-Te llamaron así en el orfanato por tu pelo.- su papá revolvió su flequillo mientras se sentaba en el borde de la cama del pequeño.
-Creí que había sido culpa de papi Rin.
-¿Por qué? - preguntó Haru asombrado.
-Porque tú siempre dices que él fardaba de tener nombre de chica y que además siempre fue un romántico. Entonces pensé en todas aquellas historias del cerezo.- le recordó Sakura a su padre.
-Nada de eso es mentira. Pero tú sólo fuiste una bella casualidad.
-Ahm...- el pequeño rodó los ojos hasta apartarlos de la vista de su padre.- ¿No me estás mintiendo?
-¿Por qué iba a hacerlo?
-Ya...
-¿Por eso estás enfadado con papá?- Sakura no contestó.- ¿Se han vuelto a meter contigo en el colegio?
-Sé que sólo fue una broma de uno de mis amigos pero me molestó.
-Si en verdad ese chico es tu amigo dile que te no te gustó y seguro no lo volverá a repetir. Y si lo vuelve a hacer corta lazos con él. Puedes volver a decirme si se pasa contigo y hablaremos con el director.
-Gracias, papá.- el chico besó la mejilla de su padre.
Un repiqueteo en la puerta del cuarto llenó un segundo de silencio. Haru miró por unos instantes a su hijo quien le asintió y al unísono dieron paso al recién llegado.
-Hola.- dijo casi con timidez.
Haru se levantó, posó suavemente una mano en la cintura de Rin y besó fugaz sus labios.
-Os dejo solos.- le susurró y consiguió que Rin se pusiera nervioso pues no sabía en qué había fallado para que Sakura llevase todo el fin de semana sin dirigirle la palabra. Entrelazó su mano con la de su esposo antes de que se marchara, pero Haru le transmitió tranquilidad con un nuevo beso más pausado. Suave y gentil que terminó en una sonrisa para indicarle que todo saldría bien.
Rin se aceró a la cama de su hijo y pidió, con un gesto, permiso para sentarse.
-Adelante.- le alentó Sakura.
Rin cogió una de las manos de su pequeño. No sabía por donde empezar. No sabía qué había hecho para que su mimado delfín estuviera así y por eso se sentía terrible. No fue él quién comenzó a hablar.
-Papá, lo siento mucho.- dijo el pequeño con la vista gacha.
Su padre levantó su mentón para poder observar sus bellos ojos azules que casi parecían haber sido herencia de Haru.
-¿Qué hice mal, mi vida?
-Nada. Me equivoqué, soy idiota. Pensé que tu elegiste llamarme Sakura y por eso estaba enfadado. Un compañero de clase se volvió a reír de mí.
-Si vuelve a hacerlo...
-Lo sé, papi Haru ya me dijo que tenía que hacer.-el pequeño se abrazó a la cintura de su padre y dirigió sus bellos ojitos hacia él- Perdóname papi.
-Sakura... ¿tanto te disgusta tu nombre?- Rin estaba apenado, pues él pensaba que no había otro mejor.
El pequeño lo pensó durante unos segundos.
-No me disgusta. Sólo que no me gusta que sea de chica.
-Ya... ¿y si realmente yo, o Haru, hubieramos escogido ese nombre para ti?
-En realidad... No quiero otro nombre. Me encanta todo lo que significa. Me gusta que el árbol de cerezas haya significado tanto para ti y papi Haru. Me hace sentirme muy unido a vosotros es como si desde un principio ya estuviera destinado.
-Vale, pequeño. Entonces no dejes de hablarle a tus padres sin motivo.- le cogió por sus cachetes y los estrujó mientras Sakura reía entre alguna lágrima.
-Lo amo. Tanto como a mis papás.- el mayor besó su frente.
-Y tus papás te aman también, mi amor.
-Voy a decirle a papi Haru que me ayude esta tarde a hacer una tarta para disculparme contigo.
-Con dos condiciones.- exigió Rin.
-Bien dime.
-La primera es que quiero muchas, muchas cerezas en ella y la segunda es que yo también quiero cocinar con vosotros.
Sakura rió
-Papi pero entonces no tiene gracia que la haga para tí.
-¡Oh! ¿Crees que te dejaré sólo con mi esposo? ¿O qué dejaré a Haru a solas con mi hijo? ¡Yo también me muero por hacer cosas juntos!- comenzó a avasallar al pequeño con cosquillas.
-Ja ja ja ja ja ¡Papi para! Ja ja ja ¡Prometo no quitarte a papi Haru! Ja ja ja ja ja ja ¡Déjame! Ja ja ja- intentaba huir sin éxito.
-Y tampoco dejes que papi Haru te mime más que yo.
De brazos cruzados y observando desde la puerta, el moreno miraba a sus dos amores con cara de picardía.
-¡Oye a mi me gusta mimarle!- se acercó a ellos con lentitud y envolvió a los dos en un abrazo terminando con las cosquillas.- Es injusto, no os puedo dejar a solas porque ambos me robáis al otro. Ahora tengo celos de mi hijo y mi marido.
Los dos de pelos cálidos se miraron un segundo y con complicidad besaron cada uno una sonrojada mejilla de Haru. El devolvió el besó a Rin y después a su hijo.
-¡Oye! ¿Por qué a papi primero?
Haru rio y comenzó a depositar pequeños besos en todo el rostro de su hijo. Rin se cruzó de brazos y alzó una ceja.
-Eso también es injusto.
Entonces Haru acercó a Rin de su nuca y unió sus labios a los de él. Fue desde una sutil caricia hasta un desenfrenado deseo en el que sus lenguas juguetearon a intercambiar saliva y roces húmedos. Ambos padres sonrojados miraron a su hijo al que también se le habían coloreado las mejillas.
-Sakura... ¿Ya te parece justo?- se le acercó Haru con travesura. Apartó la cara de su padre con las dos manos a la vez que estiraba su cuello con asco.
-¡Sí! ¡Puaj! ¡Yo ya no quiero más besos!
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Mi Hilo Rojo [HaruRin / RinHaru]
FanficHistorias cortas de temática RinHaru o HaruRin. De mi propia puño y letra.