Takumi y Shiroki, dos grandes amigos de la infancia se encuentran por iniciar el segundo año de preparatoria, sin embargo, nunca se imaginaron que durante ese momento florecería un nuevo sentimiento que ambos llevaban escondido.
-Deberíamos besarno...
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Vacaciones de invierno. La temporada donde los jóvenes se olvidan de las clases para poder gozar de un gran descanso de las clases. En la preparatoria de Saint John se estaba llevando a cabo el último día de clases. Profesores y alumnos estaban a la espera de la chicharra que anunciaba el tan esperado receso escolar.
La chicharra sonó.
Nadie dentro de las instalaciones de la preparatoria se hizo esperar para abandonar aquél lugar.
-¡Al fin! -exclamó Shiroki- ¡VACACIONES! ¿Qué harás esta temporada,Takumi?
-¿Hm?, bueno, no sé. Este año no iremos a casa de mis familiares, así que supongo que estaré en casa jugando videojuegos o haciendo cosas con arcilla.¿Qué hay de ti?
-Umm... Supongo que haré lo mismo que tú, sin la arcilla hahaha.
Ambos caminaron en dirección a sus casas. Hubo un momento de silencio. Shiroki se notaba inquieto, como si quisiera decir algo hasta que Takumi lo notó y dijo:
-Demonios Kawa, parece que explotarás si no hablas.
-¿U-UH?, no, no es nada -dijo Shiroki-
-No parece que sea ''nada''.
-Bueno... emmm... Takumi... son dos cosas...
-¿Sí?
-B-Bueno, como estaremos los dos aquí en navidad... habrán fuegos artificiales y quería saber si tú... emm... B-BUENO, MEJOR OLVÍDALO.
-Sí Shiroki, sí iré contigo -dijo Takumi sin titubear-
-...oh... gracias.
-Bueno,¿ y qué hay de lo otro?
-Lo otro no es nada. Sería mas como pedir cosas que no me corresponden.
Ambos siguieron caminando hasta que llegaron primero a la casa de Kawa, la cual se encontraba a no mas de 5 minutos de la casa de Takumi. Se detuvieron frente a la puerta del peliblanco. Takumi miró justo a los ojos a Shiroki.
-Bueno, entonces nos vemos luego. -dijo Shiroki quien dio media vuelta para entrar a su casa, cuando de pronto, fue tomado del brazo- ...¿Ah..?, ¿Takumi?
-No te irás hasta que no me digas la segunda cosa.
-Umm... No, prefiero no hacerlo...
El castaño soltó el brazo de Kawa y enseguida dijo:
-Ya veo. Tienes razón, no hay por qué forzarte. -en seguida se acercó al peliblanco y le dio un beso en la frente- Nos vemos después.
Takumi se dio media vuelta y caminó en dirección a su casa. Shiroki solo lo miró desde el marco de su puerta.
