Parte 18.

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–¿Me pidió que viniera, señor? —comenzó el chico.

Miró a su alrededor, su sexto sentido le dijo que nada bueno terminaría de esa conversación.

–Bueno, creo que tendremos que explicar, o más bien, recordarte los términos de nuestro trato.

El hombre alcanzó el escritorio y, al abrir el cajón, sacó de allí una carpeta amarilla, agitándola teatralmente frente al chico.

–¿Debo recordarte lo que está en juego? Tal vez entonces dejes de jugar como si estuvieras en el jardín de infantes y finalmente puedas lidiar con tu misión debidamente.

El tipo estaba en silencio. Recordando rápidamente en su cabeza lo que había acordado con esta persona. Era como un trato con el diablo, no había ninguna otra manera de llamarlo. Todo lo que rodeaba al hombre, en un momento podía desaparecer. Hasta la última persona.

–Hago lo mejor que puedo. Y si, recuerdo todo. Lo siento, pero esas cosas no se hacen en un sólo día, señor. Necesito tiempo, paciencia ...y saber cómo tomarlo indefenso y con la guardia baja.

Dándose la vuelta, el chico salió de la oficina, dando un fuerte portazo.


***


Chanyeol yacía en su habitación, inmerso en la música que tocaba en sus auriculares. La agradable melodía de la guitarra y la armoniosa voz hicieron que sus pensamientos giraran como un enjambre de abejas, reemplazándose unos a otros. Pensó en el trabajo, recordando cómo era la escuela antes de que Baekhyun fuera transferido, su primera impresión del niño que era demasiado joven para su clase, y era demasiado extraño en aquel entonces. Como la primera vez que vio a Baekhyun bajo la acción de la droga y su primer beso. Y el primer sexo en la vida de Park con este chico. Fue entonces cuando a Chanyeol no le pareció extraño. Todo fue como debería ser. Y entonces Baekhyun se fue. Se fue y dejó atrás un gran vacío en su pecho de origen desconocido. No fue amor, fue más como una necesidad. La necesidad de Baekhyun, que sufría de personalidad múltiple. Pero Chanyeol necesitaba a este hombre. Byun sabía mucho más que Chanyeol, y él realmente quería entenderlo todo.

El chico puso su mano en la frente y cerró los ojos, tratando de sumergirse en la canción, pero sabía que el hecho de dormir, para él, no brillaba. La cama se hundió por el peso de otra persona. El tipo pensó que era Sehun, pero Oh nunca se hubiera atrevido a hacer eso. No está en la naturaleza de esta persona hacer contacto directo.

Tan pronto como abrió los ojos, una delgada mano familiar yacía sobre su pecho. De nuevo vio a Baekhyun sentado a su lado. Había algo de confusión y miedo en su rostro. Sus ojos suplicaban, y sus labios estaban ligeramente entreabiertos, como si quisiera decir algo.

Chanyeol se quitó los auriculares y se sentó, interceptando la fina muñeca del contrario en su áspera palma.

–Chan, ¿estás bien?

–¿Qué? —el mayor no entendió la pregunta, se había perdido en los oscuros ojos del chico.

–¿Estás bien? ¿Haces todo lo que te dije?

Park no entendía exactamente qué estaba haciendo Byun allí ni de qué estaba hablando, pero ahora no estaba preocupado por eso. Sin deseos de mantener una conversación, Chanyeol simplemente empujó al niño para recostarlo y quedar encima de él, comenzando a besarlo. Como la última vez. Estaba desesperado por este sabor enloquecedor de labios y su delgado cuerpo entre sus brazos. Baekhyun silenciosamente gemía de placer en los labios de la otra persona e intentó tomar la iniciativa, pero el mayor no se lo permitió. Había estado demasiado aburrido. Desbordaba necesidad de tener al pequeño chico, que siempre hacía lo que le gustaba. Pasó su mano debajo de la camisa del menor, estudió su cuerpo, sintió sus protuberantes costillas y sus suaves pezones, causando que Baekhyun gimiera lastimeramente al resistirse a aquellas caricias. Deteniendo el beso, Park comenzó a morder ligeramente la tierna piel del cuello y clavículas del chico.

ESCUELA DE ASESINOS (Traducción) | ChanBaek Donde viven las historias. Descúbrelo ahora