Déjà vu

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«Ese mismo día, después de la motivación de mi profesor, después de volver del patio nos dijo que mañana nos sentaría por el orden de la lista. Mi suerte era que, mi hermana, tiene mi mismo apellido y se sentará delante de mi»

«Al volver a casa y contarle nuestra experiencia de el primer día en el Instituto, comer, ver la televisión, maldecir a la coneja cara de hámster, merendar, volver a maldecir a la coneja, reír con mi hermana y cenar, por fin nos fuimos a la cama. Estaba ilusionada por empezar el día de mañana. Pero toda la motivación del mundo entero no podía ganar a la de mi hermana, la cual saltaba, brincaba y reía. Mientras, yo, esperaba impaciente la hora siguiente al amanecer»

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Al día siguiente me desperté con energía a pesar de haber dormido poco por los nervios. ¡Estaba lista para empezar!

-Iris, ¿crees que Marcoval te ha echado el ojo? -me preguntó mi hermana de camino al Instituto D.Passing-.

-¿Marcoval? ¿Lo dices en serio? ¿Ese chico con una tirita en la nariz, de ojos grisáceos y cabello castaño?

-Vaya... Veo que te acuerdas bien de él.

-Como que se sentó ayer a mi lado y no paraba de intentar entablar conversación conmigo.

-Sí... Creo que te ha echado el ojo.

-No flipes... A demás, yo no quiero tener novio. Pero si quiere ser mi amigo, por mí bien.

-Sosa aburrida...

-Cupido sin licencia...

«Al llegar a la puerta, ¿a que no sabéis a quien nos encontramos? ¡Exactamente! A Marcoval. Os juro que ese nombre existe...»

-¡Hola, Iris! ¡Hola, Anastasia!

-Hola, Marcoval -saludé-.

-Oh, llámame Marc.

-De a cuerdo, Marc -creo que se notó mucho, demasiado, como le subía un escalofrío por la espalda y se le ponía la piel de gallina al pronunciar su nombre-. Bueno, mejor vamos dentro, ¿no?

-Sí, ¡vamos! -me sonrió-.

Que mal royito.... -pensé-.

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-¡Bueno alumnos! -exclamó el profesor-. Tenéis vuestro nombre en la mesa, ¡buscad y os sentáis!

-¿Y esa idea? -preguntó Adela-.

-Tengo mucho tiempo libre y me pareció divertido. ¡Ponte a buscar! ¡No quiero ver a nadie quieto!

«Después de buscar mi nombre y apellidos me di cuenta de dos cosas. Una; estaba en tercera fila, primer asiento o en la primera fila tercer asiento.... No se explicarme. Y dos; tenía al lado a Marcov... Marc»

-Hola, Iris -me saludó-. Veo que nos ha tocado justo al lado... Y bastante cerca.

-Sí, que... ¡Ilusión! -mentira-.

-Ciertamente correcto.

-Hipotéticamente acertado... -dije apoyando me en mi mano con el codo en la mesa, fingiendo una sonrisa y, cuando se giró para hablar con otro compañero, me desplomé en la mesa, aburrida y, maldiciendo a Marcoval-.

-Bueno... -continuó Marc-.

Conversación forzada no, conversación forzada no... -rogaba mi mente-.

-¿Qué opinarías si... -¡mierda! Conversación forzada-... Te pido salir?

-¡¿Qué?! -exclamé sin llegar a chillar-. ¡Opino que no nos conocemos de nada! ¡Es el segundo día que pasamos juntos en la misma clase y el primer día que nos dirigimos la palabra! -exclamaba susurrando-.

-Lo se... -dijo dubitativo-.

«Creo que él sabía algo que yo no sabía. Algo más en todo esto... Una pequeña pieza del puzzle que era mi memoria, estaba rota. No lograba saber que era... Pero sentí como que esto ya lo había vivido... No entendía la desorientación de mi cerebro»

-Pues no, no y no. Lo siento mucho, pero no -otra sensación de repetición o bucle en mi cerebro... que extraño-.

-Está bien... Yo s....

-¿Tú... qué?

-Nada, nada. Está bien, sólo eso -le miré algo extrañada... Creía que iba a decir algo más. Sentía que iba a decir algo más, pero no dijo nada en toda la clase... Tenía que decirle a Ana como me sentía, tal vez ella me entendería-.

«Al salir al patio, ya en el recreo, me puse a hablar con Ana sobre lo que me había pasado»

-¿Y cómo es eso? ¿Alguien más te pidió salir al segundo día de colegio? -dijo burlándose e intentando aguantar la risa-.

-Tonta... No es eso. Es como si ÉL ya me lo hubiera pedido antes. ¡Pero es la primera vez que lo veo en toda mi vida!

-Me has dicho que creías que cuando te había contestado "Está bien, yo s...." te iba a decir algo más. Aunque, es cierto que, la frase se la ha dejado a medias. ¿Qué creías que te iba a decir?

-No se... algo como: "Está bien, sólo te hacía un favor" -y estalló a risas-. ¡No te rías! ¡Es en serio, para! ¡¡Para!! -dije avergonzada-.

-Está bien... No te pongas así -dijo secándose la lágrima que había salido de su ojo a causa de la risa-.

«En ese mismo momento en el que le iba a contestar, un poco obscena, sonó el timbre para regresar a las clases. Subimos al aula y me encontré una especie de "Pos-it" en una esquina de mi mesa»

-¿Qué pone? -preguntó mi hermana al ver mi cara un poco descuadrada al ver el contenido del "Pos-it"-.

«Le enseñé lo que ponía escrito y, Anastasia, soltó el "Pos-it" un poquito sobresaltada.

En la nota ponía...: "Sólo te hacía un favor..."

¿Quién está muerto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora