Capítulo 13.

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El coche se para haciendo que mi mente vuelva a la realidad, al pánico que me da estar aquí, saber que dentro de este edificio está Jak a punto de empezar una pelea con un hombre monstruoso, me hace temblar. Estoy en la calle pero esta vez no corro hacia dentro, me da más miedo lo que va a pasar dentro que estar aquí mientras mi pelo se moja con las gotas que siguen cayendo desde el cielo; Noto como Ana engancha mi brazo con el suyo y tira de mi hacia dentro, la luz se centra en el ring que está situado en el centro, la gente aquí dentro grita y corre de un sitio a otro, hay otros cuantos sentados en una butacas frente al maldito ring, entramos por un pasillo que nos lleva al fondo del lugar, donde apenas se escuchan los gritos de la sala principal, el brazo de Ana desaparece del mío y pierdo a todo el mundo de vista, sólo veo un pasillo largo en el cual estoy sola, ¿Por qué me he quedado aquí sola? ¿Cómo no me he dado cuenta de que Ana se ha ido? Escucho mi nombre que viene del fondo, mi mente se activa, se perfectamente quien es el dueño de esa voz, es mi deseado Jak, ando rápido hacia su voz, al terminar el pasillo sólo está él, en un vestidor, ya está listo para luchar, con su pecho al descubierto y sus pantalones cortos, está tan guapo, tan sexi que me lanzaría a sus brazos, aunque por desgracias no podría tocarme como siempre lo hace con sus dedos expertos que logran poner cada parte de mi piel erizada, ya que lleva unos guantes que se lo impediría. _ Mi chica. Dice bajito, yo le miro, quiero llorar, porque tiene que hacer esto, sus ojos buscan mi mirada, mi atención, me buscan desesperadamente. _ Tengo miedo Jak. El me abraza posando los enormes guantes en mi espalda y besa mi cabeza. _ Tranquila, no va a pasarme nada. Yo controlo mis lágrimas que amenazan con salir. - Estoy bien Lu, tranquila por favor, me va ayudar mucho que estés aquí, muchas gracias, sé que no te agrada. Yo posó mis labios en los suyos consiguiendo un silencio que rompo al separarme de él _ Te quiero, ten cuidado por favor. Me besa ahora más fuerte y carnal que antes, me separó con indignación y salgo por el mismo pasillo por donde entre, al final de este está Max y Ana esperándome. _ Ven, estamos en unos asientos privilegiados. Me dice Ana _ Los privilegiados son los que no tienen a nadie en el maldito ring. Los dos me miran expectantes. - Es verdad, no me miréis así joder. _ Bueno, anda cálmate, todo va a salir bien, aquí no se muere nadie. _ Muchas gracias, mucho más tranquila. Me coge de la mano sin hacer caso a la ironía de mis palabras y me lleva hasta un asiento, es duro como la piedra y frío como el hielo, pero lo peor eran las horribles vistas, desde aquí podía ver todo el ring por completo, no se me iba a escapar ni un solo golpe. Sube, lo que creo que es el árbitro y anuncia al contrincante, este sale por un pasillo distinto al que yo había estado y sube colocándose a un lado, mis ojos se abren, era fuerte muy fuerte, con un solo golpe que me propiciará a mí, me iría directa a la tumba, sé que Jak no soy yo, pero un golpe de este señor le haría daño seguro, salgo de mis pensamiento al escuchar el nombre de Jak y sale directo hacia el ring, sube con la cara sería, tiene la misma cara que aquel día en el que choque con él en el gimnasio, no se percibe en él ningún atisbo de sentimiento, es como si todo él fuera un robot manejado desde una esquina por alguien. Para mí desgracia empieza el espectáculo y la gente grita y se levanta, yo prefiero quedarme sentada, esperando que lo peor pase. Una vez que todos están sentados empiezan a moverse por el ring, el contrincante lanza algunos golpes pero Jak los ha esquivando sin problema, Jak le encaja golpe tras golpe y al contrincante parece no afectarle, aunque su ojo muestra lo contrario cuando de su ceja sale sangre, el combate para y cada uno va a su esquina, yo busco la mirada de Jak que gracias a dios no ha recibido ningún golpe, el me mira y por fin nuestras miradas se unen, él intenta calmar mi desesperación, su mirada es capaz de hacerlo pero vuelve a sonar el maldito pitido que hace que vuelva a pelear. Ahora el contrincante parece furioso y empieza a pegar a Jak sin descanso, logra esquivar algún golpe pero recibe muchos más, se defiende y encaja en la cara del otro 3 golpes haciendo que este caiga al suelo, empieza la cuenta atrás y no puedo apartar la vista de Jak, ya se le notan los golpes y parece más cansado, el contrincante se pone en pie y sigue pegando, yo no aguanto más este sufrimiento y tapo mi cara con las manos, no se cuento tiempo paso así pero a mí me parecen horas, los gritos de la gente hacen que aparte una de ellas y mire hacia el ring, donde está Jak tirado, las lágrimas que estaban amenazando durante todo el combate con salir, corren por mis mejillas sin descanso, la cuenta atrás empieza y para mi suerte termina con un 10 en la boca del árbitro, yo corro hacia Jak, sin importarme lo más mínimo que estén proclamando campeón al contrincante, me acerco y veo la cara de mi amor llena de marcas y sangre en el labio, le acaricio el pelo mientras nuestras miradas se encuentran, su mirada está llena de decepción y pena, de vergüenza y dolor, al contrario que la mía que está llena de alivio de que está maldita pelea haya llegado a su fin, le cojo la mano y ando a su lado mientras el doctor empuja la camilla hacia el vestidor del que nunca le debería haber dejado salir, llegamos y me quedo fuera, el doctor no me ha dejado entrar, me quedo llena de nervios y temblando por la espera. _ Lu, ¿Cómo está? Me dicen Ana y Max que corren hacia mí y yo me tiro hacia los brazos de Ana, donde lloro, lloro rota por la angustia y los nervios de no poder estar junto a Jak, me desahogo por todo lo contenido y me quedo entre sus brazos rodeada por su calor. Por fin entro y le veo, está sentado y las marcas en su cara siguen muy presente, aunque la sangre ya no está ya tiene una tirita que tapa su herida, me acerco a él y le beso la mejilla, no quiero hacerle más daño del que ya estará sintiendo. _ ¿Cómo estas mi vida? Digo con la voz rota. _ Mal, he puesto tanto en la pelea, para nada. Me dice el completamente desolado por el hecho de perder. _ No digas eso. _ Es la verdad, lo único que he conseguido es hacerte sufrir. _ No pienses en eso ahora. Me coge entre sus manos, me acerca a él y me besa, noto que lo hace con cuidado pero sus labios logran calmar mi desconsolada alma, se separa de mí y nos quedamos un solo segundo callados, sus palabras rompen el silencio haciéndome sentir un miedo horrible, el miedo de perderle. _ Te quiero. Yo le abrazo, no quiero que esto se vuelva a repetir, pero como convencerlo, como hacer para que entienda lo mal que lo he pasado.

