"¿Cómo estás?"
Jamás pensé que podría ser posible llegar a odiar aquella frase tan consuetudinaria. Es un tormento constante. Me angustia no tener nunca una buena respuesta, o siquiera encontrar una respuesta real.
-Bien. Digo, supongo que lo mejor que puedo estar, yo... -Balbuceo.- Bien. Estoy bien.
-Tranquilo, Daniel, sabes que puedes ser honesto conmigo. - Dice Bruno mientras toma asiento junto a mi. Su tono de voz es suave, apacible. Se que intenta ser reconfortante, no tiene idea de que su sola presencia significa para mi un enorme alivio.
No necesita decir nada. No necesitamos hablar en lo absoluto.
-Lo se. Te lo agradezco. -Digo con toda sinceridad.
-¿Cómo se encuentra ella?, ¿ha habido algún avance?
Disiento con la cabeza.
-¿Que han dicho los médicos?
-"Debemos seguir esperando". -Respondo tajante. No me apetece dar demasiados detalles en este momento, y realmente no tengo nada más que decir. No hay nada más. Nunca hay nada más.
-Hombre, que alentador...-Dice con ironía.
Bufo. Los médicos de este lugar han demostrado ser más fríos que la profesión misma.
-Evie ha estado preguntando por ella todos los días. - Suspira. Me veo obligado a dirigir mi vista hacia él, y de pronto veo reflejado en sus ojos un agotamiento que nunca antes había percibido. Ojeras oscuras y profundas contrastando con su apagada mirada. Me resulta extraño verlo de esta manera, es incluso preocupante. Algo que no me ha contado debe andar muy mal.
-Hey... ¿Está todo bien contigo?. - Pregunto. Se bien que Bruno suele ser muy reservado con sus asuntos personales, pero a lo largo de los años, de alguna manera he logrado que encuentre en mi su depósito de confianza.
-Ah, hermano. -Comienza. Un quejido casi imperceptible se escapa de su garganta. -Ella no ha pasado noches muy buenas. Está muy afectada por todo esto, incluso ha llegado a despertarse en la madrugada con unas terribles pesadillas.
-¿Has pensado en llevarla con un terapeuta? -Sugiero. Sin embargo, creo saber cual será la respuesta.
-Claro, como si Everly Jude fuera a aceptar ir con un extraño a hablar acerca de sus problemas. -Dice, y rápidamente sus ojos reflejan el arrepentimiento. -Lo siento, Dan, estoy agotado...
Disiento nuevamente, haciéndole saber que sus disculpas son innecesarias. -Fue tonto preguntar.
-Créeme, se lo he planteado, pero está convencida de que solo sería un derroche de dinero y tiempo. -Dice, notablemente desmotivado. -No tengo idea de que más hacer, y ya ni siquiera ayuda hablarlo conmigo. Pensé en que quizás serviría venir a verla y hablarle de vez en cuando, pero no quiere poner un pie cerca del hospital.
-Solo necesita tiempo, todo esto es muy reciente aún. -Digo, y me sorprendo a mi mismo hablando como si Ellie hubiese fallecido. El simple hecho de pensarlo me hace sentir enfermo. -¿Quieres que hable con ella?
-¿Lo harías? -Contesta, repentinamente con un ligero brillo de esperanza en sus ojos.
-Por supuesto. -Afirmo, y veo como el alivio rápidamente invade el rostro de mi amigo.
-Dios, te lo agradecería mucho... Evie necesita a alguien que pueda comprenderla. Hablar contigo le haría muy bien.
-Haré lo mejor que pueda.
-Creo que también sería de mucha ayuda para ti. Después de todo, solo ella llegó a conocer a Ellie tanto como tú.
Le concedo la razón, aunque en el fondo sepa que eso no es del todo cierto. Se que nadie ha conocido a Elise de la forma en la que ella me ha permitido conocerla.
Recuerdo que solía repetirlo una y otra vez; "Cariño, me conoces mejor de lo que yo misma me conozco."
Quizás ese sea el motivo por el cual nadie ha podido ser capaz de comprender lo que su ausencia significa para mi.