Capitulo 10

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Ian subió las escaleras mientras iba dando golpecitos con sus llaves en la palma de su mano. Cuando pasó por delante de la habitación de Alison una suave melodía le hizo detenerse. Parecía venir de la habitación continua a la de Alison, la qué ella utilizaba para ensayar sus pasos de ballet cuando era una niña. Ian entró en la habitación de la chica y la canción empezó a escucharse con más fuerza y después, entreabrió con cuidado la puerta de la siguiente habitación. La sala seguía estando como siempre, con el suelo marrón y los enormes espejos que cubrían las paredes. Los altavoces estaban colgados cerca del techo y la linda melodía sonaba sin cesar. Alison estaba vestida con unos leggins negros y una camiseta blanca de tirantes. Bailaba descalza, moviéndose con delicadeza. Entonces fue cuando Ian se dio cuenta. Su niña no había cambiado, solamente había crecido y madurado de una forma qué nunca esperó. Pero en el fondo, seguía siendo esa dulce niña que llegó dando saltitos a él y se presentó, mostrando su hermosa sonrisa y dándole un beso en la mejilla. Esa niña que hablaba horas sin parar y qué saltaba a sus brazos. Esa chica asustada que se refugió contra su pecho después de qué él la hubiera salvado. Siempre había sido ella misma. Solo qué él se negó a dejarla crecer.

Su mirada se encontró con la de Alison a través del espejo y entró, cerrando la puerta detrás de sí mismo.

-Lo siento, escuché la canción y me trajo recuerdos.

Alison pestañeó y después se dirigió al reproductor y lo apagó.

-Solo estaba quemando algo de calorías, Leo me dijo que debería dejar de correr.

-O dicho de otra manera, te lo prohibió.-Alison giró su cabeza, concentrándose en un punto fijo y tragando saliva.-¿Por qué no le dejas?-su mirada volvió a él y frunció el ceño.-Alison, eres joven, encontrarás a mil tíos más. Tíos qué te sepan tratar como te mereces.

Ella negó con la cabeza y rió falsamente.

-Todos los tíos son una mierda. Además, tú eres el menos indicado para darme esta charla.

-¿Menos indicado?-Ian levantó una ceja.-¿Qué hice?

Ella suspiró y pasó por su lado, dirigiéndose a la puerta. Pero Ian estuvo rápidamente a su lado y puso su mano encima de la suya en el pomo de la puerta, impidiéndole abrirla. Su espalda se quedó pegada al cuerpo de Ian y los brazos de él la rodeaban.

-¿Qué fue lo qué pasó cuando te fuiste a Londres?-le susurró al oído. Alison echó su cabeza hacia atrás, apoyándola en el hombro derecho de Ian.-¿Qué pasó, princesa?

Princesa. No lo decía con odio o rencor...lo decía como cuando ella era pequeña, con...cariño.

-Mi papá me envió lejos...

-Porque tú querías irte.-acabó Ian.

Ella negó con la cabeza y se separó de su cuerpo, dirigiéndose de nuevo hacia el centro de la habitación. Se sentó en el suelo, cruzando las piernas y apoyó su cabeza en sus manos. Ian no tardó en sentarse delante de ella y levantar su barbilla, obligándola a mirarle.

-¿No querías irte?-Alison volvió a negar con la cabeza.-¿Y por qué lo hiciste?

-Me...obligó.

-¿Por qué?

Este era el punto al que ella no quería llegar. Las lágrimas estaba acumulándose en sus ojos y levantó la vista, mirando al techo y tomando una fuerte respiración.

-Se enteró de qué estaba embarazada.

Ya está. Lo había soltado. Pero tenía miedo de bajar la vista y ver la reacción de Ian. Así que cerró los ojos y dejó que su primera lágrima resbalara por su mejilla.

Jugando a que nada es real [ACABADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora