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Se sentía aturdido, todo había sido tan rápido que apenas y se creía capaz de mantenerse en pie...pero por suerte el chico frente a él aun lo sostenía con firmeza entre sus brazos. El estar tan cerca de él y el calor que lo envolvía hacía que se sintiera tan seguro, tan tranquilo, tan capaz de hacer cualquier cosa con solo saber que él estaba a su lado.
Los ojos negros aun lo veían con un extraño brillo en ellos, un brillo que jamás había visto y que le hacía imposible el despegar sus propios ojos de los contrarios. El solo mirarlos le era embriagante y el ser capaz de observarlos por tanto tiempo lo hacía feliz. Era extraño, antes sin importar cuánto se esforzara nunca había podido observar a Hibari a los ojos por más de medio minuto porque su cara se ponía roja y sentía el impulso de esconderla.
Esta vez era diferente, pues a pesar de sentir su corazón latir de forma acelerada, su cara y mejillas calientes –muy seguramente con un fuerte sonrojo-, y una extraña sensación recorrerle de pies a cabeza, no sentía el impulso de ocultarse sino todo lo contrario, quería que Hibari lo viera, quería que él se diera cuenta de lo que era capaz de provocar en su persona al igual que él podía ver lo que ocasionaba en Hibari.
-Hibari-San...-lo llamo con su voz quebrada pues aún no había sido capaz de recuperar por completo el aliento perdido.
-No - El azabache lo interrumpió con voz firme y se acercó un poco más a su rostro.
Tsuna podía sentir como las puntas de sus narices se tocaban, haciendo aumentar aún más su sonrojo.
-Llámame por mi nombre otra vez - Se sorprendió con solo oírlo hablar, la voz del azabache frente a él sonaba tan...dulce – Di mi nombre...solo mi nombre – hablo un tono cubierto de súplica.
El corazón le dio un brinco y formo una ligera sonrisa en sus labios.
-Kyoya...
-¿Qué sucede, Tsunayoshi? - en el rostro de Hibari se formó la misma sonrisa.
-Yo... - retiro lentamente sus manos que aún continuaban en el cuello del azabache - ¿Cómo es que llegamos a esto? – No era que se estuviera quejando o se hubiera arrepentido pero todo había sido tan rápido que se sentía confundido.
-... - Hibari no lo soltó si no al contrario lo atrajo aún más y le dirigió una sonrisa llena de cariño.
Tsuna se sintió derretirse, Hibari nunca le había sonreído de esa manera...o al menos no a él. Además nunca había sido mirado de esa forma por nadie y la simple sonrisa lo hizo marearse. En cierta forma ahora se le hacía comprensible que Hibari nunca sonriera, pues si lo hiciera habría dejado a varias y varios infartados en Namimori.
-Supongo que lo mejor será decirlo en palabras para que quede más claro... - hablo el azabache sin alejarse ni un centímetro del castaño.
Tsuna solo se vio capaz de asentir, apenas y podía pensar en algo que no fuera el hermoso rostro frente a él.
Hibari clavo sus oscuros ojos en los canela del castaño.
-Yo no sé cómo – se separó un poco asegurándose de poder ver por completo al niño frente a él – Pero tu...robaste mi corazón.
Sintió su pecho dar un brinco y sus ojos humedecerse. Se sentía inexplicablemente feliz, más de lo que nunca había pensado poder llegar a sentirse, sus sentimiento se desbordaron a través de sus ojos. Vio el rostro pálido verlo con preocupación y llevo una de sus manos a la mejilla del azabache, intentando aliviarlo.
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Coperti Dal Cielo
FanfictionHace meses que regresaron de la batalla que tuvieron en el futuro, Tsuna ha tomado una decisión para proteger a su familia del peligro que presiente y junto con Reborn planea aceptar ser el Décimo Jefe de la Familia Vongola. ¿Sera tan fácil? ¿Que es...