capitulo 5

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V

"ojos y corazón luchan a muerte por partir el botín de tu figura;

Ellos quieren vedarle tu visión, la venia de mirarte.

Mi corazón afirma que en el vives (gabinete en que no entran claros ojos)

Mas ellos se defienden y lo niegan alegando que alejan tu hermosura"

-Shakespeare

Cierra el libro, supone que fue suficiente lectura por hoy. Deja el libro sobre la mesita. Le duelen los ojos, el día fue pesado, todo su cuerpo pide a gritos un descanso.

El primer bostezo aparece. Ojos pesados cerrándose. ¡Okay! es momento de un descanso.

Se levanta y se dirige a la cama, mientras que se masajea el cuello, arrastra los pies de lo cansada que esta. Y el segundo bostezo aparece.

Llegando a su habitación, prepara la cama, deja que una melodía llene su cuarto para relajarla y así se pueda dormir más fácil. Se prepara un té, cuando tomo el último trago volvió a su dormitorio, se puso el pijama y se metió a la cama. Cuando su cabeza toco la almohada cerro los ojos y dejo que la música instrumental la transportara a sus sueños...

Toda esa semana estuvo llena de trabajo, los muchos manuscritos que llegaron fueron suficiente para no dejarla dormir, transcribirlos, traducirlos, dejar pequeñas anotaciones para los escritores y que estas las corrijan.

Pensarlo de nuevo hacia que le doliera la cabeza, se movió del otro lado de la cama para acomodarse mejor.

Aun así su mente le recordó que aún le faltaban manuscritos por corregir, incluso algunos que no había comenzado, sin mencionar el mandado que hacía falta a la casa, la ropa que debía recoger a la lavandería, las constantes llamadas de su madre para explicar nuevamente que estaba bien. Y la cereza del pastel era. ¡GUSTAVO!

¡GUSTAVO!

¡GUSTAVO! Su nombre se quedó en el aire de su mente, le recordó en sus años de preparatoria, recordó cuando aún en la universidad veía en las noticias a su familia en Londres, New York, Toronto, entre otros lugares, pensó que aquello era un capitulo olvidado.

Pero no, la noticia de su madre le había causado insomnio.

Gustavo estaba de vuelta, y le extrañaba.

El sueño que tenía minutos antes había desaparecido. Y solo podía pensar en Gustavo. Betshy se encontraba de repente en su habitación, con música de violín sonando a lo lejos y un solo pensamiento en su mente.

¡Carajo está de vuelta!

Las cartas que su madre le reenvió aún no habían sida abiertas, quizá mañana las lea. Por el momento quiere dormir.

2:30 am

.

.

Se vuelve a acomodar, y nada, no logra conciliar el sueño desde hace media hora ha dado golpes a la almohada para sentirla cómoda, pero era inútil, resulta que la música relajante le ha hartado, la quito y nada. Se acuesta de lado, boca abajo, en diagonal, boca arriba, ha tirado las cobijas, la almohada. Y no, el insomnio la esta matando, no quiere faltar al rato, pero si no duerme aunque sea una hora no rendirá en el trabajo.

A las 3:30 logra dormir.

El sonido de la alarma de su celular la despierta de un salto.

"No quiero ir a trabajar". Se dice en gruñidos.

Amor entre cartasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora