Fantastic War: El Despertar de Eléneri (inspirado en Harry Potter)

CAPITULO 5

El Portal de Stonedoor está ubicado en unas antiguas ruinas en medio de la selva amazónica, es uno de los siete portales que unen al mundo Kuimbáe con el mundo mágico, estos habían sido creados por el Ministerio de Magia al estallar las guerra con el fin de evitar que el mundo mágico quedara expuesto, Stonedoor era uno de los dos que aún quedan en pie, el resto fueron destruidos durante las guerras fantásticas. El otro portal que aún no había caído se encuentra en medio de una estación de trenes bajo la ciudad de Londres en Inglaterra, al estar en medio de una ciudad Muggle el antiguo ministerio de magia lo había protegido con un hechizo tan poderoso que ni el mismo General Harry había podido destruirlo.

Stonedoor solo se mantenía en pie debido a lo remoto de su localización, quedaba alejado de todo, tanto en el mundo Kuimbáe como en el mágico. Itzco había lanzado un hechizo de protección pero no era demasiado fuerte, carecía del conocimiento que el ministerio poseía. Las ruinas se encontrabas cubiertas por vegetación, la naturaleza había reclamado de nuevo su dominio sobre aquellas tierras y allí, entre lo que parecía ser una antigua casa de forma circular se encontraba un muro de piedra que servía de portal. Ezzio acompañaba a su líder y maestro junto con otros 5 magos de la pequeña comunidad de refugiados, esgrimían sus varitas al frente listos para usarlo a la menos señal de peligro el silencio era profundo, no era extraño, pero se sentía diferente, aunque nada se oyera, parecía que algo estaba sucediendo.

Lumus – dice uno de los magos levantando la varita para invocar el hechizo que permite crear una luz y ver en aquella oscuridad pero de inmediato es detenido por Itzco

¡Detente! – Le ordeno Itzco – revelaras nuestra posición, recuerda, vigilar sin ser vistos, no somos suficientes para atacar si es que hay alguien allí.

El mago bajo la varita lentamente y asintió con la cabeza, en medio de tanta oscuridad era difícil avanzar en silencio, pero poco a poco sus ojos estaban empezando a acostumbrarse a la falta de luz. Así pudieron avanzar hasta estar en medio de las ruinas, el espacio abierto iluminado por la tenue luz de la luna hacia aún más escalofriante aquel silencio. De pronto una oscura y profunda voz gutural resonó en toda la selva.

Cru...cia...tus – dijo la voz sin poder determinarse de dónde provenía, de inmediato un pequeño rayo de luz paso por entre el grupo de magos y se estrelló contra quien hace unos minutos había intentado invocar el hechizo lumus. Un segundo después este se encontraba en piso revolcándose del inmenso dolor que le había provocado una de las tres maldiciones imperdonable.

¡Lycans! – Grito Ezzio poniéndose a cubierto. Él y el resto del grupo se dispersó ocultándose detrás de paredes rotas o árboles en distintas direcciones

Cave inimicum, se apresuró a invocar uno de los exploradores, un escudo para repeler hechizos, protergo totalum, invocaron otros más. Todos intentaban guarecerse del ataque sorpresa que tenía a uno de sus compañeros sufriendo inimaginables dolores en el suelo. Altaír y miraba en todas direcciones intentando descubrir a su atacante, pero la oscuridad era demasiada, los estaban esperando, ahora su mente trabajaba a toda velocidad intentando pensar en algún plan.

¡Itzco! – Gritó señalando a su compañero del piso – ¡debemos ayudarlo!

Cúbreme Ezzio – le respondió el viejo Itzco – voy por él – se levantó y corrió en dirección a su compañero herido, más atrás Ezzio salió detrás de un árbol con su varita en la mano

¡Bombarda! – invocó y de inmediato una serie de explosiones levantaron una cortina de polvo, humo y fuego, de esta manera evito que Itzco quedara expuesto.

Carpe Retractum – Itzco invoco un conjuro que le permitió atar a su compañero con una soga y arrastrarlo fuera de peligro, el mago se encontraba inconsciente producto del dolor provocado por la maldición invocada sobre él.