Prólogo

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Prólogo

28 de noviembre, 2011

El juez escuchaba atentamente todo el parlamento del fiscal, quien hablaba apasionadamente acerca del homicidio de Eleny White.

La fotografía de Eleny estaba pegada en una de las pizarras utilizadas por la parte acusadora. En ella aparecía sonriendo, su cabello castaño estaba recogido en una coleta y sus labios color coral eran una parte atractiva. Nadie podía negar que Eleny era una chica hermosa. A todo el mundo le caía bien... o eso se pensaba.

En la silla del acusado se encontraba sentada Scarlett Clare. Con tan solo diecisiete años estaba siendo juzgada como adulta frente al tribunal. La joven escuchaba con atención las declaraciones del médico forense y de los investigadores. Su semblante era relajado e impasible, sus rizos oscuros enmarcaban su rostro y en sus labios carmín apenas se insinuaba una leve sonrisa, gesto que solo una persona en la sala logró detectar.

El principal acusador volvió a tomar la palabra minutos después. Su semblante era serio y fulminante. De entre las evidencias tomó un cuaderno y lo enseño a todos los presentes antes de retomar el habla.

—Ahora, señoras y señores, les presento la evidencia más contundente en contra de la señorita Clare —levantó el cuaderno en el aire y lo agitó con vehemencia—. Esto es el diario de la acusada, donde narra con sus propias palabras como planeo el crimen a la perfección.

Scarlett clavó la mirada en las pastas negras del encuadernado y luego miró al hombre que la acusaba. Sus ojos oscuros lo retaron sin vergüenza alguna. Le incitó a leer en voz alta, azuzó su conciencia sin remordimientos.

El hombre endureció las facciones, apartó la vista, abrió el cuaderno en una página previamente marcada y comenzó la lectura. 






 

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