Capítulo 2
Invitación a la fiestaMe quedé quieta, no sabía que hacer, es la segunda vez en 8 años que me mira. Tantas veces que deseé que me mirara y acá est...
-Hey, heey.- Dice Federico sacándome de mis órbitas.
-Perdón, digo... ¿Qué pasa?- pregunté sacudiendo mi cabeza.
-¿Hablas español?
-Sí, creo.
-¿Me podes pasar la pelota?- Soltó con total frialdad en su voz, hasta el punto de erizarme la piel por su intimidante mirada.
-Em, claro.
Bajé corriendo las escaleras y salí al patio, agarré la pelota y me quedé mirándola por unos segundos.
-Ten cuidado la próxima.- Le advertí mientras le entregaba la pelota.
-Sí, como digas.- Contestó y se dió la media vuelta para entrar a su casa.
-De nada.- Susurré, pero me oí yo sola.
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-¿Dónde están las llaves? ¿Y mi bolso? ¡Isis!- Mi mamá buscaba sus cosas porque estaba llegando tarde a su trabajo.-¿Qué?- me sobresalté al escuchar como gritó mi nombre.-
-¿En qué mundo estás? Te estoy preguntando dónde están mis cosas.
-Perdón. En la mesa de la cocina, creo.
Se fue a la cocina y volvió con sus cosas- Te quiero mucho, nos vemos en la noche.- dijo besando mi frente.
-Te quiero más. Adiós.
Mi madre se fue y abrí Twitter
-Nada interesante, nada interesante, nada... uuuuh, interesante.- Me acomodé en el sillón de manera exagerada- con que esta es la zorra con la que anda.- Miraba una foto de una chica súper linda con Federico, dándose un beso súper atrevido para mi gusto.- Stacy Johnson. Perr...
No terminé de hablar conmigo misma y me interrumpió una llamada de Samy, mi mejor amiga.
-Hola, se comunica con la Morgue Californ, ¿en qué podemos ayudarlo?
-¿Cuándo dejaras de atender así el teléfono?
-Nunca. JAJAJAJAJAJA.
-Eres una idiota. Bueno ese no es el punto.
-¿Y cuál es el punto?
-El viernes hay fiestaaa.
-Aaaah, ¿y qué culpa tengo yo?
-Vamos a ir.
-No quiero.
-Va Federico.
-¿A qué hora hay que estar?
-Eres fácil de convencer. A las 9.
-Bien, ¿Hoy qué día es... ¿VIERNES? ¡¿Por qué no me avisaste antes?¡- Grité levantándome de golpe.
-Perdón, hoy me enteré.- Confesó mientras se reía muy raro.
-VENÍ PARA MI CASA ¡YA!
-Bien, bien. Ya voy, señora.
Le corté y rápidamente me metí a bañar, son las 4 de la tarde, nos quedan 5 horas y eso para nosotras es poco.