Llegamos a casa de Jak, hoy voy a quedarme aquí con él, ya que Max y Ana tienen planes, además no pretendo separarme de él estando así, es tarde y nos vamos directos a la cama, Jak está en su mundo, en el cual sólo ve, lo mal que le ha salido la pelea y yo le miro y sólo veo sus morados, le pongo crema para los golpes en cada uno de los que tiene, esperando que mañana este mejor, terminó y dejó la crema en la mesilla, me tumbó a su lado y le abrazo. _ No quiero que vuelva a pasar. No sé si es el mejor momento para decir esto pero no puedo callármelo más, él se tensa con tan sólo escuchar esas palabras. _ Lucy, yo... _ Escúchame, lo he pasado muy mal, de verdad entiendo que sea tu pasión y no te voy a prohibir que lo hagas, pero sintiéndolo mucho, no voy a ir más a verte, no puedo, perdóname, perdóname pero no puedo. _ Nunca te obligaría a que vinieras cariño, pero no puedo dejarlo, es algo que no contemplo, ¿me esperaras aquí a que vuelva de cada pelea? Sus ojos desprenden miedo, y como voy a sepárame de él solo por esto, no sería capaz, si tengo que curar mil heridas lo hare. _ Por supuesto que sí, ¿me prometes volver siempre? Él sonríe. _ Trato echo! Posa sus labios en los míos y con sus manos me quitan el pijama con mucha facilidad. _ ¿No le dolía el labio señorito? _ Tus besos son medicina. Sigue besándome y baja por mi cuello hasta mi pecho y se para en mi pezón, yo gimo de placer, logra hacer que llegue a un orgasmo con tan sólo sus dedos acariciarme y su lengua paseando por mi cuerpo. _ Me gusta escucharte. Me susurra al oído mientras yo le acaricio la nuca, le deseo, le necesito, necesito sentir su piel, le paro y me muevo para que se ponga de pie, me levanto y empiezo a girar a su alrededor, en su cara se dibuja una sonrisa y yo comienzo a quitar la ropa de su cuerpo muy despacio, provocando a su paciencia, él me toca todo lo que tiene a su alcance pero sigo andando y me pierde de vista, yo comienzo a besar su nuca y acaricio su espalda, no tardó mucho en aparecer de nuevo frente a él y su boca me busca, mientras sus manos me atrapan, yo tiro de él cayendo los dos en la cama. _ Jak, te necesito, necesito de tu piel, necesito todo de ti, no me dejes nunca por favor. Me mira y besa despacio mis labios. _ Que quieres Lucy, pídemelo. Su mirada me cautiva y su voz es el mejor canto para mis oídos. _ A ti, ahora. La lujuria en mis palabras es evidente y él se introduce en mi interior de un suave movimiento. _ Nunca. Me susurra antes de empezar a embestirme fuerte contra el colchón haciendo que el placer me llene y que mis gritos sean liberados por mi garganta.

TÚ, MI SALVACIÓN .Publicada en físico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora