Estaba cansado de su vida, lo único que lo mantenía vivo era su infaltable copa de vino por las noches y su habitual consumo de heroína a las tres de la mañana. La noche anterior se había amanecido en una alocada fiesta en su departamento, y hasta ese momento seguía medicandose como un maldito enfermo.
Era la hora de decir basta, tengo que detenerme.
No quiero morir, no quiero desaparecer.
Necesitaba hacerlo, necesitaba hacerlo de una vez, necesitaba decir basta de una maldita vez, pero a veces le era tan imposible. La vida es impredecible, los seres humanos somos impredecibles.
Fue cuando recordó que su mejor amiga le había hablado de un bar-restaurante con estilo vintage el cual quedaba a solo unas cuantas cuadras de su departamento. Se dio una corta ducha para que la resaca y el dolor de jaqueca pasara un poco. Se observó unos minutos al espejo para darse cuenta de que su rostro había cambiado notablemente. Ya no era el mismo chico con ojeras ni mal aspecto. Tomó sus llaves y una chaqueta y se dirigió hasta el famosísimo bar-restaurante.
Al entrar al lugar se percibía un ambiente muy agradable, el lugar constaba con solo tres personas además de un silencio sereno. Habían unos cuantos cuadros de algunas figuras del cine y el rock, veinte mesas, un bar, y un televisor.
Eran las doce en punto, Damon tomó asiento en el mini bar esperando la respuesta del concentrado chico que se mantenía de espaldas limpiando unas copas.
-Señor, quiero una bebida por favor. -dijo al muchacho. Este volteó amablemente mostrando una fingida sonrisa.
-Claro. -asintió este, y ya que tenía una copa vertió en ella una gaseosa incorporándole algunos elementos necesarios para que fuese un buen aperitivo.
Damon observó unos segundos su rostro, era una vieja costumbre que solía hacer con cualquier persona, hasta con un extraño, como lo era ese chico. Su rostro era muy frío y serio, diría que hasta penetrante. Tenía unos ojos azules y grandes que cautivaban a cualquiera y un pequeño detalle en su antebrazo izquierdo.
-Listo. -anunció el chico lo cual le hizo dar un débil salto a Damon.
-Gracias -asintió el rubio con una sonrisa a la vez que dio un sorbo, el chico retomó su labor como si hubiese ignorado el comentario-. Está muy bueno, pero... yo te pedí una bebida -el chico dejó de limpiar más copas y levantó la mirada lentamente-. No agua.
Aquello fue un shock para Liam Gallagher, a él siempre las cosas acostumbraban a salirle muy bien.
-Lo lamento, es que yo... soy nuevo -se excusó- solo llevo una semana en este lugar, ya sabes, no es fácil adaptarte. De verdad lo lamento.
-Tranquilo, no es nada -Damon sonrió por tercera vez en la noche viéndose cautivado por su inocencia e idiotez-. ¿Qué te parece si para recompensar este mal rato, te invito a tomar una copa conmigo? ¿Aceptas?
El chico no lo pensó mucho ya que verdaderamente estaba muy fastidiado por todo, pues había tenido un día muy ajetreado y de alguna u otra forma necesitaba desahogarse del fastidioso horario laboral.
-Claro, necesito una hace meses.
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Cigarettes and Alcohol (Diam)
FanfictionAcéptalo Damon, una simple copa no te hará nada malo... *Suena de fondo The Hand That Rocks the Cradle de The Smiths*