Capítulo 1.7

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De vuelta al recibidor


Tanto Barry como Jill, se quedaron estupefactos ante el inminente torbellino de ideas y razonamientos lógicos, que buscaban para darle sentido a lo que ocurría en ese extrañisimo lugar.

---- E-e-eso no puede ser posible ¿o sí Barry?---- pregunto la joven de respaldo, muy pálida y con evidente consternación, cual si hubiese visto un fantasma; y no era para menos.
---- N- No. Claro que no, Jill---- respondió el hombre igualmente asombrado y temeroso. ----- Debemos encontrar a Chris y regresar a informar al capitán.

Jill, aún perpleja por lo ocurrido con el único residente que se habían encontrado, sólo asintió con la cabeza sin dejar de ver el cadáver que olía de una forma espantosa.

Barry sólo lo observó unos cuantos segundos, se irguio y avanzó rápidamente hasta el fondo del pasillo, parandose enfrente de la doble puerta al final de éste.

Trato de girar la palanca de la puerta, pero se hallaba cerrada. Luego, giro hacia su lado izquierdo y comprobó el pomo de esa segunda puerta; también se hallaba cerrada.

Volteo a ver a su compañera, que estaba revisando la puerta que se encontraba casi enfrente de donde se hallaba el occiso.

---- ¡Eh! Jill. ---- le llamo Barry. De pronto, recordó que esa era la primera vez que ellos dos estaban solos. Casi nunca había podido hablar con la joven, pues, era bastante reservada. Y con el único que conversaba más a menudo era con Chris Redfield, suponía que era por que la edad de ambos era misma.
Aún así, se sorprendió de lo capaz y hábil que era al defenderse de ese sujeto, que ahora ya hacia en el suelo a espaldas de ella; Jill estaba en cuclillas viendo atentamente el picaporte.

Barry se despabilo de sus pensamientos instantáneos y sacudió un poco su cabeza.

---- ¿Jill?---- dijo en forma dubitativa el hombre.

Ella le dirigió su mirada azul mientras se cubría la nariz con el dorso de su mano, cubierta por el guante negro de cuero; al menos olía menos a esa fétidez de esa manera, pensaba la chica.

---- ¿Qué  pasa, Barry?---- pregunto la chica
---- No. Nada. Sólo quería saber si estaba abierta ésa puerta---- contestó el veterano ---- Éstas de acá están cerradas.
---- No, ésta también está cerrada y perdí mi ganzúa. No puedo abrirla.----- comentó ella.
---- Ya veo. ---- dijo Barry mientras escurcaba entre sus bolsillos. ---- ¡Oh! Aquí están. ¿Te servirá esto?---- le dijo el veterano a la joven, mientras éste se acercaba a ella; estirando el brazo para que Jill tomará algo que llevaba en su mano.

Ella lo cogió y vio que se trataba de unos clips de oficina.

---- Puede que funcione---- le contestó Jill, regalandole una bella sonrisa a su compañero.

Tomó los dos clips y los torció de forma habil; cual si eso fuera cosa de todos los días. Al terminar de darle forma, uno en forma de cuatro y otro en forma de "l":

4   l


Los introdujo en el picaporte de la puerta café y empezó a moverlos diestramente, Jill era como un pez en el agua en estas cuestiones.

---- ¡Rayos! ---- exclamó la agente de respaldo ----  Este cerrojo está muy duro, y los clips son bastante delgados.
---- Entonces, ¿no podrás abrir nada con eso?---- pregunto Barry.
---- Bueno, tal vez sólo cerrojos de cierre sencillo; como los cajones y gavetas---- le contestó Jill.

Barry hizo una pequeña mueca con su boca y Jill lo imitó.

---- ¡Espera!---- exclamó Barry---- Si todas las puertas están cerradas, entonces, ¿Dónde estará Chris?-----.
---- Eso mismo me estaba preguntando---- contestó la chica incorporándose.

Ambos cruzaron sus miradas perplejas, debido a la encrucijada en la que se hallaban inmersos todos ellos. Un repelús recorrió el cuerpo de los dos agentes, que les hizo sentir un miedo vacilante; indeciso a tragarlos enteros o parte por parte.

---- Debemos de informar a Wesker de esto---- sugirió el experto en armas.
---- Pero, ¿y Chris?---- protestó Jill
---- Oye, Jill. A mi también me preocupa Chris tanto como a ti---- respondió con solemnidad Barry Burton, que hizo que la chica lo viese como un padre hablando del "bien y el mal" con su hijo.---- Pero en estos momentos no podemos seguir separados. Tenemos que ir por Wesker y decirle lo que hemos encontrado.¿lo entiendes, verdad?---- le pregunto el hombre, que la sujetaba por los hombros firmemente pero si llegar a lastimarla, y con sus ojos aceitunados mirándola fijamente a la cara.
----S-Si, entiendo. Vamos.---- respondio la joven.
---- Bien, en marcha---- le dijo Barry, sonriendo de forma afable y dándole unas palmaditas en ambos hombros.

Los dos se dirigieron a la puerta que llevaba al comedor. Barry la abrió y Jill lo siguió.

Ese hombre se estaba ganando su confianza, como se lo había dicho Chris: "Barry es como mi mejor amigo,y un padre para mi y mi hermana". Ahora ella sabía a que se refería.

"Tic-tac, tic-tac"


El sonido del reloj se hacia omnipresente en ese comedor, pero los dos agentes cruzaron el lugar rápidamente hasta la puerta doble de color azul, sin prestarle demasiada atención.

Al regresar, pudieron ver que aquel sitio seguía casi igual a cuando llegaron ahí por primera vez; sólo con una gran diferencia: Wesker no estaba.

---- ¿Wesker?---- exclamó Barry para tratar de localizar al capitán. ---- ¿Dónde estás?
---- ¡Capitán Wesker!---- clamó Jill ayudando a su compañero.

Nuevamente, los dos se miraron extrañados.

---- Éste lugar me da muy mala espina---- comentó Jill.
---- Quiza encontró alguna puerta abierta y siguió explorando---- dijo Barry para calmar a su compañera.
---- Ahora no sólo tenemos que encontrar a los Bravo y a Chris, sino también al capitán Wesker---- pensó para si misma Jill, sintiendo un poco de frustración al hacerlo.
---- Ok ---- pronunció Barry ---- sé que fui yo el que dijo que no debíamos de estar separados pero la situación lo amerita----.
---- Entonces, ¿los buscaremos por separado?---- pregunto la joven.
---- Si, revisemos las puertas y las habitaciones contiguas---- sugirió el hombre veterano.
---- Bien---- asintió Jill revisando la cámara de su Beretta.
---- Nos reuniremos aquí en diez minutos, ¿de acuerdo?---- le dijo Barry
---- Esta bien---- respondió la agente.

Y ambos partieron en búsqueda de sus camaradas, Barry subió a la planta de arriba y Jill se dirigió a la puerta de la del ala este. Ambos desaparecieron tras los umbrales.

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