Parte 20.

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" Nunca confíes en nadie. Siempre confía en ti mismo. Nadie te ayudará cuando lo necesites. Todas las personas a las que estás apegado te dejarán tarde o temprano y simplemente desaparecerán de tu vida. Muchos intentarán usarte, pero no dejes que lo hagan. Todos ellos no son más que un pedazo de carne que simplemente morirá y se pudrirá, como todo lo demás. Pero debes vivir. Vive y actúa. Así que sólo confía en mi y en nadie más ...Sehun."

El tipo frunció el ceño ante los recuerdos desagradables. ¿Por qué recordaba esto ahora?

El llegar al edificio deseado, el tipo frenó un poco, dobló el paraguas mojado y levantó su cabeza, sintiendo cómo gotas persistentes caían por su rostro pálido. Inhaló y exhaló, dando pasos seguros. El pasillo de la escuela lo saludó con calidez y luz, cubriéndolo del clima de afuera. Habiendo alcanzado la habitación deseada, el tipo abrió la puerta de una patada y entró al interior, donde había varios profesores sentados alrededor de una mesa. El estruendoso sonido llamó su atención, obligándolos a volverse hacia el ruido, mirando con reproche a quien había interrumpido la conversación.

–Oh Sehun, ¿no deberías estar en tu habitación?

El tipo asintió levemente, escondiendo la vista detrás del flequillo mojado y mirándose los pies, apretando los puños.

–Entonces te pido que te vayas de esta oficina y vuelvas a tu dormitorio. —dijo seriamente uno de los maestros.

–No puedo irme. —dijo el chico en voz baja.

–¿Ha pasado algo? —una mujer preguntó, sintiendo que algo andaba mal.

–Si, la cosa es que tú tampoco podrás salir de aquí.

–¿Qué? ¿A qué te refieres?

Se paró con calma y mirando a los profesores, se sacudió ligeramente, con una sonrisa en el rostro y sacando una pistola.

–¿Qué haces aquí con eso?

Sehun agitó su cabeza, quitándose el incómodo flequillo de los ojos.

–Esta arma está hecha de un plástico especial. Los sensores de esta jodida escuela no pueden detectarla. Es muy conveniente, ¿verdad? Lo siento mucho, pero, en verdad, nadie podrá salir de aquí.

Uno de los maestros intentó pasar junto al alumno, pero un disparo certero lo golpeó justo en la pierna.

–Dije que nadie podía irse. No morirán, no quiero que nadie muera. Estoy harto de toda esta mierda, cansado de obedecer y pretender ser obediente. Esta escuela y todos ustedes simplemente son tan mediocres.

Sehun observó como el tipo se ponía de pie y miró cómo hizo presión sobre el disparo en su pierna, evitando retorcerse del dolor.

–¿Qué? ¿Acaso nadie va a ayudarlo? ¿Tienen miedo por sus inútiles vidas? Como ovejas, juntos todo está bien, pero tan pronto como uno solo está en peligro, todos se quedan quietos como si nada, sin siquiera intentar ayudar a su compañero. ¿Cómo es que un chico puede tener la oportunidad de matarlos a todos aquí en un sólo minuto? Que desagradable, ¿verdad?

–Sehun, ¿por qué estás haciendo todo esto? —gritó la mujer, nerviosamente. Obviamente no entendía un cambio tan cardinal en el comportamiento del estudiante.

El tipo frunció el ceño.

–Profesora, ¿alguna vez se ha puesto a pensar quién estudia en esta escuela? ¿Alguno de ustedes alguna vez pensó qué pasa aquí? Simplemente estoy cansado de esto. Estoy cansado de todo lo que sucede aquí.

Detrás de él se escucharon pasos, y luego el chico sintió un dolor sordo en la espalda, después del cual se le doblaron las piernas y cayó de rodillas.

ESCUELA DE ASESINOS (Traducción) | ChanBaek Donde viven las historias. Descúbrelo ahora