Cada viaje es como un sueño. Sueño que empieza cuando el avión despega, sueño del que despiertas cuando el avión vuelve a tocar el suelo de tu ciudad.
Recuerdo que me he dormido, todo ha empezado en Barcelona, he volado contigo hacia el norte. En mi sueño he visto canales y lluvia, he pasado frío pero he sido feliz como una niña. Tranvías y bicis intentaban atropellarnos pero no lo conseguían. Hacíamos fotos en puentes y entrábamos a museos. Comíamos, comíamos mucho: quesos, pancakes, gofres... Paseamos por cientos de calles, fuimos en barco y ferry e incluso patinamos sobre hielo. Las luces de Navidad adornaban mi 24 cumpleaños. Recuerdo disfrutar mucho, vivir muchas cosas en poco tiempo y subir a un avión que volvió a aterrizar en Barcelona.
He despertado y recuerdo haber soñado que paseaba por Amsterdam de tu mano.
