Un desconocido que resulta familiar

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Esa mañana Hans y Kirikuri se levantan muy emocionados ya que en el pueblo se celebraría el festival del amor, y por lo tanto venderían en grandes cantidades, así se arreglaron, empacaron los productos y se fueron sin darse cuenta que Kirikuri no traía puesta su túnica para ir al pueblo, al llegar al pueblo después de un buen recorrido se percataron de ello, pero no importa puesto que en el festival todo el mundo estaba disfrazado, la gente pensó que Kirikuri no era mas que un niño disfrazado, se acomodaron en uno de los puestos, colocaron las cosas que venderían y comenzaron las ventas. Para las cuatro de la tarde ya no quedaba un solo producto, así que tomaron su dinero y se fueron al parque el cual queda a solo dos cuadras de donde se celebra el festival, se sentaron el bancas del parque y dejaron el dinero a un lado de ellos.

En un momento se descuidaron y el dinero había sido robado por un hombre encapuchado el cual salió corriendo como alma que lleva el diablo, ellos intentaron al alcanzarlo, cuando iban corriendo los ojos de kirikuri comenzaron a brillar como con una llama flamante, cuando Hans se percató de esto frenó en seco y tomó a Kirikuri en sus brazos

--Detente-gritó Hans

Al instante Kirkuri reaccionó y la llama de sus ojos se apagó, a la vez que todas las personas cerca al festival se quedaron mirándolos fijamente, a lo que Hans dijo

-no te voy a comprar tu helado- para disuadir las miradas

Muy desilusionados  por su dinero decidieron caminar hacia donde huyó el ladron, de repente escucharon un estruendo como a ocho cuadras de ahí al verificar que era se toparon con el ladron en el suelo y la bolsa con su dinero a un lado, al darse cuenta enfrente del asaltante estaba un chica parada disculpandose con  el hombre que se encontraba inconciente.

-Muchas gracias por detenerlo, ese hombre se había robado nuestro dinero- dijo Hans

-no.. no hay de que-respondió la chica

-ven te invito un café a mi casa, vivo en una granja un poco lejos de aquí-le invitó Hans

-no har prroblema, seguro-dijo la muchacha con un poco de vergüenza y la cabeza agachada

-¿no eres de por aquí verdad?, no manejas muy bien el idioma-dijo Hans

-¿tienes donde quedarte?-le cuestionó

La joven solo negó con la cabeza

-está bien, el camino a casa es largo sigueme-dijo Hans tomandola de la mano

Por un momento fue como si el tiempo se hubiera detenido, la chica y Kirikuri entrelazaron  miradas por unos quince segundos,

-Ha por cierto el es Kirkuri, mi hermanito-le dijo Hans a la joven

Esta no respondió solo se quedó estática mirando a al pequeño ser por unos segundos mas y dijo

-Hola-
A lo que este solo volteó hacia otro lado

-bueno, es hora de irnos, el camino queda por aquí-dijo Hans llevando a la chica, después de un largo rato llegaron y Hans sirvió el café

--¿están tus padres en casa?-pregunto la chica a Hans

-No, ellos hace poco tiempo que no están con nosotros- le respondió Hans

-ho.. lo lamento-dijo ella

-no hay problema nosotros  nos las arreglamos- respondió Hans al comentario

-y.. ¿como es que tu y tu hermanito viven aquí solos?- preguntó

-pues verás, la granja es nuestro sustento de vida-dijo Hans entregando el café a la muchacha

-y... ¿tu hermanito cuantos años tiene?- dijo dandose cuenta de que Kirikuri estaba al otro lado del salón mirándola fijamente

-El.. está apunto de cumplir... diez años - dijo Hans dudoso mientras le hacia un ademán a Kirikuri de que se acercara a el

-hazme un favor y prepara la habitación de Huéspedes- pidió Hans a Kirikuri

Kirikuri solo asintió y se fue rápidamente al segundo piso.

-por cierto.. ¿como te llamas?- interrogó Hans

-mi nombre es, Hanika,  Hanika berlstraguer-

-ho que lindo nombre, yo me llamo Hans, Hans miulenchster-afirmó Hans

-bueno Hanika,¿me ayudas a preparar la cena?-preguntó Hans

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