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30 de noviembre, 2011

El tercer día del juicio era el decisivo. Todo culminaría ese día y lo sabía perfectamente.

Pintó sus labios de color carmín y miró atentamente su reflejo. Probablemente sería la última vez que podría usar maquillaje. Quería sentirse bonita. Quería que la última imagen que Luke tuviera de ella fuera esa. De una chica despampanante a pesar de sus circunstancias.

Acomodó los pliegues del vestido negro, peinó sus risos rebeldes y alisó la chaqueta. Se desafió a sí misma en su reflejo. No mostraría debilidad.

Cuando llegó a la sala del juicio todo fue como los dos días anteriores. Los reporteros estaban hambrientos por una sola imagen suya. Decidió darles de qué hablar. Caminó como una reina hasta su asiento y no les dedico ni una mirada despectiva, no lo valían.

Ese día estaba por encima de todo el mundo.

El fiscal Reed comenzó con un preámbulo y luego cogió el diario de tapas negras. Ella sabía perfectamente cuales serían las entradas que leería. Estaba bien. Que todo el mundo supiera lo que pensaba de toda esa mierda.









8 de enero, 2011

Fue estúpido pensar que tal vez Eleny llamaría. No sé porque aun quiero creer que ella no fingió todo.

No se acordó de mi cumpleaños. O tal vez lo hizo y simplemente le dio igual.

Sea como sea, me la pase bien. Bridgeth, Aryssa y Luke estuvieron aquí. Mamá horneó mi pastel de chocolate favorito y mi padre compró comida china. Jugamos videojuegos, bailamos, contamos chistes e incluso declamé unos cuantos de mis poemas favoritos. Todos me regalaron libros, y creo que se me saltaron las lágrimas.

Por parte de mis padres recibí una edición especial de mi saga favorita, los cinco libros en pasta dura. Alyssa me obsequió dos libros de Jane Austen y Luke dos libros más acerca de misterio. Bridgeth me dio una edición especial de Orgullo y Prejuicio y una colección de separadores.

Uno de los mejores días de mí vida, sin duda.

15 de enero, 2011

Eleny me escribió. Me envió un mensaje de texto del todo largo. Creo que fue la gota que colmó el vaso. Lo que necesitaba para saber cuan estúpida soy.

No puedo evitar sentirme tan usada. Una estúpida, ciega y tonta que se dejó manipular por completo por ella. Yo, que siempre me he considerado una persona selectiva, caí por completo en la falsa amistad de Eleny White. O tal vez no lo fingía. Tal vez para ella si era una amiga. Pero el hecho está en que Eleny cree que la amistad funciona en una sola dirección, y no es así.

Empezó bien, me dio un poco de esperanza.

Me dijo que sabía que ya nada era como antes de que cambiara de colegio, que ya ni siquiera hablábamos de nada. Luego me dijo por qué me escribió.

«Hoy más que nunca recordé cuando estábamos juntas» Puso «No tengo con quién compartir mis sentimientos, todo el enredo de emociones que siento. No tengo con quién desahogarme como contigo lo hacía».

Y luego redactó casi treinta renglones hablando solo de ella y sus confusiones.

Nunca, jamás me molesto escucharla ni darle consejos. Era mi amiga, y las amigas es lo que hacen. Pero... Dios.

The Perfect CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora