerlo de la forma más tranquila y rápida que pudiera, era por un bien según ella.

—Todoroki-san.

—Yaoyorozu.

—Me... Alegra mucho que haya venido.

—Ah. He hecho espacio en mi agenda.

—Ya veo. En fin. Iré directo al punto para no quitarle más tiempo Todoroki-san —sus labios tiemblan y el corazón pide a gritos que lo estrujan para ver si de alguna forma aquel dolor podía salir de allí.

—Bien ¿qué ocurre Yaoyorozu?

Momo mira cada facción de Todoroki y siente tiritear su boca, la vista se le llena de lágrimas alertando a Todoroki quién en un intento de averiguar el porqué de su comportamiento se ve interrumpido al ver como los labios de Momo, aquellos mundos paralelos que había tenido el placer de explorar, se abren y emiten las palabras que en ningún momento pensó que escucharía ese día.

—Creo que debemos terminar.