Parte 23.

2.4K 387 114
                                    




Chanyeol se movió cada vez más cautelosamente sobre el hermoso edificio de la iglesia católica, en el que, con seguridad, solía haber muchos devotos. Ahora el edificio estaba en ruinas, con las paredes y techos casi derrumbándose. Las ventanas que una vez fueron decoradas con vidrieras, ahora estaban totalmente rotas. Las bancas, desparramadas en un orden caótico, y algo de basura esparcida por el suelo.

Que lugar tan simbólico. Matar al verdadero diablo dentro de las paredes sagradas. ¿Era lo mismo que la justicia de dios?

Apretó el mango de la pistola, y su rostro no expresó nada en absoluto. En su cabeza, aparecían imágenes del pasado. Sus padres, que resultaron ser unos mentirosos. Y en el fondo se dio cuenta de que lo hicieron para poder protegerlo, pero algo extraño le atravesó el pecho debido a este pensamiento.

Las imágenes de cómo Byun había estado preparando su plan todo el tiempo, parpadeaban, mientras fingía que había algo entre él y Park. Cómo lo traicionó. Chanyeol así lo creía. Creía que estaba dispuesto a renunciar a todo y proteger al chico al precio de su propia vida de los hombres malos que lo habían torturado. Pero ahora él ya no lo podía perdonar, no después de esto.

Chanyeol subió las escaleras de la iglesia con confianza, con calma. Probablemente, por primera vez, no sintió nada, excepto por el deseo de matar. Todo lo que le enseñaron durante mucho tiempo, decidió ponerlo a práctica en esta tarea. Ya no tenía derecho de cometer otro error. No esta vez.

Y esta vez realmente podía morir, pero no se asustó en lo absoluto. Él estaba listo. Y hasta no ver al chico muerto, no se daría por vencido.

El piso estaba en silencio. Demasiado silencioso, la gente hacía mucho que dejó de transitar por el lugar. Ni siquiera había un guardia.

Cuando Chanyeol ya estaba parado cerca de una de las puertas del segundo piso, se dio cuenta de que tan pronto como abriera, no habría vuelta atrás. Había dos opciones: o moría él, o moría Byun.

La mano izquierda tomó libremente la manija de la puerta y, con un ligero empujón, cedió, abriéndose con un pequeño crujido y dejándolo entrar. Preparado, sostuvo el arma, listo para disparar en cualquier momento.

Sin vacilación, sin remordimientos, enviaría a ese bastardo al infierno. Pero no había nadie dentro. Sólo desde la habitación que estaba al lado izquierdo, se escucharon notas musicales ligeras de una armoniosa voz, y Chanyeol caminó silenciosamente hacia allí. Justo al entrar a la habitación, vio a Baekhyun, sentado en un sillón algo roto que se encontraba en uno de los rincones del cuarto. Frotando afiladas hojas de cuchillo con el mismo amor trémulo.

–Hola, —comenzó el más joven, sin siquiera molestarse en levantar la cabeza hacia el invitado— llegas tarde. Pensé que vendrías un poco antes.

Chanyeol se sorprendió un poco por esto. No esperaba que Byun lo aceptara tan fácilmente. La cara del mayor se mostró irritada. Él pensó que sería más difícil. ¿El pequeño se daba por vencido tan fácilmente? Ni siquiera lo hacía interesante.

–Dispara. —dijo en voz baja— Dispara y terminaremos con esto. Me odias, ¿verdad? Park Chanyeol.

Chanyeol apretó el gatillo con facilidad. Byun ni siquiera se movió cuando la bala silbó a unos pocos milímetros de él.

–Fallaste. –afirmó, continuando frotando la navaja ya brillante.

–Ni siquiera lo intenté. —escupió el mayor, mirando al chico.

Baekhyun volvió a sonreír, bajó su cuchillo y se puso de pie, ajustando cuidadosamente el cuello de tortuga. Chanyeol tomó la empuñadura del arma con más fuerza. El más joven se enderezó, mirando fijamente a Park a los ojos, como si no sintiera ningún temor en lo absoluto, o simplemente, porque estaba seguro de que el mayor no sería capaz de dispararle una bala en el corazón. Chanyeol no podía soportarlo y, en un movimiento, se quitó la máscara, que hasta ese momento sólo dejaba ver sus ojos y miraba al niño con expresión fulminante.

ESCUELA DE ASESINOS (Traducción) | ChanBaek Donde viven las historias. Descúbrelo ahora