Capítulo IIX

332 13 3
                                    

—Estoy cansada. -Mi voz salió agitada. Luego de un rato de andar en la carretera por fin pude volver a respirar el aire fresco.

Pero no de la mejor manera; Louis decidió que para tranquilizarme veamos casas y departamentos caminando.

¡Qué pereza! Tenía la intención de dormir un rato en el coche ahora, luego de tener la hiperactividad por varias horas me siento agotada.

—Extraño a mis bebés. -Me quejé mirando a Louis.

—¿Qué? -Preguntó bastante desconcertado.

Yo bufé y le volví a repetir:

—Extraño a mís bebés.

—Pues acá tienes uno de tres. -Dijo señalando su cuerpo y mirándome tiernamente.

Reí ante su dulzura.

Louis puso en el estéreo las canciones de Justin Bieber y sonreí como una loca.

—Sabés que no es mucho mi estilo. -Dijo él bufando- Pero lo que sea por tí.

Aún con una sonrisa desquiciada en la cara.

—Lou... -Hablé mirándolo, sentía que estaba mal y que tenía que poner la música que a él le gustara. Total era su auto, el manejaba.

—No, Leyla. -Dijo como leyendo mis pensamientos- Sé que no tenemos los mismos gustos y no estaríamos viendo las cosas de la misma manera, pero eso quiero, que me enseñes tú mundo.

No dejaba de observarlo, era lo más lindo que me habían dicho.

—Ay, no llores Ley. -Dijo él- Te quiero, nena.

Asentí segura de sus palabras y con una sonrisa volviendo la vista adelante.

Amaba aquellos momentos con Louis, podíamos ser nosotros. El podía ser todo lo gracioso que quisiera, podía dejar de serlo y ser muy cariñoso y apegado. Pero lo amaba.

Louis me miraba de vez en cuando por el rabillo del ojo, yo intentaba disimular la emoción.

—Pareces una nena chiquita. -Soltó el comentario de repente- Te vez tan emocionada y tierna. Te necesitaba así.

—¿Así?

—Sí, necesitaba a la chica tierna de la que me enamoré. Y no a la caliente Brenda...

Lo interrumpí:

—Briana.

—Pues eso, la Brenda esa. -Solté una pequeña risita.

—Ay, Louis.

—Necesito que de una u otra manera entiendas que no puedes sentir ni una pizca de celos hacía ella.

—Lo entiendo, cariño. -Dije yo- Igual, si se acercan a MÍ hombre puedo patear trasero de perras, tucanes, zorras y cualquier animal que se me presente.

Louis soltó una pequeña risa, que fue muy escandalosa, y luego me miró con reproche.

—Entre broma y broma la verdad me gustas mucho.

Rodé los ojos y me levanté un poco del asiento para poder besar si mejilla.

—¿Ya falta poco, Lou? -pregunté viendo la hora. Llevábamos casi una hora y media hablando cosas sin sentido.

Que para nosotros aquellas pequeñas cosas llegaban a tener mucho sentido.

—Y tal vez falte una hora más.

Miré la ruta y de verdad que parecía que estábamos en el medio de la nada.

—Si quieres dormir puedes, amor. -No podía no emocionarme ante ese pequeño apodo.

Going back to the past.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora