-Ha venido tu padre. -Murmuro. Este día se siente especialmente pesado. No murmuro porque esté dormida, me siento demasiado cansado para hablar. Tomar la vida de ambos ha sido complicado, más hablando de tomar a sus padres.
Su madre es linda. Se mantiene ausente, quizás eso la hace linda.
Su padre aún no ha sido capaz de perdonarme. Lo entiendo, realmente trato de hacerlo.
-Necesito tu apoyo, Cielo. - Tomo su mano. Espero el apretón.
"Solo muéstrale lo feliz que haces a su tesorito. No puede no quererte al ver mi sonrisa estando contigo."
Observo sus labios. Aun escucho sus palabras con una dolorosa e increíble claridad.
-No puedo hacerlo en este momento. - Me dejo caer en la silla a su lado. Mi voz roza mi garganta como una cuchilla.
La puerta se abre. Su mirada acusadora es instantánea.
"Debiste haber sido tu"