Capítulo 4.

3.7K 260 11
                                    


Voy volando al trabajo, está mañana me he entretenido con Ana y como pierda un minuto más, llego tarde, hoy si tengo la tarde libre, por fin. Entro, saludo a Nadia y a gloria, están las dos hablando, no sé de qué, puesto que no es asunto mío, sigo directa hacia la sala de estar, donde sólo está Carol. _ Buenos días Carol, ¿qué tal ayer? ¿Qué tal tu tarde libre? Le digo mientras me tomo un café rápido. _ Hola Lu, bien la verdad es que lo pasé genial, no hice nada del otro mundo, pero aproveché para ir de compras, mira. Me dice señalando sus zapatos, preciosos. _ Que bonitos son, me encantan, yo hoy voy también, pero yo quiero unas botas de agua, me encantan. _ Si ves un 38 cómprame unas. _ Vale te mando fotos y si te gustan te las cojo. Me voy que viene mi primer paciente. Digo abriendo la puerta para irme rápido al despacho._ Qué se te dé bien.

Estando en mi despacho, me organizó cada una de mis consultas y así pasa el día volando, entre pacientes, y ratos libres, no se me va de la cabeza lo que Aron me contará, he empezado a imaginar, que eso se me da muy bien, aunque preferiría que no fuera así, porque todo lo que se me viene a la cabeza hace que mi corazón se encoja por momentos, intento centrarme en otras cosas, porque si no voy a terminar loca, llega la hora de irme, es muy pronto, demasiado, ya que han cancelado mi última sesión y con esta alegría que me da terminar el trabajo tan pronto me voy a casa para poder ir al gimnasio antes de comprar.

Entro por la puerta del gimnasio y voy directa a la recepción, donde está Olivia. _ Hola Lu cuanto tiempo sin verte. _ Sí, he empezado ya las prácticas y no paro, no vendré todos los días de ahora en adelante, ¿Que tal todo por aquí? _ Bien ya sabes trabajo y más trabajo, te parece si este fin de semana quedamos y vemos una película? _ Si, se lo digo a Ana y nos ponemos de acuerdo y quedamos las 3 ¿vale? _ Si perfecto. Que se te dé bien hoy. Me dice mientras me alejo, Olivia es una chica de mi edad, muy guapa, con un cuerpo perfecto, lo tiene todo en su sitio y un tipazo de escándalo, desde que vengo al gimnasio hemos ido cogiendo confianza y nos hemos hecho muy amigas, muchas veces quedamos las 3 para ir al cine o simplemente tomar una copa.

Entro y voy directa a la estática, puedo decir que me cuesta un poco, se nota que no he venido durante unos días, pero rápido cojo velocidad y me mantengo en ella como suelo hacer, con los cascos puesto, sin escuchar nada a mi alrededor, sólo la música, alguien toca mi hombro asustándome y sacándome de mis pensamientos. Del salto que he pegado casi me caigo, pero unas manos fuertes me sostienen por la cintura, logro recuperar el equilibrio y giró la cabeza para encontrarme con sus ojos verdes. _ ¿Qué haces? Casi me matas del susto. Digo sin apartar la mirada de Jake. _ No era mi intención. Sólo venía a saludarte. _ Hola entonces. _ Hola. Esto es una conversación de lo más absurda, miro a mi alrededor y observo que todas y cada una de las mujeres que están cerca, nos están mirando, bueno a mí no, a Jake, y decido parar este acoso de miradas intentado que se vaya hacia otro lado _ Bueno voy a seguir, gracias por saludar. Es la manera más educada de echar a alguien de tu lado. _ Nos vemos el lunes. _ Si, por supuesto. Él lo ha cogido al vuelo y se aleja con su magnífico cuerpo, al que admiro hasta que le pierdo de vista. Lu centraré es tu paciente. Terminó dándome una ducha calentita y me pongo cómoda, me voy de compras.

Después de una tarde más que agotadora estoy tirada en la cama, respiro hondo llenando mis pulmones de oxígeno y lo suelto de golpe, a la vez una lágrima fugaz cae por mi mejilla, sólo una y cuando me limpio con la mano es cuando caigo en la cuenta de que hoy, en todo el día, hasta este momento, no había pensado en el hombre que me ha causado este estado en el que me encuentro, hace tanto tiempo que no siento este agujero en mi interior, no es que lo hubiera olvidado, pero el dolor ahora está a flor de piel y me pregunto, ¿no van a parar de salir lágrimas de mis ojos cada noche? Y por suerte antes de que me rompa a llorar, me acurruco entre las sabanas y me quedo dormida.

TÚ, MI SALVACIÓN .Publicada en físico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora