Capitulo 8.

3K 231 7
                                    

Miro y veo que tengo un mensaje.

Buenas noches mi Lucy, que descanses, mañana saca un rato para vernos. Ya echo de menos tus labios. JAKE!

Mi corazón se acelera sólo con leer estas palabras, definitivamente he perdido la cordura.

Buenas noches Jak, intentaré buscar un rato, yo puedo asegurarte que no sólo echo de menos tus labios. Un beso Lucy.

Pulso Enviar, dejó el móvil en la mesilla cargando e intento dormir, pero el sonido de un nuevo mensaje hace que corra a leerlo con entusiasmo.

Diciendo esas cosas no voy a poder dormir, me alegra saber que te ha gustado nuestra sesión particular, ya te digo que la mejor que he tenido en mi vida, MAÑANA NOS VEMOS. Otro para ti.

Decido no contestarle más, porque si no, no vamos a dormir nunca, ¿Qué si me ha gustado?, no puede imaginarse cuanto, me doy media vuelta y así después de un rato pensando en cada caricia, caído rendida y me duermo.

Me despierto con el sonido del despertador, me levanto feliz, me ducho, me preparo para ir a trabajar, salgo y veo a Ana tomando un café, yo hago lo mismo sentándome a su lado. _ Que sonriente estas esta mañana , ¿a qué hora llegaste ayer? Por qué me acosté pasadas las 11 y no te escuche ni llegar. Quiero contarle todo pero no ahora. _ Muy largo, no tengo tiempo. _ ¿Qué? No, no, ahora me dices. Al final se lo resumo un poco. _ Estuve con Jake. Ana abre los ojos todo lo que puede y se pone la mano en la boca que se le ha abierto tanto o más que los ojos. - No me mires así, sé que es difícil, pero Ana, fue increíble. _ Quiero detalles de todo. _ Ana que no me da tiempo hoy ceno con él. Mañana después de trabajar pasamos una tarde de chicas, ¿vale? _ Por supuesto. Me doy la vuelta y me encaminó a la puerta para irme. _ Lu, me parece genial, hace mucho tiempo que no te veo sonreír por todo. Hace que suelte una carcajada y la tiro un beso desde la puerta. _ Te quiero, no me esperes despierta. _ Disfruta de tu paciente. Me grita mientras yo cierro la puerta, y voy al trabajo sintiéndome feliz como hace mucho no me sentía, sé que todo es una locura pero no puedo ni quiero pararlo.

Llego y veo a Nadia en su puesto. _ Buenos días, que tengo para hoy Nadia. _ A las 15:30h te quedas libre. Mereció la pena quedarse ayer hacer doble turno. _ Sí. Le respondo no sabe cuento mereció la pena me giro con una sonrisa de oreja a oreja. _ Pues al lío. _ El primero llega en una hora. Una hora, que bien tengo tiempo de hacer en informe urgente que ayer no hice. Me pongo a trabajar y las horas pasan como si fueran días, se me hace el día eterno, a media mañana escribo a Jak.

Buenos días señor Boston, le parece bien si concertamos una cita a las 18:00h. Espero su respuesta con ansia.

Besos.

Dejo el móvil y sigo con mi trabajo, a pesar de parecerme un día largo los ratos que tengo pacientes se me pasan volando y eso es buena señal, con todos y cada uno de ellos he avanzado mucho y cada día tengo más confianza en mí misma y en ellos. Terminó y miro el móvil, pero no tengo ningún mensaje y sigo adelantando trabajo.

Estoy saliendo del edificio hoy que es pronto y no tengo ninguna noticia de Jak me voy al gimnasio, lo necesito.

Entro justo después de saludar a un conocido del gimnasio, es muy majo pero sólo intercambiamos saludos y alguna mirada que otra por que en los gimnasios ya se sabe que a veces se te van los ojos a cuerpos perfectos, como es el suyo pero no sé ni su nombre. Estoy en el vestidor cuando suena mi móvil, lo saco de la bolsa y cojo mi toalla, salgo directa a la bicicleta estática, ando mientras leo.

No sé si asustarme ante su formalidad, pero aun así me encantará verla señorita Pendergrass. Le parece bien si paso a por usted a las 18:00h por su casa.

TÚ, MI SALVACIÓN .Publicada en físico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora