Capítulo 3

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*Ruby's POV*

Los días pasaban con normalidad: llegaba al restaurante, atendía a los clientes, organizaba el hostal y me volvía a casa a descansar.

Mi vida se centró en el trabajo tras aquel encuentro, puesto que necesitaba que así fuese para distraer mi mente de un recuerdo de aquella mujer.

Por bien que me lo hubiese pasado esa noche, la idea de no haber sido más que un objeto... un juguete para alguien, me abrumaba.

Jamás me había sentido de esta forma; jamás me había sentido usada, y lo odiaba.

Cada vez que ella pasaba por mi cabeza, la ira me invadía. La forma en que se portó no tenía perdón para mí: por supuesto había tenido aventuras de una noche, pero la otra persona siempre lo había querido también, y yo me había negado a ella al principio; siempre traté de conocer un poco a quien me llevaba la cama, nosotras tan solo habíamos intercambiado unas palabras y ella ya me quería follar; pero lo que más me había jodido de todo esto, fueron sus aires de superioridad. Como si yo no supiese lo que hacía, como si ella fuese fantástica en aquello (que lo era pero eso no importaba.)

Era la última vez que alguien me trataba así. Y si me volvía a cruzar con esa mujer, le haría saber quién era yo en realidad.

*Zelena's POV*

Llevaba ya dos semanas aguantando las quejas, dudas e inseguridades de Snow White y ya no podía más.

¡Por Dios! ¡Sólo vas a tener un hijo, no te estás muriendo!

Eso sin contar al inútil de su marido, quién se notaba a leguas que no deseaba este embarazo. Pero la estúpida de su mujer, tan centrada en sí misma, parecía no darse cuenta de esto.

No sé cuánto tiempo más podría aguantar a esos dos sin volverme loca... Necesitaba una distracción con urgencia.

- ¿Qué os parece si vamos a Granny's? Hace mucho que no veo a Ruby y había quedado con ella para ponernos al día - la morena levantó la vista del libro que estaba leyendo para dirigirse tanto a su esposo como a mí.

"¿Ruby? ¿De qué me suena ese nombre...?"

"¡Claro!" No pude evitar sonreír al recordar a la camarera de hace unas semanas, la verdad es que lo había pasado realmente bien con ella...

Entonces pensé que quizás podría ir a hacerle una visita y descargar tensiones. Estaba segura de que no tendría problema en hacer un hueco para mi en su agenda después de lo que había ocurrido la última vez.

- Me parece una gran idea

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Por fin llegamos a la restaurante y lo primero que hice fue buscar con la mirada a la camarera de la última vez, revisé cada rincón de la sala pero no la veía allí.

"¿Quizás es su día libre?"

Fruncí el ceño por un momento ante esta idea hasta que Mary Margaret me agarró del brazo y me llevó hasta una de las mesas. Quizás por la ironía del destino o por simple curiosidad, es la mesa en la que nos habíamos sentado la vez anterior.

Y entonces ella apareció.

Tal y como iba vestida la última vez, caminaba hacia el restaurante saliendo de la cocina para entregar los platos que le habían encargado. Se movía rápidamente, concentrada en lo que hacía y sin dejar que nada la entretuviera de su trabajo.

Por fin su mirada se posó sobre nosotros, y cuando me vio podría jurar que una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

Con un paso más lento se acercó hasta nuestra mesa sin dejar de mirarme, cosa que pasó desapercibida para la parejita que tenía enfrente pues parecían demasiado entretenidos en su conversación.

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