Nervios, nervios y más nervios.
No había mejor opción que una tarde en la preciosa Barcelona. Acostumbrada a ser extrapuntual llegué antes. Plaza Catalunya, no se me ocurrió otra cosa que escuhar mis queridos 'The Fray', una y otra vez 'How to save a life'. Y al cabo de un rato, que se hizo eternidad, él de fondo. Por fin, el abrazo tan esperado en días y días.
Precioso paseo por las Ramblas hasta el mar, conversación tranquila con algo de nervios de fondo. Maremagnum, calle, barcos de fondo y un banco. Primer beso y así un buen rato.
Otro paseo más y en otro banco de plaza Catalunya más besos, abrazos y mimos. Todo dulzura. Una tarde bonita. Conversaciones sencillas y cómodas. El inicio de algo aún más senzillo y bonito.
Una despedida cálida y mucho echar de menos nada más subir al tren.