Vampire Knight (Hanabusa y tu)

Cap. 2

Del otro lado del portón me esperaban el director y Yuuki-chan (que ya la conocía desde antes). Cuando pase las puertas, me dije a mi misma que a partir de ahora en adelante comienza una nueva vida.

__: Hola director Cross. ¿Cómo está? Tanto tiempo.

Kaein: Hola Tōdō, muy bien. ¿Usted? Y si querés llamame "tío˝. - esto último lo dijo alegre.

__: Bien. Y no gracias, me quedo con "director˝ o "Kaein˝. Perdón Yuuki-chan, me olvide de saludarte. ¿Cómo estás?

Yuuki: Disculpa aceptada. Y estoy alegre de que hayas ingresado a ésta escuela, pero lo que no entiendo es porque a la Clase Nocturna.

__: Mira te explico, porque seguro que se le olvido al director decírtelo. No? -asintió con la cabeza - Lo que pasa es que yo tengo poderes. No soy vampira, soy bruja.

Yuuki: Ohhh..

Seguimos hablando hasta que llegamos a Los dormitorios de La Luna. Me despedí de Yuuki y el director Cross. Luego entre.

El salón de la entrada era hermoso y había una escalera donde llevaba a los dormitorios del primer piso, al lado de la escalera había también otro pasillo donde están los demás dormitorios.

Me di la vuelta para agarrar lis maletas. Cuando de golpe escucho una voz detrás mío. Al instante di un pequeño salto, porque me asuste. Me di la vuelta y era Kaname.

Kaname: Tōdō __. Bienvenida a Los dormitorios de La Luna.

__: - me arrodillé como corresponde frente a un pura sangre. Le tengo respeto. - Kaname-sama, gracias por la bienvenida. Me puede llamar por mi nombre, si quiere.

Kaname: Por nada __. Seiren - llamó a alguien y apareció enseguida - Llévale estas maletas a su habitación, por favor.

Seiren: Como usted ordene Kaname-sama.

Luego de que diga eso, agarro mis maletas y me guió hasta, lo que sería a partir de ahora, mi habitación. El camino, de la sala a la habitación, estuvo muy callado. Al llegar, Seiren dejo mis maletas en la puerta y desapareció. Cuando se fue, me dije a mí misma.

__: Es muy callada... Me cae bien.

Al entrar, me quede con la boca abierta. El lugar era hermoso. Luego abrí las maletas para sacar toda mi ropa y guardarla en el ropero. Justo cuando terminé de ordenar mi ropa, alguien tocó la puerta.