Amor entre cartas

CAPITULO 6

VI

Gustavo está confundido, ¿Qué acaba de pasar? ¿Cómo una persona puede saber sobre que le ara feliz y que no? ¿Acaso le ha tomado el pelo?

Probablemente, aquella chica le ha mostrado su espontaneidad, y sus locuras en lo poco que le conoce, entiende porque su amigo esta con ella, en fin tendrá que confiar en su nueva "predicción" aunque la duda le dé un hormigueo en el estómago.

Termina de tomar la última gota del café y decide que es suficiente lectura por el día de hoy, cierra el libro cuidadosamente y entra a su habitación.

Se acuesta en su cama mientras pone en el celular una canción mientras la letra de "We Can Never Go Back" sonaba pensaba en Betshy, en sus cartas, en la predicción de Danna, lo graciosos que suena todo y sin más... el sueño le vence y se queda en un profundo sueño

...

A la mañana siguiente, Gustavo se encontraba almorzando junto con la pareja, resulta que aquella mañana no solo recibió un mensaje sobre un nuevo empleo, pero decidió leerlo más tarde ahora también no paraba de encontrarse con la mirada picara de Danna. Aquello le incomodaba un poco y no era el único. Paolo estaba consciente de las miradas de su chica y su amigo, aquello era extraño no se preocupa por Gustavo ya que él está enamorado de la misma chica desde hace más de 10 años.

Aunque debe admitir que le mataba la curiosidad, pero sabiendo cómo era Danna quizá se trataba de ¿suposiciones?, ¿planes?, ¿travesuras? Fuere lo que fuere no le diría hasta que fuera necesario. Tomo un sorbo de su café, mordisqueo la dona de chocolate y se hizo de la vista gorda de lo que sucedía en la mesa. Sin embargo Danna entre sorbos de su café y observar hacia la puerta y a Gustavo pero también a su reloj. Aquello no lo soporto Paolo

- Muy bien, esto es raro.- dijo de pronto Paolo bajando la tasa de su café y viendo a su mujer y amigo.- ¿Qué ocurre con ustedes dos?

- Amor no te enojes, solo estoy esperando el correo.- dice Danna tomándole de la mano y enseñándole su más brillante sonrisa.- es algo importante para Gustavo.

- ¿correo? ¿para Gustavo? ¿acaso le has comprado algo por internet?- dice Paolo con algo de sorpresa.

- ¿Qué? No, amor simplemente es un...- aunque ella quería decirle, quería compartir su gran hazaña, sabía que Gustavo escuchaba y no quería arruinar la sorpresa.- una predicción.- movió las manos nerviosamente para distraerse.- ya sabes, mi artista que llevo dentro.

Sonaba algo sospechoso, pero Gustavo y Paolo solo ignoraron aquello, volviendo cada uno a su almuerzo.

El día transcurrió normal, Danna y Paolo tuvieron que trabajar dejando a Gustavo solo, queriendo saber de qué trataba lo que consiguió Mauro para él. Aunque si se pone a pensar, solo lo pudo conseguir sin ningún problema, su apellido tiene peso, pero por vez primera quiere dejar a un lado esa facilidad.

Tocan a la puerta quitándolo de sus pensamientos.

- ¡Voy!- grita desde la sala a la puerta principal.- ¿Quién es?

- Correo señor.- contesta una voz masculina.

- Oh, enseguida voy.- va a la puerta y el repartidor le entrega cuatro sobres, agradece y se dirige de vuelta al sofá.

Tres de los sobres van dirigidos a Paolo pagos de su trabajo como contador, y uno es para... ¿Él?

Aquello le sorprende, nadie salvo Mauro, Paolo y Danna saben que está de vuelta, no le ha dicho a nadie más. Su curiosidad le invadió.